Si algo buscan las mujeres españolas es la eterna juventud, de ahí que se hayan volcado en la indagación de métodos y productos para combatir los signos del envejecimiento.
Desde tratamientos de spa de lo más caros hasta cremas exóticas con ingredientes milagro, el mercado de la belleza ofrece una amplia gama de opciones en este campo.
Sin embargo, conseguir una piel perfecta es mucho más sencillo de lo que pudiera parecer. Tan solo necesitas la receta secreta y muy utilizada por las mujeres japonesas para conseguir un retinol casero con té verde ideado para combatir los signos de la edad.
Se trata de una técnica muy usada por las gurús del skin care y es que cuando hablamos de cuidado de la piel quien mejor que las japonesas para darnos sus trucos.
Un sencillo truco de belleza casero con el que conseguirás estimular la producción de colágeno y rejuvenecer la piel con un simple gesto. Te contamos cómo hacer esta crema antiedad casera paso a paso.
El colágeno y el retinol
Con un enfoque centrado en la estimulación del colágeno, este remedio busca potenciar el mantenimiento de la elasticidad y firmeza de la piel. Esta proteína, junto con el retinol, son dos ingredientes clave en la lucha contra el envejecimiento.
Por un lado, el retinol es un derivado de la vitamina A, conocido especialmente por su capacidad para estimular la producción del colágeno y promover la renovación celular, lo que resulta en una piel más suave y tersa.
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Por otro lado, el colágeno es esa proteína responsable de mantener una piel joven y flexible, pero su producción disminuye con la edad, lo que lleva a la aparición de arrugas y flacidez.
El truco del retinol casero
Para la cultura japonesa, el cuidado facial va más allá de una simple rutina de belleza, es un actor de amor propio y un ritual sagrado que se practica con dedicación y devoción.
Desde una edad temprana, las mujeres japonesas aprenden la importancia de cuidar su piel e implementan una serie de prácticas que han sido transmitidas de generación en generación.
Una de las claves del cuidado del rostro de las japonesas es el uso de ingredientes naturales y tradicionales, como el té verde. Originario de China, pero popularizado en Japón, el té verde ha sido venerado durante siglo por sus numerosos beneficios para la salud, incluido su impacto positivo en la piel.
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El té verde está repleto de antioxidantes, especialmente catequinas, que ayudan a combatir los radicales libres responsables del envejecimiento prematuro de la piel. Además, sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas lo convierten en un elixir natural para combatir el acné y las imperfecciones.
Tal como explica la nutricionista y terapeuta, Rosa María López, el té verde también es perfecto para eliminar las rojeces de la piel.
Gracias a su alto contenido de polifenoles, el té verde también ayuda a proteger la piel de los daños causados por los rayos UV, reduciendo así el riesgo de manchas y quemaduras del sol.
Su capacidad para mejorar la circulación también contribuye a un cutis más luminoso y de aspecto saludable.
Cómo hacer retinol casero
Con todos estos beneficios en mente, no es de extrañar que el té verde sea un elemento fundamental en la rutina de cuidado facial de muchas mujeres. Especialmente, para aquellas que deseen aprovechar al máximo sus propiedades rejuvenecedoras.
Pero, ¿cómo prepararlo? Es de lo más sencillo, tan solo necesitas una taza de té verde y una cucharada de gel de aloe vera.
- Prepara una taza de té verde y déjala enfriar a temperatura ambiente.
- En un cuenco pequeño, mezcla una cucharada de gel de aloe vera con el té verde hasta obtener una solución homogénea.
- Aplica la mezcla sobre el rostro y el cuello, asegurándote de cubrir todas las áreas.
- Deja actuar la mascarilla durante 15-20 minutos.
- Enjuaga con agua tibia y seca con suavidad.
- Aplica tu crema hidratante habitual para sellar la humedad.
Se recomienda utilizar esta mascarilla una vez a la semana para obtener mejores resultados.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el té verde puede causar sequedad en la piel si se deja actuar durante demasiado tiempo, por lo que se recomienda no exceder los 20 minutos de aplicación.