La mayoría de los expertos en dermis coinciden en que el sérum es uno de los mayores inventos cosméticos de los últimos años. Debido a su alta concentración de activos, son capaces de potenciar los tratamientos que se aplican posteriormente en el rostro.
Incluirlos en la rutina diaria, es todo un acierto y se suelen aplicar antes de la crema habitual de día, haciendo suaves presiones para ayudar a su penetración en los tejidos de la dermis, aunque también existen sueros para la noche, ricos en retinol.
La oferta de sérums es amplísima, y antes de decidirnos por uno u otro, los dermatólogos aconsejan analizar la piel y determinar qué es lo que se quiere mejorar con el producto, ya que los problemas de la piel son variados y a cada persona le puede preocupar una cosa distinta: deshidratación, pigmentación, pérdida de firmeza o arrugas…
Además, cada edad y estado de la epidermis requiere de unos principios activos diferentes. En general, las fórmulas suelen incluir vitaminas C y E, ácido hialurónico y si el producto se va a utilizar por la noche, retinol.
¿Cómo se aplica el sérum?
Cuatro gotas son suficientes para todo el rostro. Una para la frente, dos en las mejillas y otra en la barbilla, extendiéndolas por la cara y el cuello. Es importante, que previamente el cutis esté perfectamente limpio.
Desde Chanel recomiendan tras su aplicación, realizar pellizcos con los pulgares y los índices desde la mandíbula hasta las orejas, desde la comisura de los labios hacia las orejas, y desde las aletas de la nariz hacia las orejas. Conviene esperar entre 1 y 2 minutos para que el producto penetre, antes de aplicar la crema de tratamiento posterior.
Estos son los 10 sérums recomendados: