Hassan, el vecino marroquí de Monda que ha devuelto un monedero con 520 euros a una joven: “No todos somos malos"
- El hombre dice que no haberlo entregado va "en contra de su religión" y lamenta que haya gente que prejuzgue a todos los extranjeros por las erróneas actitudes de otros.
- Más información: El honrado gesto de María José, la vecina de Torrox que venció la tentación de quedarse con 3.000 euros
Hassan es uno de los vecinos más conocidos de Monda, una localidad malagueña de casi 3.000 habitantes en la que todos lo definen como un padre de familia humilde, con cuatro hijos y de origen marroquí que es "uno más en Monda" después de llegar a este pueblo hace más de dos décadas.
La noche del pasado 27 de octubre, cuando se encontraba a las puertas de la pequeña mezquita que tienen en el pueblo, dos chavales, también marroquíes, se le acercaron. Habían encontrado un bolso y no sabían muy bien que hacer con él. No se atrevieron ni a ver qué contenía en su interior. "Habían aparcado el coche para tomar agua de la fuente de la plaza de la ermita y vieron el bolso, no entendían nada", sostiene el hombre.
Hassan abrió el bolso y en su interior encontraron un monedero con documentación y dinero en efectivo. No quiso tocar nada, le dio muchas gracias a los chicos y llamó directamente a la alcaldesa del pueblo, María Remedios Fernández, para comunicarle el hallazgo. Como era domingo y ya de noche, la mujer le recomendó que lo dejara en casa y que la mañana siguiente lo llevara a la Policía Local, en el Ayuntamiento de Monda, agradeciéndole, a su vez, el honrado gesto.
Hassan cumplió las órdenes de la regidora y a la mañana siguiente se presentó en el edificio municipal para hacer la entrega del bolso. "La alcaldesa habló con la Policía Local para darle parte de lo que había pasado y ellos se pusieron a buscar a la chica a la que pertenecía para avisarle. Era de una chica muy joven", declara Hassan.
Al parecer, el bolso contenía un total de 520 euros en efectivo que la joven, de solo 21 años, iba a destinar a pagar su mensualidad del alquiler. La joven no se encuentra tampoco en una situación sencilla y perderlos hubiera sido una gran faena para ella, pero afortunadamente dio con Hassan y los dos chavales, que fueron honrados y devolvieron todo el dinero íntegro.
Hay que destacar que Hassan se encuentra en el paro y no cobra "absolutamente nada" desde hace meses. "La ayuda que tenía me ha caducado y ya no cobro ni un duro. Afortunadamente mi vida va bien gracias a que mis hijos están trabajando y estudiando", declara el marroquí, que tiene 58 años y ha dedicado gran parte de su vida, 16 años, al mundo de la compra-venta de coches en Marbella, pero como "un simple empleado" que ejercía como vendedor.
"Aquello cerró en 2011 y bueno, ha sido difícil. Además, estoy algo enfermo, hace un tiempo me operaron de una úlcera en el estómago. Mi mujer hace algunas horitas cuidando a mayores y mis hijos están trabajando; nada más, pero estamos bien, yo solo pido a Dios mucha salud", sostiene.
Está muy orgulloso de sus hijos. El más pequeño, de 16 años, sigue estudiando, mientras que el resto ya tienen sus caminos prácticamente encauzados. El otro varón va hilando trabajos, mientras que las dos chicas, una se acaba de sacar un máster y ha estado trabajando en un hotel de Marbella, y la otra trabaja en el Parque Tecnológico de Málaga tras graduarse de ADE.
Asegura que no se permitiría haberse quedado con el dinero que encontraron. Sabe que va "en contra" de lo que dice su religión. "Es algo que tenemos claro, el islam dice que no puedes quedarte con algo que no te pertenece, además has de ayudar para devolverlo", sostiene el hombre, que lamenta que haya personas en España que prejuzgan a los marroquíes por la actitud que puedan tener algunos. "En todos lados hay buenos y malos. Eso no significa que todos los extranjeros seamos malos. En España también hay personas buenas y malas", zanja.
Por otros motivos, la joven ya no reside en el pueblo y no ha podido producirse un encuentro entre ambos, pero a Hassan le da alegría que aquel bolso cayera en sus manos y no en las de otro. "Quién sabe qué hubiera pasado si esa niña pierde ese dinero para su alquiler, le hubiera sido muy difícil, hay que pensar y ponerse en su lugar", zanja Hassan, sin duda un ejemplar mondeño de los pies a la cabeza.