Este 2022 el Templo de Debod cumplió 50 en Madrid con una pregunta en la cabeza de visitantes y madrileños. ¿Qué va a pasar con él?
Su posible restauración, cubrimiento o, incluso, nueva ubicación lleva años planeando por los organismos nacionales e internacionales que buscan darle a este templo egipcio del siglo II a. C. el mejor futuro posible.
Pero estos cincuenta años no han sido nada para el templo, por lo menos según estas mismas autoridades que han decidido atrasar a 2025 la actuación sobre el mismo.
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Tal y como ha podido confirmar Madrid Total, el Ayuntamiento de Madrid ha puesto a trabajar ya a los grupos de expertos que van a decidir sobre el futuro del templo de Debod aunque "sin prisa".
Al contrario de la intervención de la Puerta de Alcalá, el Ayuntamiento de la capital quiere hacer las cosas con calma en la intervención de templo egipcio del siglo II a. C. que llegó a la capital de España en 1972.
Su importancia a nivel internacional (es uno de los pocos templos completos instalados fuera de Egipto) le da el renombre suficiente como para que la decisión no pueda tomarse "a la ligera".
Es por eso por lo que el Ayuntamiento de Madrid, a través de la Comisión Permanente Ordinaria de Cultura, Turismo y Deporte, ha decidido convocar dos reuniones de expertos para analizar los resultados del Plan y valorar posibles soluciones.
Dos citas
El primer encuentro se desarrollará en octubre de 2023 para poder contar con las mediciones de todo el año. "Es algo que nos han pedido las partes implicadas. Atrasar la cita para tener la mayor información posible", explican desde el Ayuntamiento.
Tras ello, la segunda reunión tendrá lugar durante el primer semestre de 2024. En esta ocasión se realizará con expertos internacionales europeos, egipcios y americanos para compartir las conclusiones del primer encuentro y buscar la mejor solución.
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Es decir, que la decisión del futuro del Templo. Entre la elaboración de informes y su publicación oficial, no será una realidad hasta 2025. En ese momento es cuando se podrá empezar a intervenir en el Templo de Debod tanto si la opción elegida es cubrir el templo, mantenerlo al aire libre con una restauración o, incluso, moverlo de sitio. Esta última opción es la menos plausible, pero está sobre la mesa.
La agenda que trasladan desde la Consejería de Cultura es la siguiente: el primer panel de expertos se celebrará en octubre de 2023 y presentará sus conclusiones. Tras ello se convocará el internacional en el primer semestre del 2024. Con los resultados de ambos en la mano se tomará una decisión.
"Se podrán iniciar los trámites en 2024, pero entre presupuestos, licitaciones y licencias no será posible hasta 2025", reconocen.
En 2020 el Ayuntamiento ya anunció un plan de características similares y, con motivo de su 50 aniversario en la ciudad, se puso en marcha el Plan de Conservación Preventiva del Templo de Debod que consiste, básicamente, en un trabajo de monitorización.
Aunque la Covid paralizó ese proyecto, se anunció que se iban a realizar nuevos estudios petrofísicos (porosimetría de la arenisca y ensayos de deformación de superficies) y de caracterización de materiales (cartografía de sales y humedades, termografía y resistencia de sillares). Al final, y tras más de tres años, se ha optado por la doble reunión internacional.
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Donado por la República Egipcia a España en 1968, en agradecimiento por la ayuda al salvamento de los templos de Abu Simbel y para evitar que fuera consumido por el agua con la presa de Aswan, Debod ha vivido de todo en Madrid. Nieves, buscos cambios de temperatura y diluvios que han afectado a su estructura.
Así lo explica el egiptólogo, Miguel Ángel López Marcos (Soria, 1963), uno de los arqueólogos más activos que tiene España. Famoso por la reconstrucción de los colosos de Luxor y miembro del ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) de la UNESCO.
En su conversación con Madrid Total, López insiste en la peculiaridad del monumento y en la necesidad del Ayuntamiento de José Luis Martínez Almeida de no dar "palos de ciego" ni hacer "las cosas a lo loco" para no terminar teniendo un "resultado problemático".
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En línea con lo argumentado por la concejalía de Cultura, para el egiptólogo no hay "urgencia inmediata" "Es algo para estar no preocupado, pero sí ocupado", destaca.
A su juicio, la solución que se le va a dar al futuro de Debod depende de quiénes sean los expertos internacionales con los que se cuente. Si son arquitectos y lo que se busca res dar una "solución arquitectónica" se cubrirá "y ya está".
Por el contrario, si la mayoría son restauradores, se incidirá en el monumento "y los problemas que tiene". "No sabemos hacer cubiertas, pero sí sabemos lo que le pasa a la piedra", explica.
López ha estado recientemente en el templo de Amenofis III donde la arenisca con la que se construyó dicho templo es muy similar a la que levanta los más de 1.350 sillares de Debod.
"Se trata de una arenisca que tiene problemas de silificación", introduce. Esto quiere decir que, la sílice de los sillares ha ido desapareciendo y, con ese proceso, la arena se ha dejado de "armar" y se ha convertido en un material mucho más poroso que está sometido a las inclemencias del tiempo.
Si se cumple la predicción de López, considera que lo más oportuno no sería taparlo sino resilificarlo. Como miembro de ICOMOS es partidario del principio de la mínima intervención y de no alterar la fisionomía del monumento. Obviamente, más de lo que ya está, fuera de su emplazamiento original.
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Considera que lo mejor en estos casos tan polémicos es rodarse de expertos para que todas las decisiones estén condensadas y tengan a la comunidad científica de su parte.
En el contexto internacional, este no fue el único templo donado. Hay otros dos más, pero es el de mayores dimensiones, lo que da especial importancia a Debod. Tal es su trascendencia que, cuando se instaló se prometió que se iba a cubrir, de acuerdo con las condiciones para la cesión de los templos establecidas por la UNESCO.
Es cierto que en 2020 se propuso lanzar un concurso de ideas para cubrir el templo, pero se ha dado marcha atrás y se ha decidido que, cubrirlo o no, dependerá de los expertos y no de una decisión unilateral del Ayuntamiento.