El bocadillo de calamares más 'pijo' de Madrid se sirve en este restaurante centenario

Visitar Madrid es tener la necesidad de disfrutar de uno de sus sabrosos bocadillos de calamares, un plato que no puede faltar para disfrutar al máximo de la capital de España. En el centro nos encontramos con una amplia cantidad de bares y restaurantes en los que podemos disfrutar de este bocadillo exquisito, si bien hay uno que destaca por ser el más pijo de Madrid y solo apto para gourmets, un establecimiento que ha ido un paso más allá con esta tradicional elaboración.

El bocadillo de calamares más exclusivo de Madrid 

En este caso hablamos de Lhardy, un establecimiento centenario que dispone de unos salones llenos de elegancia y una tienda con elaboraciones gourmet en el cual podemos encontrar su bocadillo de calamares especial, a un precio de 12,50 euros.

Se trata de su famoso "bocatín" (así lo llaman) que solo es apto para verdaderos gourmets, ya que está elaborado con calamar acompañado de una mayonesa que se hace a partir de su propia tinta. El bocadillo se encuentra envuelto por su "pan bombón", esponjoso y que le da el toque definitivo a una preparación que nada tiene que ver con el resto de elaboraciones de bocadillos de calamares que se pueden degustar por la capital española.

Si te animas a probar esta delicatessen, Lhardy está en la Carrera de San Jerónimo, 8, a escasos metros de la conocida Puerta del Sol. Su famoso bocadillo de calamares se puede pedir en la propia tienda que está a pie de calle, contando además con un amplio abanico de preparaciones para llevar que deberás probar, como el consomé y las croquetas de cocido.

Este establecimiento es propiedad de Pescaderías Coruñesas, empresa de restauración que también gestiona otros establecimientos de sobra conocidos en la capital de España, como Filandón o Desde 1911.

Uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía madrileña

El bocadillo de calamares es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía madrileña, un sencillo manjar que consiste en calamares a la romana (anillos de calamar rebozados) que se sirven en un panecillo, pudiendo estar acompañado de salsa de tomate o alioli. Aunque se trata de una preparación muy simple, es todo un icono de la capital de España y una deliciosa tradición que ha logrado conquistar tanto a los propios madrileños como a todas aquellas personas que visitan Madrid.

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Para conocer el origen gastronómico de este plato tenemos que recurrir al contexto culinario y las influencias gastronómicas que hicieron posible su creación. Aunque la versión moderna del bocadillo de calamares se ha estandarizado, su origen data de varias décadas atrás.

Concretamente, la historia del bocadillo de calamares se remonta a mediados del siglo XX. En la década de 1940, tras la Guerra Civil Española, se popularizó la venta ambulante de calamares fritos en plazas y mercados. Estos vendedores ambulantes comenzaron a servir los calamares entre panes, dando así origen a este plato, que se convirtió rápido en una opción de comida rápida y económica para la población madrileña.

El que fue un momento clave en la historia del bocadillo de calamares fue con motivo de las festividades de San Cayetano, San Lorenzo y la Virgen de la Paloma en agosto, en las que los puestos de estos bocadillos se multiplicaban por las calles del centro de la ciudad.

Esta tradición gastronómica se arraigó en la cultura madrileña y pasó a ser esencial en la celebración de estas festividades, aunque con el paso del tiempo fue más allá, y el bocadillo de calamares se convirtió en un plato emblemático de Madrid, una opción que no podía faltar en los bares y restaurantes de la ciudad. Además, el turismo hizo que su fama se extendiese a nivel nacional e internacional.

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En la actualidad sigue siendo un plato icónico de Madrid y una deliciosa muestra de la tradición culinaria de la capital de España. Se puede encontrar en una amplia variedad de lugares y establecimientos, que van desde puestos callejeros y bares hasta los restaurantes de mayor renombre. Así, tanto madrileños como visitantes disfrutan de este manjar en cualquier época del año, aunque sigue siendo especialmente popular durante las diferentes festividades que se celebran en el mes de agosto.

Es tal la importancia del bocadillo de calamares en la capital española que incluso se han creado concursos y eventos gastronómicos dedicados a este plato en la ciudad, unas competencias en las que los diferentes cocineros compiten por tratar de crear la mejor versión de esta elaboración, una clara muestra del aprecio y devoción que los locales sienten por este bocadillo.

La popularidad de este bocadillo, que es un símbolo de la identidad y tradición culinaria de Madrid, se debe tanto a su sabor exquisito como a diferentes factores culturales y sociales que han contribuido a su éxito, comenzando por la accesibilidad y precio que ofrece, ya que tiene un precio asequible y puede ser accesible para personas de todas las edades y estatus sociales.

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También ha influido que sea una tradición en las fiestas patronales de la capital de España, y la propia influencia de la cultura del tapeo. Madrid es conocida por esta cultura en la que se disfruta de pequeñas porciones de comida (tapas) acompañadas de bebidas, y el bocadillo de calamares encaja a la perfección en la misma al tratarse de una opción rápida y sabrosa para comer mientras disfrutas de una buena bebida en los bares de la ciudad.