El Ayuntamiento de Madrid va a llevar a cabo los trámites necesarios para realizar un concurso de ideas que permita cubrir de manera definitiva el Templo de Debod con la solución arquitectónica más apropiada, una vez finalizado y conocido el diagnóstico completo del estado de conservación del edificio. Tras aprobarse en el pleno, el templo seguirá siendo objeto de los trabajos de conservación ya previstos para paliar, en buena medida, su deterioro, al tiempo que se realizan los trabajos de diagnóstico necesarios para iniciar los trámites que den una solución definitiva.
El Ayuntamiento de Madrid organizó en 2018 una jornada técnica sobre esta cuestión en la que participaron destacados especialistas en conservación y restauración del patrimonio cultural, tanto españoles como extranjeros, así como varios egiptólogos. Durante la misma se discutieron las posibles medidas a adoptar y no llegó a haber unanimidad total entre los expertos sobre las posibles soluciones.
La jornada se cerró con la recomendación de todos los especialistas de completar el análisis exhaustivo del templo con el objetivo de establecer un diagnóstico científico completo de su estado de conservación que ayude a tomar la decisión definitiva, que podría ser cubrir el templo en su ubicación actual y también determinar el tipo de cubrición.
La conservación del templo, una prioridad
El Ayuntamiento de Madrid asume la recomendación de los expertos: seguir completando el diagnóstico del estado de conservación para poder tomar la solución definitiva. Siguiendo esa recomendación, se está realizando el diagnóstico completo del estado de conservación del bien y, al mismo tiempo, ya se han acometido y se van a seguir realizando actuaciones para mejorar su conservación hasta que se disponga, en esta legislatura, de la propuesta de solución definitiva.
Los trabajos que se están llevando a cabo en estos momentos son la reciente sustitución del sistema de climatización interna del templo, que se va a reforzar con un sistema remoto de control y una nueva cortina de aire. Asimismo, se van a reformar el sistema eléctrico y la iluminación interior del templo y se va a mejorar el sistema de cubierta del edificio y la instalación de un sistema de drenaje perimetral en la base de los muros del templo.
Además, un nuevo proyecto museológico, que se desarrollará durante este año, potenciará la conservación interior del edificio y mantendrá tanto el aforo limitado como las condiciones de visita que han permitido disminuir la presión de los turistas sobre el templo y la mejora de los valores ambientales en su interior. Se está estudiando, asimismo, la construcción de un centro de acogida e interpretación que extraiga del templo los servicios museísticos que actualmente se prestan en su interior.
Los estudios y análisis que se están realizando servirán para definir el estado real de conservación. Este diagnóstico sobre datos científicos permitirá acometer las acciones más adecuadas para su mejor preservación, respetando rigurosamente todos los valores del monumento. Hasta que se disponga de dicho diagnóstico y se adopte una decisión al respecto, el Ayuntamiento seguirá velando por la mejor conservación del monumento para disfrute de sus visitantes y la difusión de la cultura egipcia.
Edificio faraónico fuera de Egipto
Madrid ostenta el honor de poseer uno de los pocos edificios faraónicos completos que pueden verse fuera de Egipto y para el Ayuntamiento de la ciudad es una obligación y una gran responsabilidad asegurar su mejor conservación.
El templo fue donado por la República Egipcia a España en 1968, en agradecimiento por la ayuda al salvamento de los templos de Abu Simbel, en el marco de la Campaña de Salvamento de los Monumentos de Nubia. El Ayuntamiento de Madrid mostró su interés para que fuera instalado en la ciudad, haciéndose cargo de los costes de desmantelamiento, almacenaje en Elefantina y el posterior traslado a España, así como de su restauración y reconstrucción.
Sus más de 1.350 sillares originales ocupan 270 m2 de planta y el conjunto alcanza una longitud de 70 metros. Se trata del edificio de mayores dimensiones que ha salido de Egipto, muy superiores a las de los otros tres templos donados. Esas dimensiones obligaron a su emplazamiento al aire libre, con el compromiso de que sería cubierto en el futuro de acuerdo con las condiciones establecidas por la UNESCO para la cesión de los templos.
Con el fin de proteger sus piedras y, especialmente, sus preciados relieves del agua de lluvia, el edificio quedó aislado del suelo, se reconstruyeron las fachadas perdidas en el siglo XIX y se cubrió su terraza. Su entorno, que abarca seis hectáreas, se ajardinó con varias especies de palmeras y se construyeron dos estanques que rememoran su antiguo emplazamiento a orillas del Nilo.
El templo, inaugurado oficialmente el 25 de julio de 1972, pasó a formar parte de los museos del Ayuntamiento de Madrid en la década de los ochenta del siglo pasado. En 2007 fue declarado, a instancias del Consistorio, Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento. Su gran accesibilidad y visibilidad, derivada de su instalación al aire libre, junto a su pertenencia a una cultura tan atractiva y popular como la faraónica, han convertido al Templo de Debod en uno de los museos más visitados de la ciudad de Madrid.