Chupinazo nocturno con la alcaldesa de Pamplona: "No imagino San Fermín sin toros ni encierros"
Entrevista con Cristina Ibarrola: "Bildu crece porque lo blanquea el PSOE y porque pone al frente caras amables" / "Es absolutamente injusto que la UEFA haya expulsado a Osasuna de la competición europea" / "Quiero hacer de Pamplona la ciudad más segura y con menos burocracia de España".
8 julio, 2023 02:39La fachada del Ayuntamiento de Pamplona, piedra y estilo rococó, lleva en pie desde 1755. Su capacidad aislante resulta abrumadora. Es de noche en el día más grande de la Fiesta: el 6 de julio. Fuera, en la plaza, ruido, alcohol y desenfreno; lo que un día Rubén Amón llamó "Iruña y Gomorra". Dentro, un silencio monacal.
Subimos al primer piso. Se asoma por la puerta de su despacho Cristina Ibarrola, la alcaldesa, que ha comenzado su jornada hace un siglo, a las siete de la mañana. Un día de San Fermín puede dar lugar a una novela. Justo ahora se cumplen cien años de la primera visita de Ernest Hemingway a Pamplona.
Hemos venido a ver a Ibarrola porque se trata, sin duda y sin exageración, de uno de los días más importantes de su vida. Hace un mes, por los pelos, se convirtió en alcaldesa. Hoy ha asistido desde el balcón mayor a la inauguración de la Fiesta. Y afronta un mandato de muchas curvas en una de las ciudades más políticas de España, donde la fragmentación de partidos palpita con fuerza. Gobernará en minoría. Bildu le pisa los talones en segunda posición.
Cristina Ibarrola (Pamplona, 1969) es médico. Entró a la política como independiente, para ser directora general de Salud. Casada y con dos hijos. Fue elegida parlamentaria autonómica por primera vez en 2019. Su nombramiento como candidata de UPN a la alcaldía fue una sorpresa... también para ella. Por eso repite desde el asombro: "Nunca imaginé que estaría aquí".
Nos sentamos en su despacho, que tiene las paredes de madera. Llama la atención un cuadro, obra de Julio Pardo, donde aparece la Plaza del Castillo llena de agua, con un hombre navegando en barca alrededor del quiosco. Lo colocó Ibarrola tras el traspaso de poderes. Fue una premonición a lo sucedido esta tarde, una tormenta eléctrica.
–Alcaldesa, más de uno ahí fuera necesita un médico.
–Es un día intenso. En Pamplona, ya lo saben ustedes, se empieza a beber muy pronto el 6 de julio. Espero que no me toque ejercer. El dispositivo sanitario de esta ciudad es maravilloso y responde a todas las necesidades –sonríe.
–¿En qué o en quién pensó cuando explotó el chupinazo?
–Mmmm –duda–. Es muy difícil poner palabras a ese momento. Sentía felicidad. Ves a tanta gente de tantos lugares pasándoselo tan bien... Es un lujo estar en ese balcón. Tengo mucha suerte y siento muchísima responsabilidad.
En Pamplona, la elección acerca del lanzador del chupinazo genera unos conflictos terribles. Tuvo que llegar a implantarse la votación popular. Este año, se eligió a Osasuna por su clasificación europea en Liga y su final de la Copa del Rey. El presidente, Luis Sabalza, ha prendido la mecha... y también parte de su pañuelo. "¡No nos rendiremos!", ha gritado. Y la afición ha estallado.
Ibarrola describe como "absolutamente injusto" que la UEFA haya decidido expulsar a Osasuna de la competición: "Se lo ganaron en el campo. Lo justifican por una condena acerca de unos hechos [unos amaños] de hace casi diez años que, además, fueron denunciados por la actual directiva. No tiene ningún sentido".
La alcaldesa reconoce que Osasuna es, quizá, la única institución social que ha logrado unir a esta tierra a lo largo de su Historia. No ha pasado con ningún gobierno, pero tampoco siquiera con una ONG o algo parecido.
Hay cosas que un pamplonés hace en San Fermín que ya no puede hacer cuando es nombrado alcalde. A Ibarrola –según confiesa ella misma con un retrato del santo morenico al fondo– le gustan más los sanfermines "de día". Pero solía salir "una o dos noches con su cuadrilla". Su agenda de esta semana empieza a las siete de la mañana y concluye a eso de las once o doce de la noche.
