El concejal socialista de Seguridad de Barcelona autorizó el escenario para el discurso de Puigdemont
Fuentes municipales indican que el equipo de gobierno de Jaume Collboni ha hecho la 'vista gorda' para permitir que se instalara el escenario.
8 agosto, 2024 14:17Una de las cosas más sorprendentes de la reaparición fugaz de Carles Puigdemont, este jueves, en Barcelona, es que pudo dar un discurso, subido a un escenario. La instalación, ubicada ante el Arco del Triunfo del Paseo Lluís Companys, fue colocada en las últimas horas con la autorización del Ayuntamiento, que preside Jaume Collboni, uno de los líderes del PSC.
Así lo ha podido confirmar este diario en fuentes oficiales del consistorio barcelonés. El responsable de dar la autorización para los trabajos de montaje y desmontaje del escenario -que inició a los pocos minutos de acabar el acto- es Albert Batlle, concejal del distrito de Ciutat Vella.
Batlle, un histórico del Partit dels Socialistes de Catalunya, es además el regidor responsable de Seguridad del consistorio barcelonés, y tercer teniente de alcalde. Es decir, en este caso, su responsabilidad es a nivel administrativo y de Guardia Urbana.
Fuentes del Ayuntamiento explican que para este tipo de montajes, "hace falta pedir un permiso con 30 días de antelación", pero que se suele "hacer la vista gorda" cuando quien solicita el permiso es un partido político.
Eso sí, la fecha de la investidura, este jueves, no se supo hasta este martes, y no se confirmó hasta este miércoles. De modo que esa vista gorda del edil del PSC ha tenido que ser total, según las citadas fuentes.
"Connivencia a tres niveles"
Sorprende la facilidad con la que un prófugo de la Justicia desde hace casi siete años, que supuestamente no había podido pisar suelo español desde que huyó el 29 de octubre de 2017, se apareciera libre en el centro de la capital catalana.
Pocos minutos antes de la 9.00 horas, Puigdemont fue visto en el Passatge de Sant Benet, un pequeño callejón que desemboca en Lluís Companys. Se subió al escenario blanco inmaculado, sin logos partidistas ni símbolos nacionales, habló durante unos siete minutos, y desapareció como un mago escapista.
En teoría, los convocados iban a "acompañar" al expresident fugado hasta el Parlament, donde supuestamente él quería "estar dentro" del Pleno de investidura de Salvador Illa. Sin embargo, la comitiva comenzó el pequeño paseo, de menos de un kilómetro por el parque de la Ciudadela, sin poder "acompañar" a su líder.
Esa entrada y salida sin ser arrestado, al menos a la hora de escribir estas líneas "sólo se puede articular con connivencia de las autoridades", lamentan fuentes del PP.
Lo cierto es que fuentes de Interior confirmaron a este diario que la Policía Nacional y la Guardia Civil no habían sido movilizadas en ningún dispositivo especial este jueves, a pesar de ser público desde 24 horas antes que Puigdemont, acusado de malversación y huido de la Justicia, iba a estar en el centro de Barcelona.
Dejaron la iniciativa a los Mossos, que "es el cuerpo de policía judicial en Cataluña" y, por tanto, responsable de la detención de Puigdemont, en cumplimiento de la orden de busca y captura vigente.
Hace menos de un mes, el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena confirmó, con la Sala Segunda, que la malversación de la que le acusa en el caso del procés no es amnistiable.
El cuerpo de la policía autonómica catalana organizó una operación jaula en Barcelona y su perímetro, pero sólo después de que Puigdemont desapareciera.
El día completo que pasó desde el anuncio del acto de "recepción y acompañamiento" al expresident ni la conselleria de Interior catalana, que lleva Joan Ignasi Elena (exsocialista, hoy en ERC) ni el Ministerio del Interior español, de Fernando Grande-Marlaska, ordenaron un dispositivo de búsqueda.
Y ésa es la "connivencia a tres niveles" que denuncia la oposición del PP: la del Gobierno de la nación, con el socialista Pedro Sánchez; la del Govern de Cataluña, al que aspira el socialista Illa; y la del Ayuntamiento de Barcelona, que rige el socialista Jaume Collboni.