Macron impone por decreto su reforma de las pensiones y se arriesga a un nuevo estallido social

El presidente francés, Emmanuel Macron, no ha conseguido este jueves el respaldo necesario en la Asamblea Nacional (la cámara baja del Parlamento) para aprobar la polémica reforma de las pensiones que cuenta con la oposición de los sindicatos y de gran parte de la población. Por ello, el Gobierno francés ha optado por recurrir al polémico artículo 49.3 de la Constitución que le permite dar luz verde al texto sin necesidad de someterlo a votación. 

La decisión de utilizar este mecanismo constitucional se ha tomado durante una reunión de crisis en el Eliseo en la que han participado Macron, su primera minsitra, Élisabeth Borne, y varios miembros del Ejecutivo. "No se puede correr el riesgo de jugar con el futuro de las pensiones, esta reforma es necesaria", afirmó Borne entre los gritos y abucheos de la oposición antes de anunciar que se recurrirá "por responsabilidad" al 49.3.

A pesar de que el artículo tiene una larga tradición y se ha utilizado en repetidas ocasiones, se considera un último recurso. Conlleva además un gran riesgo político, ya que abre la puerta a que los partidos de la oposición convoquen una moción de censura en las próximas 48 horas.  Al parecer, la ultraderechista Marine Le Pen y Mathilde Panot, presidenta de la formación de izquierdas La France Insoumise, ya han anunciado que presentarán una moción, según recoge el diario Le Monde. 

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Esta misma mañana, la nueva normativa, que contempla ampliar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años, ha pasado por el Senado (la cámara alta), donde ha sido aprobada con un amplio margen. No obstante, las dudas en un número apreciable de diputados del bloque macronista y de Los Republicanos, sus aliados conservadores, auguraban un fracaso en la Asamblea.

Desde enero, los principales sindicatos del país, unidos en una inédita coalición, han convocado huelgas y manifestaciones por todo el territorio para intentar frenar el plan de Macron.

El miércoles, tras la úlitma movilización, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT, segundo sindicato francés), Philippe Martinez, denunció que el uso del artículo 49.3 sería "lo peor de lo peor" y que haría "vacilar la democracia" por no tener en cuenta "lo que pasa en la calle". En la misma línea, el también dirigente de la CGT, Olivier Mateu, adviritó que si el Gobierno se saltaba "las reglas de la democracia", debería esperar "reacciones".