Tiroides y embarazo: todo lo que debes saber para vivir el proceso tranquila
Padecer hipertiroidismo o hipotiroidismo se produce con relativa frecuencia entre las embarazadas. Con un buen diagnóstico y tratamiento, no es motivo de alarma.
3 junio, 2022 12:56Noticias relacionadas
La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se localiza en el cuello, en concreto debajo de la nuez de Adán.
Esta glándula tiene como función principal producir las hormonas tiroideas, tiroxina y triyodotironina, encargadas de controlar el metabolismo, la temperatura del cuerpo y el ritmo cardiaco. También, otros aspectos del organismo como los músculos y los huesos. En el caso de las mujeres, tiene además influencia en el ciclo menstrual.
La tiroxina de la mujer embarazada madre (hormona T4 tiroidea) es importante para el desarrollo cerebral fetal, sobre todo durante el primer trimestre.
Desde hace unos diez años, se le da importancia a la tiroides y a las hormonas tiroideas durante el embarazo durante esta etapa, es la segunda causa de patología endocrina. Entre las alteraciones más frecuentes se encuentran:
Hipotiroidismo: Se reduce la producción de hormonas, y esto suele suceder en el 1% de las gestaciones.
Hipertiroidismo: Se produce una cantidad excesiva de hormona.
A estas dos, hay que añadir la tiroiditis, que es una inflamación de la glándula que ocasiona los cuadros de hipertiroidismo de inicio para terminar en un hipotiroidismo habitualmente.
No se suele percibir externamente, pero la tiroides puede aumentar su tamaño en torno al 10% durante la gestación. Y no es lo único que cambia, también aumenta la cantidad de hormonas tiroideas, alrededor de un 50% más, con el objetivo de cubrir los requerimientos de la embarazada y el feto.
Para que se produzca esta producción extra de hormonas tiroideas, es fundamental el yodo. En este sentido, nuestro ginecólogo nos advierte que el déficit de esta sustancia durante el embarazo se ha asociado a la presencia de:
- Abortos de repetición.
- Mortalidad fetal.
- Bajo peso en el nacimiento.
- Menos desarrollo intelectual en el bebé y alteraciones morfológicas.
- Preeclampsia.
- Anemia.
- Hemorragias.
Lamentablemente, el 5% de las mujeres presenta una cantidad deficiente de yodo, pese a lo sencillo que es evitarlo, ya que basta con recurrir a una suplementación de yodo en la dieta (en la sal, por ejemplo) para que descienda la probabilidad de hipotiroidismo en la madre y el feto. Pero también, es necesario suplementar su aporte mientras la mujer está en búsqueda de gestación (100 µg) y durante la gestación (150-200 µg), y así evitar problemas para el correcto desarrollo fetal.
Sobre la tiroides y su función en el embarazo, la glándula tiroidea fetal empieza a producir su propia hormona en el segundo y tercer trimestre y por esto es tan importante la hormona tiroidea de la futura madre durante el primer trimestre. No obstante, nuestro doctor nos matiza que en el segundo y tercer trimestre, sigue siendo importante, ya que contribuye a aumentar los niveles hormonales dentro del feto.
Hipotiroidismo y sus riesgos para el feto
Se trata de una alteración de la glándula que produce menos hormonas tiroideas, y esto puede estar causado por:
- Déficit de yodo.
- Medicamentos.
- Cirugías que requieren extraer la glándula tiroidea o parte de ella.
- Inflamaciones que originan tiroiditis y el consecuente deterioro de la glándula.
El hipotiroidismo afecta tanto a las mujeres embarazadas con esta enfermedad como al feto. En concreto, las embarazadas pueden sentir una serie de síntomas, que son fáciles de confundir con los propios de la gestación, como:
- Fatiga.
- Estreñimiento.
- Calambres en los músculos.
- Aumento de peso.
- Hinchazón.
- Piel seca.
- Caída de pelo.
- Intolerancia al frío.
Por otra parte, el hipotiroidismo puede conllevar ciertas consecuencias para el feto. Lo más importante, es que el hipotiroidismo está relacionado con un aumento en el riesgo de pérdida fetal, malformaciones fetales, patología del desarrollo y función placentaria (aumento de tensión arterial, retardo de crecimiento fetal), anemia y hemorragia postparto.
Diagnóstico del hipotiroidismo
Hoy día se cuenta con análisis más precisos, que ayudan a diagnosticar esta enfermedad de manera precoz. Las determinaciones de hormonas tiroideas han mejorado mucho, y su uso rutinario permite el diagnóstico de hipotiroidismo en fases muy precoces, en las que los pacientes tienen muy pocos síntomas o incluso ninguno.
Las personas con hipotiroidismo que no manifiestan signos de esta enfermedad son diagnosticadas por la elevación de la TSH, que es la hormona que controla la función del tiroides.
La mayoría de guías clínica recomiendan que en las mujeres que desean quedarse embarazadas o ya lo están en su primer trimestre, la TSH debe estar por debajo de 2,5 mUI/l mcUI/ml, y si estuviera más alta es necesario tratar con hormona tiroidea (levotiroxina). En el resto de embarazo, esta TSH debe ser inferior a 3 mUI/l.
En la población general, las personas con la TSH elevada entre 5,5 y 10 y con ausencia de síntomas no requieren tratamiento, pero sí continuar con el control periódico. Por el contrario, cuando la TSH es superior a 10 mcUI/ml la mayoría de las personas deben recibir tratamiento con tiroxina y realizarse controles para estar seguros de que se han normalizado los niveles de TSH y hormonas tiroideas.
Hipertiroidismo y embarazo
Es otro de los posibles trastornos durante el embarazo y, en este caso, existe una gran cantidad de hormona tiroidea. Esto puede ocurrir de manera temporal debido a la propia gestación, o por una causa autoinmune.
Hay que tener en cuenta que en el embarazo se produce una tormenta hormonal. En este sentido, las hormonas placentarias pueden influir en la producción de la hormona tiroidea. De hecho, la propia hormona que nos sirve para el diagnóstico del embarazo en los test empleados, la HCG (hormona gonadotropina coriónica), puede estimular a la glándula tiroidea materna, sobre todo el primer trimestre, y producir estos cuadros transitorios de hipertiroidismo.
Signos de hipertiroidismo en embarazadas
- Hiperactividad generalizada.
- Nerviosismo.
- Insomnio.
- Temblor.
- Taquicardia.
- Palpitaciones.
- Mayor número de deposiciones.
- Hipertensión.
- Incremento del sudor.
- Intolerancia al calor.
- Disminución de peso.
Afortunadamente, todos estos trastornos causados por el hipotiroidismo y por el hipertiroidismo pueden disminuir o desaparecer si se lleva a cabo un buen control y tratamiento en el primer trimestre.
*El ginecólogo Ángel Lorenzo Álvarez trabaja en la Unidad la Mujer del Hospital Ruber Internacional.