La última fiesta del doctor Bartolomé Beltrán
La gala de Las Top100 Mujeres Líderes fue la última fiesta de Bartolomé Beltrán. Era el 28 de enero y ahí, pueden verle en la foto, sonriente y contento como una estrella, sin saber que ese sería el último photocall de su vida.
De hecho, posaba como si fuera el primero. Su jefa en Antena 3, nuestra Top100 Patricia Pérez, me contaba hoy con lágrimas contagiosas que ese día estaba pletórico y feliz de estar allí con nosotras.
Y no me extraña. Al fin y al cabo, Antena 3 era la bandera que enarbolaba con orgullo donde quiera que iba. Y ese gran evento que A3media organizaba junto a EL ESPAÑOL, en parte, era también como suyo.
Eso me hacía gracia de él. Cuando sentía que pertenecía a algún sitio, lograba darle la vuelta a la tortilla. Fuera cual fuera su posición, si se veía en su espacio, te recibía como el anfitrión, como el presentador de un programa de éxito americano. Algo así como Oprah. Parecía que llevara un foco iluminándole.
No en vano, para muchas generaciones fue el ‘médico de la tele’ junto a Ramón Sánchez-Ocaña. La historia de la divulgación de temas sanitarios hoy se enfunda un crespón negro, como lo hacen laSexta, donde seguía teniendo su programa, La Razón donde seguía escribiendo su columna, la Fundación AMA y sobre todo, Antena 3, la cadena en la que participó como cofundador.
Quienes trabajamos allí, cuando pasemos el control y justo antes de llegar a la cafetería, no podremos dejar de girar la cabeza a la derecha esperando un saludo simpático del doctor que tanto quería ‘a la tele’.
Le conocí hace muchos años, muchos. Nuestro común amigo Ricardo de Lorenzo, a quienes los dos consideramos parte de nuestra familia, nos presentó una tarde de verano en su despacho.
Los amigos de Ricardo tenemos la imposición de querernos y cuidarnos. No hay alternativa. Para eso es un tirano y no perdona. Por eso, Bartolomé y yo supimos desde el primer momento que no teníamos más remedio que llevarnos bien.
Eso me dijo el doctor el verano pasado en Sotogrande: ‘Tú y yo conocemos a nuestro amigo y sabemos lo que implica estar sentados hoy en la mesa con él’. Y así era ‘BB’, como firmaba sus mensajes. Recogía los compromisos con las personas que le apreciaban.
Hace menos de un mes, coincidí con él en Zalacaín. Él almorzaba con amigos comunes y le invité a la gala. Uno nunca sabe cuándo va a ser la última vez. Pero el doctor estaba encantado de acudir al evento y de enfundarse el esmoquin. Me atrevo a decir que le hizo mucha ilusión.
Aquella noche tenía pinta de todo menos de morirse veinte días después. Estaba radiante y contento de estar allí, con tantos compañeros de Antena 3 y con tantos amigos: Juan Abarca, Julio Fernández, Miguel Ángel Martín, el propio Ricardo de Lorenzo…
Le saludaban, se acercaban a hablar con él, se hizo fotografías con todo el que se lo pidió.
¿Quién le iba a decir a aquel joven estudiante de medicina de la Universidad de Valladolid, a aquel aspirante a ginecólogo que iba a llegar donde llegó? Probablemente, ni lo hubiera sospechado.
‘La salud es lo que importa’ y su insuficiencia renal le ha demostrado que tenía razón cuando puso nombre a su primer programa en Antena 3 Radio hace ya 42 años.
El doctor se ha ido y muchos hoy estamos tristes. Como preguntaba él todos los domingos en laSexta, ‘¿Qué me pasa, doctor?’ Probablemente, lo que nos pase es que sabemos que ya solo responderá a nuestras respuestas en diferido, nunca más en directo.
Aun a riesgo de parecer frívola, he de decirles que estoy contentísima de que esa sea la foto de su última aparición pública: guapo, con mejor aspecto que salud, una sonrisa sincera, en su casa televisiva, con sus amigos, celebrando el talento femenino -él, que era especialista en la salud de las mujeres- y presumiendo del trabajo de su familia de Antena 3.
Esa imagen será la que nos quedaremos para siempre. Esa, y la de la bata blanca, doctor.
Buen viaje, doctor.
Prometemos que te quedarás con nosotros.
Las Top100 te mandan un beso enorme y te dan las gracias por habernos hecho el honor de regalarnos tu última fiesta.