Una mina de litio levanta a los serbios: el Gobierno denuncia una nueva "revolución de colores"
La reanudación de un proyecto minero en el oeste del país desata una multitudinaria demostración de rechazo ciudadano en la capital serbia.
12 agosto, 2024 02:44La reanudación de un proyecto minero de explotación de litio en el oeste de Serbia desató este fin de semana una multitudinaria protesta en Belgrado que culminó con el bloqueo de varias líneas de tren y de metro de la ciudad. La respuesta del presidente serbio, Aleksandar Vucic, ha sido también contundente: compara esta masiva muestra de rechazo ciudadano en las calles de la capital con las llamadas 'revoluciones de colores' que reconfiguraron el espacio postsoviético entre 2000 y 2005.
Decenas de miles de personas, convocados por organizaciones ecologistas y con el apoyo de la oposición, tomaron este sábado las calles de Belgrado para exigir la prohibición del proyecto Loznica, en el Valle de Jadar, muy cerca del parque natural que lleva su nombre, impulsado por la multinacional Río Tinto y apoyado por el Gobierno, ante el miedo a su posible impacto en el medioambiente.
En el centro de esta crisis se encuentra un reciente dictamen del Tribunal Constitucional que anuló una orden de 2022 del Gobierno para paralizar la apertura de la gigantesca mina de litio. La Justicia considera que las autoridades de Serbia se excedieron en sus poderes al detenerlo tras ceder a las presiones de los grupos medioambientales contra esta explotación que el gigante minero angloaustraliano lleva años intentado poner en marcha.
Massive demonstrations in Serbia's capital Belgrade against the country's corrupt regime.
— Foreign policy (@ForeignpolicyWB) August 10, 2024
The Serbian dictator must resign. pic.twitter.com/VkneRb1AUF
Aunque el Ejecutivo se ha comprometido a detener de nuevo este proyecto si detecta el más mínimo riesgo medioambiental, los activistas no se fían de la palabra de las autoridades. Por este motivo, organizaciones ecologistas con el respaldo de la oposición convocaron a la población este sábado para protestar masivamente contra el proyecto en el centro de Belgrado.
Según la televisión N1, la protesta en la plaza y calle de Terazije reunió a unas 30.000 personas de todas las edades y llegadas de diferentes partes del país.
Tras la manifestación, que transcurrió sin incidentes, los manifestantes bloquearon el tráfico ferroviario en la principal estación de trenes de la capital al ocupar los raíles, así como en la estación de Novi Beograd, que los agentes de Policía lograron desbloquear este domingo sin necesidad de recurrir al uso de la fuerza.
Pese a ser desalojados este domingo, los organizadores anunciaron para los próximos días bloqueos en toda Serbia de puntos ferroviarios y otros nudos de transporte. Según las autoridades serbias, este domingo se detuvo a 14 personas por bloquear el tráfico de trenes.
La multitudinaria protesta en Belgrado es la culminación de una ola de protestas, celebradas en las últimas semanas en más de 40 ciudades del país tras la reactivación del proyecto.
"Una revolución de colores"
Pese a admitir el temor de la población por el posible impacto ambiental de este proyecto, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, denunció que la multitudinaria protesta de Belgrado de este sábado fue un intento de "revolución de colores".
"Es parte de un enfoque híbrido y un intento de diferentes formas de revoluciones de colores", subrayó Vucic este domingo en una rueda de prensa. El mandatario acusó a la oposición de pretender aprovechar la preocupación ciudadana "como un medio en la lucha política".
Con estas declaraciones el presidente serbio trató de poner al mismo nivel estas protestas medioambientales con las llamadas 'revoluciones de los colores', las masivas protestas respaldadas por Occidente que se produjeron en el espacio postsoviético como la rosa en Georgia, la naranja en Ucrania o la del tulipán en Kirguistán.
"¿Quiénes son los que quieren que pare nuestra economía?", preguntó el presidente conservador, acusando directamente a la oposición de tener tendencias autoritarias. Aunque admitió que la protesta de este sábado pasó "en un ambiente democrático, importante para el país", los bloqueos posteriores "se burlaron de la democracia, es el terror de la minoría sobre la mayoría".
Pese a estas declaraciones, la verdad es que estas protestas representan un gran desafío para el Gobierno. Según un sondeo de opinión de la revista NSPM, el 52,1 % de los encuestados está en contra de esta mina incluso aunque hubiera garantías ecologistas de la UE y Alemania, el 33,7 % apoyaría el proyecto y el 14,2 % no tiene postura al respecto.
Sin embargo, el Gobierno ve en este proyecto una gran oportunidad de desarrollo económico para el país. Según sus cálculos, en el valle de Jadar hay unas 158 millones de toneladas de litio, casi un 20 por ciento de las reservas totales estimadas en el continente europeo.
Recientemente, el pasado julio, el Ejecutivo serbio firmó un memorando de entendimiento con la Unión Europea para desarrollar una cadena de producción que abarque desde la extracción de litio hasta la fabricación de vehículos eléctricos.
Ante el cariz que están tomando las protestas contra este proyecto en la región agrícola de Jadar, el presidente serbio ha tratado de mandar un mensaje de tranquilidad: en los próximos dos años no se llevará a cabo ninguna actividad minera y se escuchará a los ciudadanos además de tener en cuenta los informes de expertos sobre el posible impacto ambiental. Promesas en las que, por ahora, ni la oposición ni las organizaciones ecologistas, así como parte de la población, confían.