La persecución del mosso para detener a Puigdemont.

La persecución del mosso para detener a Puigdemont. José Ramón Pérez / Arte EE EL ESPAÑOL

Tribunales INDEPENDENTISMO

Sólo un agente localizó a Puigdemont, su radio falló y el dron miró a otro lado: las chapuzas de los Mossos

Un agente confundió la marca del coche blanco en el que huyó el 'expresident', nadie registró el parking del que salió el vehículo, falló el 'walkie-talkie' y la vigilancia aérea se cortó durante 51 segundos, según el informe enviado al Supremo.

22 agosto, 2024 15:10
Javier Corbacho Alberto D. Prieto

El dispositivo de los Mossos d'Esquadra para detener a Carles Puigdemont encadenó un error tras otro y acabó con el expresident, de nuevo, fugado y con la policía autonómica catalana obligada a dar cuenta de sus desaciertos al juez Pablo Llarena. El magistrado requirió esta información a Interior y a la Jefatura de Mossos al día siguiente de la nueva fuga del líder de Junts, y recibió el informe del departamento de Fernando Grande-Marlaska el 14 de agosto. 

EL ESPAÑOL ha tenido acceso al documento de 24 folios de los Mossos, en el que su comisario jefe, Eduard Sallent, explica al instructor del caso del procés en el Tribunal Supremo por qué no lograron arrestar a Puigdemont, pese a que el prófugo dio un breve mitin en el centro de Barcelona.

Y sobre todo, a pesar de que el llamado Consell de la República, había anunciado con 23 horas de antelación la fecha, el lugar y la hora en la que se aparecería ante sus fieles. 

Los pasos de Puigdemont la mañana del 8 de agosto.

Los pasos de Puigdemont la mañana del 8 de agosto. José Ramón Pérez / Arte EE

Según relata el documento, cuando el expresident catalán finalizó su discurso frente al Arco del Triunfo, descendió del escenario por la zona trasera, se quitó la americana y se colocó una gorra de béisbol en la cabeza. Gracias a ello, se camufló entre decenas de simpatizantes que también portaban esta prenda, así como sombreros de paja. 

De hecho, los Mossos admiten que sospechaban que Puigdemont se dirigiría después al Parlament de Cataluña, donde se celebraba, instantes después, la sesión de investidura de Salvador Illa como nuevo jefe del Govern de la Generalitat.

No fue así. El prófugo huyó de nuevo. Lo hizo en un coche blanco. Ayudado por unos y otros. Ante la mirada de un único agente que lo localizó, vio salir un coche de la rampa de un aparcamiento que no había sido registrado, se paró ante las vallas donde una persona estaba cortando las bridas. Después, al asiento trasero izquierdo subió Puigdemont y al derecho Jordi Turull. Al volante, una mujer, y en el asiento del copiloto una silla de ruedas, "para crear confusión"...

Y el agente, de paisano pero reconocido por la turba, tiró de su radio para comunicar con sus jefes. Pero el aparato falló, y al presenciar cómo el vehículo aceleraba ante sus ojos, llamó por teléfono a su superior y emprendió una persecución a la carrera hasta un semáforo donde el vehículo blanco se paró... hasta que el disco cambió a verde. Y el mosso no logró detenerle.

La sucesión de desdichas

Al filo de las nueve de la mañana del pasado 8 de agosto, Puigdemont había llegado al escenario donde iba a dar su discurso, arropado por decenas de ciudadanos que lo vitoreaban. Según subrayan los Mossos, "lo envolvieron a modo de cápsula de seguridad".

A los pocos minutos, tras su breve intervención, descendió. El dosier remitido al juez Llarena narra que tan sólo un agente logró visualizar al expresidente catalán cuando bajó del escenario por la parte trasera del mismo, que conducía a una zona circundada por vallas de seguridad. Allí, se ubicaba una carpa blanca, en la que el político penetró.

VÍDEO | Así ha sido la maniobra escapista de Puigdemont en solo unos minutos: el expresident vuelve a huir Edición: Jose Verdugo

En todo momento, el documento insiste en que los 600 agentes desplegados aquella mañana daban por hecho que eso no era un escenario para un discurso de Puigdemont, a pesar del atril y los micrófonos. Sino una instalación de la independentista ANC para "seguir la retransmisión de la sesión de investidura".

Todo el dispositivo desplegado por los Mossos estaba pensado para proceder a su detección y arresto de camino al Parlament, por el Parque de la Ciudadela, o en el doble vallado que habían establecido alrededor de la sede parlamentaria. No se da cuenta de otra presencia policial en Arco del Triunfo que no fueran agentes de paisano, como informantes, ni de registros previos o vigilancia con policías de intervención.

De acuerdo con el informe, unas cincuenta personas se afanaron en custodiarla, "con los brazos entrelazados" y portando sombreros de paja. Fue en dicha carpa donde Puigdemont, al igual que otros de sus colaboradores, como Turull, se colocó la gorra de béisbol, lo que le permitió despistar a los Mossos.

Al instante, el expresident accedió a la parte trasera de un coche de color blanco que esperaba cerca y que trasportaba, en el asiento del copiloto, una silla de ruedas, lo que le había permitido acceder a la zona del vallado.

El mosso que presenció esta escena trató de utilizar su walkie-talkie para avisar de lo que veía. No obstante, según relata el informe enviado al Supremo, este sistema no le funcionó, ya que estaba colapsado por otras comunicaciones por radiofrecuencia.

"Es relevante destacar que la imposibilidad que tuvo este agente de comunicar a través de la emisora lo que estaba observando provocó que el resto de efectivos policiales, que se encontraban tanto en la vía pública como en el Centro de Coordinación, fueran desconocedores de lo que estaba sucediendo y toda la atención estuviese centrada sobre la comitiva de políticos que se preparaba para acudir al Parlament", explica el documento.

Como no funcionó su radio, el agente telefoneó a su superior para narrarle lo que veía. No obstante, fue reconocido como policía por parte de los simpatizantes de Puigdemont, que trataron de frenarlo. El mosso pudo describir "un Peugeot blanco" y aportó dos posibles matrículas del mismo, que diferían en solo una cifra.

Ahora bien, el coche era un Honda CRV.

"Esta confusión fue provocada por la tensión del momento y por el hecho de que el agente se encontraba corriendo tras el vehículo", expone el informe. Pero dicho error provocó que la Policía autonómica catalana se dedicase a localizar otro vehículo.

Asimismo, el informe también recoge que, a las 09.09 horas, el plano del dron que sobrevolaba el escenario cambia de plano. Abandona a Puigdemont, todavía identificado en las imágenes aéreas, y enfoca a la comitiva de políticos que, como Turull, acudían al Parlament.

La Policía catalana insiste en que creyó que éste sería el trayecto que también haría Puigdemont. Sólo 51 segundos después, el dron vuelve a enfocar adonde había localizado al prófugo... pero ya no estaba, y el coche, mal identificado por el mosso sin radio, era perseguido a pie por seis calles diferentes de Barcelona, hasta su desaparición en una circunvalación de la capital catalana. 

De hecho, los Mossos d'Esquadra se excusan y subrayan que "ningún medio de comunicación ni fotógrafo" obtuvo las imágenes de Puigdemont introduciéndose en el vehículo y recalcan que el gran número de personas que rodeaban el escenario dificultó la labor policial.