Fachada ITV.

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Adiós a los suspensos de la ITV: este es el sencillo truco que debes llevar a cabo para asegurarte el aprobado

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Cada año, miles de conductores se encuentran ante la tarea de pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) de sus automóviles. Este momento puede ser especialmente estresante, ya que se mezclan la incertidumbre y los nervios propios del momento.

La espera antes de la prueba se siente interminable, particularmente si existe la sospecha de que algún testigo luminoso en el salpicadero podría encenderse, que una luz del coche podría fallar, o incluso que una ventanilla podría dejar de funcionar en el último momento.

La incertidumbre que genera esta situación es bastante común, y muchos conductores se preguntan si su vehículo está realmente en condiciones óptimas para superar la inspección.

Trámite obligatorio

La Dirección General de Tráfico (DGT) señala que la ITV es un trámite obligatorio que se realiza para certificar que los vehículos cumplen con las normas de seguridad y emisiones contaminantes.

Este procedimiento es esencial para garantizar que todos los coches en circulación son seguros y no representan un riesgo para el resto de los usuarios de la carretera. Cuando un coche aprueba la inspección, recibe una pegatina que indica que está en condiciones adecuadas para circular, lo que proporciona tranquilidad tanto al propietario como a otros conductores.

En cuanto a las causas más frecuentes por las que los vehículos no pasan la ITV, los problemas de iluminación ocupan el primer lugar. Esto incluye tanto faros que no funcionan correctamente como otras luces del vehículo, lo que representa un peligro significativo para la seguridad vial.

En segundo lugar, se encuentran los neumáticos en mal estado, que pueden afectar la capacidad de frenado y la estabilidad del coche. Por último, las emisiones contaminantes también son un motivo común para el rechazo, dado que los vehículos deben cumplir con estándares medioambientales cada vez más estrictos.

Truco casero

Debido a estas preocupaciones, muchos conductores han comenzado a utilizar un truco casero que les permite evitar sorpresas desagradables antes de la ITV. Para ello tan solo es necesario disponer de pasta de dientes. Este artículo de higiene personal, que todos tenemos en casa, puede ser sorprendentemente útil en este contexto.

La pasta de dientes tiene dos funciones importantes que pueden ser de gran ayuda. Por un lado, actúa como una herramienta que puede sellar pequeñas fugas y grietas. Esto es especialmente útil para componentes del vehículo que podrían tener pequeñas imperfecciones que podrían resultar en fallos durante la inspección. Asimismo, también ayuda a prevenir la corrosión, lo que puede prolongar la vida útil de ciertos elementos del coche.

Sin embargo, la aplicación de la pasta de dientes que realmente nos interesa es su uso en la limpieza de los faros. Con el tiempo, los faros pueden acumular suciedad, lo que reduce su eficacia y puede causar problemas durante la ITV.

Para lograr una limpieza efectiva, solo es necesario aplicar una pequeña cantidad de pasta de dientes sobre la superficie de los faros utilizando un paño suave. Después de dejarla actuar durante aproximadamente 15 minutos, se deben retirar los restos de pasta y aclarar con agua. Este simple truco puede hacer que los faros luzcan como nuevos, lo que podría marcar la diferencia en la inspección.

Sanciones económicas

Es importante recordar que no pasar la ITV puede tener serias consecuencias económicas para el propietario del vehículo. El resultado de la inspección puede clasificarse de diferentes maneras: puede ser favorable (o favorable con defectos leves), desfavorable (cuando se detecta un fallo grave que requiere reparación) o negativo (en el caso de que el defecto sea lo suficientemente grave como para inmovilizar el vehículo).

Si te sorprenden conduciendo con un resultado desfavorable de la ITV, puedes enfrentar una sanción económica de 200 euros. Si, además, te detienen en la carretera con la ITV desfavorable, la multa será aún mayor, ya que se considera una infracción grave.

En este caso, las multas pueden ascender hasta 500 euros, y el coche será inmovilizado. La única forma de moverlo será a través de una grúa, y solo podrás trasladarlo directamente al taller para que se realicen las reparaciones necesarias y se pueda demostrar que el problema ha sido solucionado.

Otro aspecto a considerar es el de circular con la ITV caducada. Esta situación también se considera una infracción grave, penalizada con una multa de 200 euros. Sin embargo, esta cantidad puede aumentar hasta 500 euros si el agente de tráfico determina que las deficiencias encontradas en el vehículo podrían poner en riesgo la seguridad vial.

En algunos casos, especialmente si el periodo de caducidad ha sido prolongado, las autoridades tienen la facultad de inmovilizar el vehículo hasta que se realice la inspección correspondiente.

Además de las implicaciones económicas, circular con la ITV caducada puede tener consecuencias en el ámbito del seguro. En el desafortunado caso de sufrir un accidente, es importante tener en cuenta que la compañía de seguros podría negarse a cubrir los daños.

Podrían argumentar que el vehículo no cumplía con las normativas de seguridad en el momento del siniestro, lo que dejaría al propietario con la carga financiera total de los daños.

En resumen, pasar la ITV no solo es un requisito legal, sino que también es fundamental para garantizar la seguridad en la carretera. Tomarse el tiempo para preparar adecuadamente el vehículo, como realizar una limpieza de los faros, puede ser un paso sencillo pero efectivo para asegurar que el coche esté en las mejores condiciones posibles.

Excepciones ITV

Tal y como hemos mencionado anteriormente, la ITV se trata de un trámite obligatorio para la mayoría de vehículos. Sin embargo, existen excepciones por las que podríamos estar exentos de realizar dicha inspección.

En líneas generales, la primera ITV debe llevarse a cabo a los cuatro años desde la fecha de su matriculación. Después, hasta que el vehículo alcance los diez años de antigüedad, la revisión debe realizarse cada dos años. Una vez que supera los diez años, la inspección se convierte en obligatoria cada año.

Sin embargo, de acuerdo con la modificación del reglamento de 1995 sobre las obligaciones de la ITV, los vehículos y ciclomotores matriculados antes del 1 de enero de 1950 no están obligados a pasar la inspección técnica. A pesar de esta exención, sus dueños tienen la opción de hacer la revisión de forma voluntaria.

Esta disposición busca preservar lo que se conoce como 'vehículos históricos'. La DGT respalda esta medida en reconocimiento de su valor histórico, aunque algunos cuestionen la seguridad de estos coches. Aun así, se aconseja a los propietarios mantenerlos en condiciones seguras de conducción, aunque no sea necesario pasar la ITV.