El Ejército inmoviliza a los presos semidesnudos de una cárcel de Guayaquil, este jueves.

El Ejército inmoviliza a los presos semidesnudos de una cárcel de Guayaquil, este jueves. Fuerzas Armadas de Ecuador

América

Ecuador pide ayuda de la CIA y armas de EEUU para contestar "con más fuerza" al asesinato de su fiscal

La Fiscalía ha prometido mano dura tras la muerte de César Suárez, y el presidente Noboa ha reconocido en la CNN: "Necesitamos ayuda extranjera".

19 enero, 2024 02:00

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha recibido dos sorpresas esta semana. El martes, su esposa se puso de parto antes de la fecha prevista y tuvo a su tercer hijo, Furio, en Miami. El miércoles, mientras disfrutaba de las primeras horas de su bebé en Estados Unidos, conoció una noticia que apremiaría su regreso a Quito: habían asesinado a tiros a César Suárez, el fiscal que investigaba el asalto a un plató de televisión de Guayaquil del pasado 9 de enero.

En el país de Noboa, que lleva en estado de excepción desde que un grupo armado tomara los estudios de TC Televisión, se ha interpretado el atentado contra el fiscal Suárez como un toque de atención de los narcos a un mandatario que, según muchos, no está aplicando la "mano dura" que garantizó al comienzo de la crisis. Junto a Fito, el líder de los Choneros, aún hay otros 43 presos fugitivos desde hace diez días, y las autoridades parecen no dar abasto en un país poco acostumbrado a los episodios que vive.

El ataque del miércoles asestó un golpe a Noboa del que su Gobierno aún intenta resarcirse, y para el que ha tomado medidas tan desesperadas como pedir abiertamente ayuda a EEUU en un programa de televisión. En una entrevista con la periodista de CNN Christiane Amanpour, el presidente ecuatoriano reconoció el miércoles: "Necesitamos ayuda extranjera. Esa es la realidad [...] No estamos avergonzados de decirlo".

Dos militares ecuatorianos realizan un operativo de control de armas por las calles de Quito, el pasado domingo.

Dos militares ecuatorianos realizan un operativo de control de armas por las calles de Quito, el pasado domingo. Efe

"Necesitamos apoyo militar en términos de mano de obra, de soldados, también asistencia en inteligencia, armamento y equipamiento", dijo Noboa ante las cámaras estadounidenses. Tras la entrevista, en castellano, dirigió un mensaje consolador a su público ecuatoriano: "Hemos tenido contacto con Estados Unidos y la comandante [Laura J.] Richardson va a venir [a Quito] con una comitiva para hablar con nuestras Fuerzas Armadas y nuestra Policía". Unos días atrás, el presidente había declarado en la emisora local Mundo FM que Ecuador está trabajando "con más de 38 naciones que nos darán asistencia internacional", dijo a la emisora de radio FM Mundo.

Noboa responde "con más fuerza"

La mañana del jueves, las autoridades detuvieron a dos sospechosos de participar en el asesinato del fiscal, que según el diario El Universo eran integrantes de la banda Chone Killer. Pocas horas después, la fiscal general Diana Salazar prometió "más fuerza" en sus operativos, y la Policía declaró estar tras la pista de otros dos presuntos implicados de disparar a Suárez al menos 18 veces desde un vehículo que más tarde quemaron en el norte de Guayaquil. Por la tarde, un numeroso contingente entró en la cárcel regional de la ciudad, donde inmovilizaron a los presos semidesnudos en uno de los patios, les hicieron cantar el himno nacional ante la bandera ecuatoriana y registraron las celdas.

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Para un centro penitenciario indómito hasta hace prácticamente una semana, la estampa de ayer demuestra que el Estado ha tomado cartas en el asunto. Pero, aun así, son muchas las voces que aseguran que el estado de emergencia no está revirtiendo la mayor crisis de seguridad que ha vivido Ecuador en su historia reciente. Aunque se ha conseguido liberar a 200 rehenes, los cárteles que orquestaron el motín del 9 de enero siguen intactos.

Cuando anunció el régimen de excepción, se esperaba que Noboa llevaría a Ecuador por la senda de Nayib Bukele, que en 2019 instauró mecanismos de seguridad tan férreos que han logrado meter en prisión a 75.000 personas y prácticamente erradicar la delincuencia de las maras en El Salvador. Sin embargo, como el propio ecuatoriano aseguró en una entrevista en Telemundo la semana pasada, "Bukele y yo somos muy diferentes". En oposición al modelo autoritario —pero eficaz— del país centroamericano, el miércoles a la CNN defendió: "Mi estilo es el estilo Noboa, que es democrático".

Soldados del ejército ecuatoriano vigilan cerca al Centro de Privación de Libertad Zonal No. 8 de Guayaquil.

Soldados del ejército ecuatoriano vigilan cerca al Centro de Privación de Libertad Zonal No. 8 de Guayaquil. Efe

Si la democracia es la solución a la crisis de criminalidad en Ecuador no tiene aún respuesta. Noboa rechaza por el momento permitir en su acuerdo de colaboración con EEUU que Washington construya bases militares, ya que la Constitución de 2008 prohíbe la instalación de bases extranjeras permanentes. Permanentes: eso no quita que Quito pueda 'prestar' instalaciones propias al Ejército norteamericano. El presidente también sugirió "cooperación, que la DEA [la Administración de Control de Drogas] trabaje con las autoridades civiles y la policía antinarcóticos de aquí. Que nos ayude a luchar contra estos grupos terroristas", dijo en su entrevista con Amanpour para la CNN.

Hasta ahora, Noboa ha recibido respaldo legislativo para sus medidas de seguridad, pero los partidos de la coalición han dicho que no apoyarán un aumento del IVA del 12% al 15% para financiar armas y equipos para las fuerzas de seguridad y mejoras en el sistema penitenciario, así como los pagos adeudados a los gobiernos regionales. El presidente de Ecuador planea celebrar un plebiscito sobre materia de seguridad a finales de este año, que incluiría preguntar al público si el Gobierno debería deshacer la prohibición de extradición de ecuatorianos buscados en el extranjero.