Chaqueta Bar: las claves del icono imaginado por Christian Dior

"It's such a new look!". Esta frase pronunciada por Carmel Snow, redactora de Harper's Bazar, ante la propuesta de Christian Dior en 1947, condensa la revolución que supuso la chaqueta Bar.

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Emblema de la maison Dior, reinventada cada temporada por obra y gracia de sus directores creativos, cambió para siempre la historia de la moda. Repasamos su origen y su éxito, 75 años después de su primera aparición.

Su origen

Chaqueta Bar © Association Willy Maywald/ADAGP, 2022

Francia, 1947. Con los estragos dejados por la Segunda Guerra Mundial en mente, los diseñadores abogan por la máxima sencillez: líneas rectas, diseños utilitarios y funcionales, reflejo de una sociedad profundamente marcada por la escasez. La silueta femenina se viste de sobriedad. Solo destacan entonces complementos llamativos como los sombreros.

Nadie esperaba entonces la aparición, no solo del genio Christian Dior, sino de una nueva manera de entender la moda que marcaría la historia. El 12 de febrero del año 47, en el número 30 de la mítica Avenue Montaigne, el diseñador, presentó, junto a su asistente Pierre Cardin, su colección primaveral.

Con 90 siluetas en total, se dividió en dos líneas claves: Corolle, guiño a la corola de la flor, y En huit. Su propuesta estética fue una auténtica sorpresa: curvas realzadas, con siluetas de hombros generosos y redondeados, cintura muy fina y proporciones armoniosas.

"Dibujé mujeres-flores, de hombros suaves, bustos floridos, cinturas delgadas como lianas y faldas amplias como corolas" dijo más adelante Christian Dior sobre esta colección.

"Quería que mis vestidos fueran 'construidos', moldeados sobre las curvas del cuerpo femenino cuya forma estilizarían. Acentué el tamaño, el volumen de las caderas, resalté el pecho. Para dar más agarre a mis modelos, hice forrar casi todas las telas con percal o tafetán, reviviendo así una tradición abandonada hace mucho tiempo" confesó el diseñador. Las siluetas presentadas por Christian Dior hacían eco a la forma del reloj de arena, tan preciada en siglos anteriores.

Un New Look que impactó, no solo por su ostentosidad, sino también por un uso inédito de telas. El modelo Diorama contaba, por ejemplo, con 40 metros de circunferencia.

"Dior pensó que estaba presentando una colección cautelosa, pero la opulencia redescubierta de las formas, el uso de telas en volúmenes generosos, los largos extendidos de las faldas y vestidos después de estos años de privación fue un shock" explicaba Olivier Saillard en la obra Dior by Christian Dior.

Del conjunto de la colección destacó un look en concreto: una falda con volumen, de un tejido de tafetán cresponado de algodón negro, coronada por una chaqueta extremadamente ceñida en la cintura y realizada en un llamativo shantung color marfil, la chaqueta Bar.

¿Su punto distintivo? A diferencia de las chaquetas ideadas en aquella época, esta enfatizaba la zona de las caderas, con un efecto redondeado muy marcado en la parte inferior. Tomaría su nombre de un bar en la plaza Athénée al que acudía habitualmente Christian Dior.

El diseñador completó el look con guantes negros y sombreros de paja trenzada de inspiración china, como se puede apreciar en la mítica fotografía de John French. 

Este conjunto, que se convirtió en un símbolo de la moda de los años 50, ya llevaba unos años en la mente de Christian Dior: "En 1944, mientras trabajaba a las órdenes de Lelong junto a Balmain, Dior diseñó un modelo llamado Welcome en el que ya recogía las líneas esenciales del que sería su traje Bar" según recuerda el Museo del Traje. 

El traje Bar se convirtió también en un símbolo de elegancia y savoir-faire francés. Su éxito no tardó en "cruzar el charco", gracias, entre otros, a Clifford Coffin de la revista Vogue que permitió a las estadounidenses descubrir el New Look.

En 1954, Christian Dior lanzó la línea H, voluntariamente más recta y de corte relajado. No consiguió anteponerse a la anterior.

Un icono reinventado

La chaqueta Bar formó parte de 22 colecciones de Alta Costura de Dior hasta el fallecimiento de Monsieur, en 1957. Desde entonces, los directores creativos de la maison se esmeraron en reinventarla, brindándole su toque artístico personal.

© Association Willy Maywald/ADAGP, Paris 2022

Primero, Yves Saint Laurent, director artístico de la maison de 1958 a 1960, quien diseñó seis colecciones en total, apostando por ella en su versión más clásica, seguidamente Marc Bohan, director artístico de 1960 a 1989, la "revivió" añadiéndole un cinturón y botones más vistosos. 

Marc Bohan / Georges Saad

Gianfranco Ferré, director artístico de 1989 à 1996, "relajó" sus curvas, con tejidos más fluidos.

Gianfranco Ferré / Georges Saad

John Galliano, director artístico de 1996 a 2011, rescató la silueta de la chaqueta con su característico atrevimiento. Cabe recordar su propuesta otoño-invierno 2009-2010, una colección homenaje a los inicios de Dior, caracterizada por los looks de la maison de la década de los 50 y por supuesto de la chaqueta Bar, lucida en tonos tan llamativos como el naranja o el frambuesa.

Raf Simons, director artístico de 2012 a 2015, se centró a su vez en la pureza de la estructura del diseño. Para la colección otoño-invierno 2012-2013, combinó una reinterpretación de la chaqueta Bar, con un escote más pronunciado, y un par de pantalones a juego. 

María Grazia Chiuri, directora creativa desde el año 2016 y primera mujer al cargo en la historia de la maison, convirtió la chaqueta Bar en un símbolo de poderío y reafirmación feminista.

En su colección primavera-verano 2017, la combinó con una camiseta estampada y una falda de tul transparente negra, siendo una de las reinterpretaciones más rebeldes del icono hasta la fecha.

Para su línea otoño-invierno 2020-2021, propuso un modelo de punto, por el que se desarrollaron nada menos que cuatro prototipos con el objetivo de recrear de forma exacta el modelo de origen.

En el marco de la colección Crucero 2020, Dior reinventó la chaqueta en tela wax en una edición especial Christian Dior – Uniwax en forma de reflejo de la elegancia de un telón de fondo estampado con el imaginario de Dior y de África.

El traje reapareció también en la colección Alta Costura otoño-invierno 2021-2022, con una falda ligeramente más larga, confirmando su carácter atemporal y su belleza, sencillamente irreemplazable.

Desfile Alta Costura otoño-invierno 2021-2022 de Dior. Gtres

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