El ataque de Hamás mina los apoyos de Netanyahu: la opinión pública le acusa de falta de previsión
Netanyahu está al frente del ejecutivo gracias a una coalición con partidos de la extrema derecha: partidos ultra-ortodoxos y los colonos.
9 octubre, 2023 03:36Los ciudadanos israelíes siguen en shock y de duelo por los más de 700 muertos que el ataque sorpresa de Hamás se ha cobrado en las localidades cercanas a la Franja de Gaza, desde donde se lanzaron miles de misiles y se infiltraron cientos de milicianos que mataron centenares de civiles, secuestraron docenas y dejaron cerca de 2.500 heridos. La respuesta israelí no se hizo esperar y los bombardeos en Gaza se han cobrado la vida de más de 400 personas y han dejado más de 1.500 heridos, por el momento.
Más allá de los servicios de inteligencia y los altos mandos del ejército, la opinión pública señala al primer ministro, Benjamín Netanyahu, como el responsable principal de los dramáticos episodios de los últimos días, resultado de sus políticas en los territorios palestinos. Con más de quince años en el cargo, una gestión militar de la que siempre ha sacado pecho y el énfasis en la seguridad nacional que ha usado como arma electoral, Netanyahu tuvo que declarar pocas horas después del ataque del 7 de octubre que lo que se estaba viviendo era "una guerra" y que Israel "vengaría" la afrenta de Hamás.
Gobierno de unidad ante la emergencia
Israel prepara una ofensiva a gran escala para los próximos días en respuesta a los ataques desde Gaza. Este lunes, representantes de Netanyahu y el líder del partido de oposición Unidad Nacional, Benny Gantz, se reunirán para discutir una posible entrada de Gantz en un gobierno de emergencia para gestionar la situación de guerra. Gantz había sido ministro de Defensa con Netanyahu, antes de formar su propio partido por diferencias con el primer ministro.
El principal líder de la oposición, Yair Lapid, fue el primero en ofrecerse el sábado a crear un gobierno de emergencia con Netanyahu a condición de que éste excluya a sus socios de extrema derecha, Itamar Ben Gvir y Betzalel Smotrich. Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional del gobierno de coalición, anunció a última hora del domingo que se entregarán armas durante la próxima semana a todos aquellos civiles que reúnan las condiciones de tenencia de armas y no tengan antecedentes penales o historial médico.
Avigdor Lieberman, también de la oposición, ha manifestado su interés de unirse a un posible gobierno de unidad nacional ante la situación, condicionando su apoyo al compromiso de destruir a Hamás.
Meses de fractura social israelí
Desde enero de 2023, Netanyahu, líder del Likud, está al frente del ejecutivo gracias a una coalición con partidos de la extrema derecha israelí, en lo que se ha denominado el gobierno más radical de la historia del país. Durante sus años en el gobierno, Netanyahu ha otorgado grandes sumas de dinero, a cambio de apoyo, a partidos ultra-ortodoxos y, en este último acuerdo, a los colonos. Estos grupos, como apuntan algunos analistas, debilitan la seguridad, ya que los primeros se niegan a realizar el servicio militar y los segundos expanden sus asentamientos en los territorios ocupados.
Pocas semanas después de llegar al poder, Netanyahu anunció una reforma del poder judicial que, básicamente, lo sometería al ejecutivo. Por un lado, esto eliminaría las trabas que el Tribunal Supremo podría poner a sus políticas y, por otro, le garantizaría la inmunidad frente a los cargos de corrupción por los que está siendo juzgado desde hace años.
La respuesta de la sociedad israelí no se hizo esperar y se han vivido meses de protestas que han resultado en una profunda fractura social entre los partidarios de la reforma y los que temen el deterioro de la democracia que ésta supondría. Uno de los colectivos que se opuso frontalmente a la reforma fue el de los reservistas, con la consecuente alarma por parte del ejército, que alertó del peligro para la seguridad que esto suponía. Tras el ataque de Hamás los reservistas han dejado la lucha contra la reforma y han acudido a la llamada a las armas ante la situación de emergencia nacional.
Ambiente de intifada en Cisjordania
Esta batalla interna había marginado de la agenda pública y mediática la situación de los palestinos en Cisjordania. Ésta ha empeorado, si cabe, durante el nuevo mandato de Netanyahu por el apoyo de sus socios extremistas a la expansión de los asentamientos –con intenciones de anexión– y a la violencia de los colonos contra los palestinos. Las provocaciones de los colonos, en muchos casos protegidos por las fuerzas de seguridad israelíes, han ido creciendo en localidades palestinas y en el lugar santo para los musulmanes donde se encuentra Al Aqsa, la mezquita que da nombre al ataque iniciado por Hamás: operación "Inundación de Al Aqsa".
En represalia por atentados en territorio israelí, las operaciones del ejército contra las milicias en ciudades palestinas como Nablus y Jenin se han recrudecido en este último año aumentando la violencia, el número de palestinos muertos y el apoyo popular a los grupos paramilitares de resistencia palestina. Voces dentro del ejército alertaban desde hace tiempo del ambiente de intifada que podía hacer estallar el conflicto en los territorios de Cisjordania.
Sin embargo, a los ojos de la sociedad israelí, el error de cálculo que llevó a descuidar la frontera con Gaza y a todos los residentes de las localidades cercanas a la Franja será difícilmente perdonable, especialmente a un primer ministro que ha hecho de la seguridad nacional su mayor propaganda electoral durante los últimos años. Unidos por el duelo y el dolor, los israelíes no dejarán de pedir responsabilidades a Netanyahu por los peores días que se recuerdan desde hace 50 años –y lo que está por venir en las próximas semanas-. Hay voces que apuntan a una comisión de investigación una vez finalice la guerra, como ya ocurrió con la Comisión Agranat tras la guerra de 1973, que llevó a la dimisión de la entonces primera ministra, Golda Meir.