"No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad" ya lo decía el escritor y periodista colombiano Gabriel García Márquez. Una felicidad que depende en gran parte de ese equilibrio tan necesario entre las emociones positivas y negativas que experimentamos y que tienen su origen en esos estímulos que provocan las reacciones químicas de nuestro cerebro.
En este sentido, existen hábitos y acciones diarias que podemos aportar a nuestro día a día para atraer aún más esa sensación plena de felicidad tan relacionada con la serotonina, la endorfina, la dopamina y la oxitocina.
Todos ellos, neurotransmisores que juegan un papel muy importante en la regulación del estado de ánimo, las emociones y el bienestar que experimentamos cada día. Sobre todo ello, hemos hablado con la psicóloga asturiana Zara Díaz. Toda una experta en orientación ante problemas de conducta, depresión, problemas de autoestima, estrés postraumático o terapia de pareja, entre otras.
Esta experta asturiana nos ha dado algunos de los hábitos diarios que podrás empezar a integrar en tu día a día para ganar en felicidad. Toma nota.
La importancia de practicar la autocompasión ante los malos hábitos
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Hábitos que como nos transmite Zara Díaz destacan por ese autocuidado con uno mismo y la autocompasión: "Estos buenos hábitos son algunos de los que intento cumplir conmigo misma y que también intento transmitir a mis pacientes.
En cualquiera de los casos, es fundamental que intentemos prestar atención a las rutinas que realizamos en el día a día y cómo realizamos ese autocuidado con nosotros mismos".
"Tenemos que entender que no necesitamos tener los hábitos perfectos para sentirnos satisfechos con nosotros mismos, sino que también tenemos que practicar la autocompasión y comprender que no pasa nada porque nuestra vida no sea idílica o modélica". Un tipo de vida idílica y de película que en muchas ocasiones "tiene un alto precio a pagar", asegura.
"La autocompasión también tiene mucho que ver con hacer autoanálisis de uno mismo y darse cuenta, de qué es lo que podemos estar tapando o qué función están cumpliendo esos malos hábitos que introducimos en nuestro día a día".
Una respuesta tras la que a menudo según esta experta se esconde "que estamos tratando de evadirnos de nuestro propio dolor emocional, de asuntos pendientes por resolver. Es como una huida de nosotros mismos", asegura.
Los hábitos diarios que deberías cambiar para ser más feliz
Una vez valorada esa importancia y ese foco que debemos poner en la autocompasión y el autocuidado, es el momento de indagar en todos esos cambios que podemos empezar a hacer en nuestro día a día, según Zara Díaz, para ganar en felicidad:
- Hacer deporte de forma habitual: Hacer deporte es imprescindible para tener una vida sana emocionalmente y de hecho, está directamente implicado con la felicidad. Evidencia de ello, es que hacer deporte estimula la liberación de endorfinas en el cerebro, aumentando el bienestar y tiene un impacto positivo en la neurogénesis (proceso mediante el cual se generan nuevas neuronas).
Este es solo uno de los muchos procesos cerebrales que pueden verse beneficiados cuando hacemos ejercicio físico. - Cuidar lo que comemos: Lo mismo sucede con la alimentación, otro de los pilares fundamentales para mantenerse saludables y felices. Cuando hablamos de cuidar lo que comemos hablamos de alimentarse saludablemente y no llevarlo nunca al extremo.
- No interferir con los biorritmos: Estos ciclos biológicos determinan el rendimiento en tres aspectos básicos del ser humano: físico, emocional e intelectual; es importante que no se vean perjudicados o interrumpidos.
Esto tiene que ver con que cuando es de día intentemos siempre exponernos a la mayor cantidad de luz posible y cuando es de noche intentemos eliminar el exceso de luces artificiales que también influyen en la gestión del estrés y la ansiedad. - Pasa tiempo en la naturaleza: Otro aspecto relevante y muy relacionado con la felicidad, lo encontramos con algo tan sencillo como pasar más tiempo en la naturaleza y en concreto con la influencia de la vitamina D.
