Póker de magas: del beduino de Lorena G. Maldonado a la nube de Tamara Falcó
La semana en cuatro tips de vida social, protagonistas y recomendaciones.
Compi-yogui
La mayoría sigue identificando el comienzo de curso con el inicio de un nuevo año. Yo formo parte de esa mayoría y vengo con mi lista de buenos propósitos para superar el estrés y ocuparme un poco más de mi cuerpo que, poco a poco, va dando señales de irse haciendo mayor.
Los diez mil pasos, el yoga, la alimentación aún más sana, reservarme algo de tiempo para mí, poder escribir un poco más… imagino que muchas se sentirán identificadas en esas cosas que nos faltan por incluir en la agenda.
Pues allí llegué yo el domingo pasado a mi nueva clase de yoga en Gong. Tristán y Cósima —mis hijastros— me lo habían recomendado con mucho énfasis y fui con mi hijo. Nuestra primera clase. Yo a veces sigo creyendo que tengo veinte años y me inscribí en la clase de hatha-vinyasa que coincidía con el horario que me convenía.
Prudente, le pedí a mi hijo que colocáramos el mat al lado de la pared del fondo y menos mal que tuve esa idea. Comenzó la clase y me sentí como si me hubiera colado en un aula de cuarto de ingeniería sin haber aprobado la EBAU. Qué barbaridad. Qué elasticidad, qué práctica, qué disciplina…
En un momento en el que todos los que estaban en la sala hacían la invertida —la postura de la fotografía del primero de los naipes— yo miraba sentada sobre mis gemelos. La profesora se acercó a mí y me preguntó: '¿Estás bien?'. 'Sí, muy bien' —le contesté—. 'Algún día seré una más de la clase, pero me tienes que dar tiempo'.
Esta es la parte buena de cumplir años. La frustración no nos cabe en el bolso, sólo la certeza de saber que los logros requieren mucho esfuerzo.
Lorena G. Maldonado
Mi lunes comenzó con una intensa charla con Lorena G. Maldonado en el Intercontinental. Nosotras dos no podríamos hablar de otro modo que no fuera intensamente. Y su curiosidad por todo se hizo la protagonista activa y pasiva de la conversación.
Hablábamos sobre su relación con EL ESPAÑOL, con su nave nodriza. Compatibiliza sus entrevistas abigarradas con sus columnas y con su actividad como guionista. Ahí es nada. Con su voz dulzona y su caída de pestañas tierna repite que el periódico es su casa y que quiere que así sea siempre. Así lo queremos todos, también nuestros lectores.
Le conté cómo hace años, la mujer que inspiró mi novela Cazar leones en Escocia (Espasa, 2022) le decía a su nuera en presencia de su hijo: 'Si tienes que ir a Argelia, busca una noche de pasión con un beduino. Eso es tan diferente a todo que entenderás lo que te digo… Ummm… un hombre azul es algo que tienes que sentir antes de morirte'.
El hijo de mi querida Marisa le reprochó que le hablara a su novia como si él no estuviera delante y le recomendara una infidelidad. Su madre le dijo que se calmara. Sería una sola noche, pero su mujer vendría sabiendo mucho más de la vida y el hombre azul no sería más que una referencia de distinción. Le explicó que hay mujeres que si no prueban y crecen, se aburren.
La vida siguió su cauce y como era previsible no hubo beduinos ni hombres azules, pero la mujer curiosa se aburrió y voló. La opción de Marisa era cuestionable y cada cual lo entenderá como una osadía, como una estupidez o como la sabiduría en estado puro. Da igual, la moral es subjetiva y los criterios sobre las relaciones personales son más numerosos que los colores.
Yo sé que Lorena tendrá beduinos, montañas por escalar y que irá a conocerlos caminando, en monopatín o en cohete espacial… en lo que sea que la lleve y que luego pueda pilotar de regreso a la madriguera del león.
Isabel Fuentes
Esta semana estamos felices por el resultado del II Observatorio de los ODS de EL ESPAÑOL. Gracias a todo el equipo de Enclave ODS, de eventos, de Invertia, de Hathor y a la brillante conducción de nuestro subdirector Arturo Criado ha sido un éxito.
El nivel de los ponentes y la calidad del mensaje exigía por nuestra parte un esfuerzo tan grande como el que nuestro dream team llevó a cabo.
El escenario ayuda mucho. Caixaforum es una bombonera para la cultura y las causas que tienen como vocación mejorar el mundo. La Fundación La Caixa es un trampolín para Enclave ODS y Fainé el referente de la capitalización del impulso, el entusiasmo y la generosidad.
Isabel Fuentes capitanea Caixaforum en Madrid. Una mujer culta, abierta, decidida y generosa como su jefe. Insisto en la generosidad porque es de las cualidades que más admiro. Es ese don que todo lo vuelve fácil.
De repente, organizamos un Observatorio de tanta envergadura como el que han podido ustedes disfrutar a través del periódico y de repente, en un break, disfrutas de la exposición 'Top secret: cine y espionaje'. Todo es posible bajo la atenta mirada de Isabel.
Se conoce a una persona que lidera por la excelencia de su equipo. Otra de las cosas que enseña la vida, es que los mediocres no quieren gente brillante cerca. Cuando te acercas a un equipo de altas capacidades —y eso además de sentirse se huele de lejos— es porque el jefe o en este caso, la jefa es extraordinaria. Y así lo siento yo cuando me siento a hablar con Gala, la mujer discreta, eficaz y divina que hace que todo ruede a la perfección en la bombonera.
'Veneradas y temidas', el próximo 27 de septiembre se inaugura la próxima apuesta de Caixaforum que me tiene ya subyugada. Sigan con atención Magas porque algo haremos con ese nombre tan sugerente que hace que mi cabeza no deje de dar vueltas a la idea.
Tamara Falcó
La MBMFW ha sido un despliegue de talento y creatividad. Yo no podía faltar al desfile de Pedro del Hierro, por mi vínculo cercano con Tendam y por mi amistad y cariño personal por Jaume Miquel.
Tendam tiene un equipo de lujo y la pasarela se vuelve magia. Tras el espectáculo habanero que nos conquistó a todos entre blancos, negros, chocolates y colores fluor, me acerqué a dar un beso a los diseñadores. A Nacho Aguayo, también un fuerte abrazo. Qué maravilla. También besé y felicité allí a Tamara Falcó.
Solamente allí pude acercarme a ella. Tamara era pura amabilidad ante las miles de preguntas, los objetivos y la nube que la rodeaba. Sencilla, con un traje de chaqueta rojo de esos que sientan tan bien de su línea TFP, caminaba y la nube se movía tras ella.
Me hace gracia la gente que habla de ella como si no fuera lista. Yo creo que sabe lo que quiere, que tiene esa gentileza y elegancia que ha heredado de su madre y que está preparada para vivirla en la época del 5G, adaptándose a los tiempos.
Lamento decir a los críticos que 'Tamara no está en una nube', sino que la nube la sigue y la persigue. Tamara brilla le pese a quien le pese.