En las indómitas montañas de los Picos de Europa, el rebelde Pelayo capitaneó una revuelta contra el dominio musulmán. Sin ser del todo consciente, acababan de sembrar la semilla sobre la que se vertebrará el futuro de Hispania aquella “milagrosa” jornada de 722 en Covadonga. Una leyenda acababa de nacer de las cenizas de aquel reino que perdió don Rodrigo en la batalla de Guadalete.

Este agreste reino astur, acosado por los asaltos islámicos y las epidemias, comenzó a expandirse lentamente hacia el sur y al oeste. Una vez descubiertos los restos de Santiago Apóstol, miles y miles de peregrinos recorrieron los polvorientos caminos de toda Europa buscando el perdón de sus pecados. Esta peregrinación terminó creando una auténtica autopista de conocimiento que vertebró la conciencia europea. Pero ¿cómo empezó este culto al apóstol Santiago?

En este momento, los intelectuales europeos observando su complicado presente asolado por el hambre, la guerra y las epidemias, buscaron en las Sagradas Escrituras y en los antiguos romanos una respuesta. No es casualidad que Carlomagno se proclamase emperador en este periodo. Esta convergencia ideológica, se la debemos en gran parte a un casi desconocido monje cántabro, cuyos manuscritos e ilustraciones circularon por toda Europa y que llegaron a servir de inspiración para el diseño de la actual bandera de la Unión Europea.

Fotograma de "Beato, el origen del Xacobeo" JacMedia

Hoy, más de 1000 años después, esta increíble historia de clérigos, legajos, reliquias y peregrinos es narrada con gran maestría en Beato, el origen del Xacobeo, la última obra de Jacobo Muñoz producida por JacMedia que se estrenará el jueves 9 de noviembre en cines de toda España.

El documental, que cuenta con el apoyo del gobierno de Cantabria y se enmarca dentro del Año jubilar Lebaniego, desgrana la trascendental obra del místico Beato de Liébana, considerada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Esta apasionante historia, rodada principalmente entre Cantabria y Galicia, asesorada por el autor Yeyo Balbás, es narrada por un inmenso elenco de experimentados historiadores, arqueólogos y teólogos especializados en la Edad Media como José Soto Chica entre otros.

El origen del Camino de Santiago arranca con una huida y un monasterio. Ante la fulminante victoria islámica, decenas de religiosos hispano godos, cargados de cultura y sabiduría, buscaron refugio en las montañas del norte peninsular o huyeron a Europa. “La España goda era sin duda el hogar de la principal cultura escrita de todo el occidente europeo (...) el renacimiento carolingio no se puede explicar sin la existencia de la gran cultura literaria de la Hispania goda”, explica para el documental Luis García Moreno, académico de número de la Real Academia de la Historia.

El monasterio de Liébana, enclavado entre el furioso mar Cantábrico y las montañas, pasó a custodiar las reliquias evacuadas del obispado de Astorga, entre ellas, la más preciada de todas: el Lignum Crucis. Esta reliquia atrajo la atención de decenas de monjes que buscaban realizar su mística labor entre sus muros. Uno de ellos revolucionó Europa.

Apocalipsis

La vida y obra de Beato, nacido cerca del año 730, es analizada y desmigada al detalle por los expertos del documental. El combativo monje cántabro no dudó en enviar furiosas misivas teológicas contra la doctrina de Elipando, arzobispo del Toledo islámico y teórico superior jerárquico de Beato.

Elipando defendía que Jesús no nació como hijo de Dios sino que, en algún momento de su vida, fue adoptado y divinizado por el Señor. Esta doctrina "adopcionista" sembró años de discordia teológica en la Iglesia europea. Desde Liébana, Beato publicó toda una serie epístolas donde, además de refutar las doctrinas de Elipando, denominaba al arzobispo como "cojón del Anticristo" y "mono".

Entre acusaciones cruzadas de herejía e insultos, el asunto escaló hasta el Papa Adriano I que debatió con sus obispos en varios concilios. En Fráncfort y Ratisbona, se alcanzó una decisión: la doctrina adopcionista fue tachada de herejía, Beato tenía razón.

Escena del Apocalipsis ilustrada en la obra de Beato de Liébana

Más allá de sus furiosas y divertidas disputas teológicas, el documental se sumerge de lleno en Comentarios al Apocalipsis, una de “las más prodigiosas creaciones iconográficas de toda la historia del arte occidental", afirmó en su momento Umberto Ecco. Entre la fuerza, el simbolismo y el misticismo que emana su texto e ilustraciones, las escenas narradas recuerdan a aquel fragmento de El nombre de la rosa, conocida obra de Umberto Ecco, en la que el joven Adso se sobrecoge observando en su plenitud los relieves de la capilla de aquella lejana abadía benedictina.

Y es que Comentarios al Apocalipsis es desgranada al detalle, atrapando al espectador en su inmenso mundo de intrincados símbolos medievales. Si su disputa con Elipando le había hecho conocido en Europa, esta nueva obra, copiada a mano y distribuida a las bibliotecas monacales de todo el continente, sobrecogió a miles de sacerdotes de todos los reinos cristianos, incluida la corte de Carlomagno.

Sin embargo, la obra más trascendental por su futura implicación a la historia patria y mundial sería O Dei Verbum, un himno repleto de nuevos mensajes ocultos que sitúa al Apóstol Santiago como protector y custodio de Hispania. Comenzó a circular la idea de que los restos del apóstol debían estar enterrados en algún lugar de la península.

Santiago de Compostela

Este mensaje cuajó en toda Europa. Pese a fallecer en el año 800, sus textos siguieron circulando y siendo estudiados al detalle por la élite intelectual europea. Esta idea de que el apóstol Santiago murió en Hispania probablemente obsesionase al obispo Teodomiro que, en 813, afirmó haber encontrado sus restos en la umbrosa Gallaecia, la tierra más occidental de Europa.

Alfonso II de Asturias y Teodomiro rápidamente dieron voz al hallazgo, atrayendo la atención de miles de peregrinos que acudían de todas partes de Europa. “No somos conscientes de la importancia que tuvo en su momento el monje Beato de Liébana”, afirma en la cinta José María Ballester, exdirector de Cultura y Patrimonio Cultural del Consejo Europeo. Aprovechando su ruta hacia Santiago de Compostela, muchos peregrinos seguían el camino Lebaniego que lleva hasta el monasterio custodio del Lignum Crucis y hogar de aquel místico monje que situó, por primera vez, al Apóstol como patrón de la actual España.

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El Camino de Santiago, con decenas de bifurcaciones y miles de kilómetros, se sumó a las peregrinaciones existentes hacia Roma y Jerusalén. Gracias a esta enorme arteria, entraron en contacto gentes de toda Europa, unidas por sus píos deseos, llevando con ellos sus costumbres y estilos. Fue en esta autopista donde surgió, casi de forma simultánea, el arte románico, se extendieron las luces del gótico y las órdenes religiosas. Tal como resumió el poeta alemán Goethe: “La conciencia de Europa ha nacido peregrinando”.

La obra de Beato, desconocida para el gran público, resultó fundamental para el origen del Camino de Santiago y sus inmensas consecuencias identitarias. "Pienso que el conocimiento de su obra es una labor pendiente de nuestra identidad, además su visión europeísta fue un ejemplo determinante que sigue presente en nuestros días más allá de nuestras fronteras", cierra Jacobo Muñoz, director del documental.