La vitamina D, a menudo llamada la "vitamina del sol", se produce en nuestra piel cuando estamos al aire libre, bajo la luz solar. Una vitamina D que también promueve la liberación de endorfinas, hormonas relacionadas con la felicidad.
Así que, pasar tiempo en la naturaleza no solo nutre nuestro cuerpo con vitamina D, sino que también contribuye a una sensación general de bienestar, alegría y promueve el desarrollo cerebral. - Asegurar un buen descanso: Descansar adecuadamente y permitirnos parar es fundamental para acercarnos un poco más a esa felicidad. Durante el sueño, nuestro cuerpo se recupera y restaura, y nuestra mente se libera del estrés y la fatiga.
Un sueño de calidad mejora el estado de ánimo, la concentración y la toma de decisiones, lo que se traduce en una mayor sensación de bienestar y felicidad en nuestra vida diaria. - Dedica tiempo a tus aficiones: Algo tan sencillo y placentero como dedicar un tiempo del día a actividades que nos generan placer y calma y que no sean meras obligaciones, también podrá acercarnos aún más a ese estado de felicidad.
En este apartado, es importante atreverse a explorar por ejemplo con nuevas aficiones o deportes y hacer aquellos que realmente nos aporten algo positivo. Por el contrario, tenemos que evitar ver esas actividades como una mera obligación o un "hacer por hacer", hay que evitar el modo aislado o pasivo con el que mucha gente va, por ejemplo, a hacer ejercicio en el gimnasio y disfrutarlo de verdad si es eso lo que queremos hacer realmente.
Además, con estas actividades podemos formar vínculos sociales, que también influyen en esa satisfacción con la vida.
¿Qué podemos hacer para fomentar los buenos hábitos?
Es importante también saber reforzarse positivamente y elogiarse a una misma por todos los avances conseguidos por pequeños que sean: "Muchas veces tendemos a hablarnos fatal o nos decimos constantemente lo débiles que somos y eso también influye en nuestra falta de felicidad porque tampoco ayuda".
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Uno de los ejercicios que podemos poner a prueba para fomentar la felicidad en nuestro día a día es "entrenar el posponer la recompensa": "Esto quiere decir que la vida tiene que ser un equilibrio entre los placeres y las obligaciones o entre aquello que nos causa más satisfacción y aquello que nos dé más pereza.
Podemos por ejemplo empezar por aquello que nos dé más pereza como puede ser hacer las tareas de trabajo pendientes o esa tareas de casa que no nos apetece tanto hacer y después algo que nos genere calma y satisfacción como quedar con amigos, hacer deporte, pasar un tiempo al aire libre...", explica. "Es ese equilibrio entre el ocio y las obligaciones, lo que nos ayuda a conseguir internamente ese equilibrio emocional y esa aproximación a la felicidad".
La importancia de conocer las razones subyacentes
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Ante todos estos hábitos y consejos la profesional Zara Díaz nos propone el siguiente interrogante: "¿Son los malos hábitos los que nos hacen encontrarnos mal con nuestra vida o es al revés y como nos encontramos mal con la vida caemos más fácilmente en los malos hábitos? ¿Qué es primero?".
Para esta profesional en psicología, esto no deja de ser algo totalmente "bidireccional": "Los malos hábitos muchas veces son una mera estrategia que utilizamos para calmarnos pero estos, muchas veces solo funcionan a corto plazo. Esto podría ser por ejemplo como el comer emocional, fumar, beber...
A corto plazo, estos malos hábitos pueden calmarnos, pero a largo plazo lo que mejor funciona es aprender a gestionar mejor nuestras emociones".
"Necesitamos conocer las razones subyacentes que están detrás de nuestras dificultades para tener buenos hábitos, como puede ser el estrés en el trabajo, problemas de autoestima, de pareja, problemas no resueltos, miedos, frustraciones... Tenemos que poder reconocerlas y trabajar sobre ellas para mejorar los hábitos que ya sabemos que tenemos que tener pero que no somos capaces de afrontar".