Lo que más le entusiasma de estas 204 horas de Fiesta es la improvisación a la que obliga: "Esos son mis mejores recuerdos. Sales de casa, vas a un sitio, terminas en otro. Vas tranquilo y acabas metido en una juerga inmensa...".
–¿Es usted taurina?
–Me gustan los toros. Voy a la plaza en San Fermín y, como veraneo en Cádiz, tampoco me pierdo una corrida de las de El Puerto de Santa María.
–¿Quién es su matador predilecto?
–Roca Rey.
–¿Dentro de cien años habrá toros? ¿O no los habrá y nos parecerá una locura que existieran?
–Probablemente pase algo de eso. Pero dentro de cien años nos parecerán una locura muchas de las cosas de hoy. No me imagino unos sanfermines sin toros ni encierros. Es el encierro lo que nos aporta la singularidad y nos coloca en el foco del mundo entero. Tienen un impacto mágico. Me asombra que la calle Estafeta esté llena de juerga y que, de repente, se limpie todo y se haga ese silencio previo a la estampida.
Hace ahora cien años, como decíamos, llegó Hemingway por primera vez a Pamplona. Sonó el cohete del encierro, la gente echó a correr. No entendía qué pasaba y se lo preguntó a uno que pasaba por ahí. Le respondió: "Han soltado a los toros para que vayan corriendo hasta la plaza". Hadley Richardson, la entonces esposa del escritor, respondió alarmada: "¡Por qué lo han hecho!".
Hemingway lo dejó por escrito en el primer reportaje que publicó sobre la Fiesta. Fue en el Toronto Star. Comenzó así la promoción internacional de estos siete días de julio. La última vez que el norteamericano visitó Pamplona fue en 1959.
Antes de que le preguntemos nada, Ibarrola –y eso le honra– dice: "Tengo que leer Fiesta. Reconozco que no lo he hecho".
–¡Alcaldesa, por Dios! ¿Se puede gobernar Pamplona sin haber leído Fiesta?
–Prometo leerlo este verano. En 1926, se cumplirá el centenario de la publicación del libro. Así cojo ideas. Lo celebraremos. Haremos algo desde el Ayuntamiento, seguro. Este año nos pusimos en contacto con la familia. Quisimos traerlos al chupinazo. Al final no ha podido ser. Vendrán el año que viene.
–Beba usted aunque sea una copa en homenaje a Hemingway. Teniendo en cuenta la efeméride y que es San Fermín, resultaría mucho más sospechosa una alcaldesa que no bebiera.
–Hoy he bebido muy poco, ¡no me ha dado tiempo! Pero claro que sí. Espero poder brindar estos días.
2 millones de personas
Durante una semana, según la media de los datos, se congregan dos millones de personas en una ciudad de 200.000 habitantes. Eso entraña grandes ventajas comerciales, pero también los riesgos propios de las aglomeraciones.
"Parece mentira que no pase nada. Es lo típico que se escucha cuando se proyectan las imágenes de los encierros y del chupinazo. Eso no es una casualidad. Hay detrás un gran trabajo de los cuerpos de seguridad y los sanitarios", relata Ibarrola.
–¿Consigue disfrutar o está inquieta por lo que pueda pasar?
–Soy bastante calmada y templada. Consigo disfrutar, sí. Hoy he dormido mal, pero no peor que otros días. Suelo dormir mal. Me acuesto tarde y me levanto pronto.
–¿Cuáles son los puntos clave de la gestión estos días? Los lugares susceptibles de que "pase algo".
–El chupinazo y los encierros, desde luego. Pero también la posible violencia o las agresiones sexistas. Y el momento de la procesión [todos los años, los concejales de UPN reciben insultos de sectores abertzales. El año pasado, llegaron a agredir a la policía que protegía a los ediles]. Lo de la procesión me da vergüenza ajena. No puede ser que una ciudad viva eso en su día grande. Ningún ciudadano lo merece.
–He visto que los partidos políticos han llamado a la responsabilidad. ¿Han cumplido todas las formaciones en ese sentido? ¿También Bildu?
–Bildu ha hecho un llamamiento a la tranquilidad. No les interesa que se visualice algo así a dos semanas de las elecciones generales.
–¿Cómo va a ser el dispositivo de seguridad?
–Hemos incrementado el número de cámaras en manos de la policía y de los dispositivos de identificación social. La normativa prevé sanciones de entre 600 y 30.000 euros. El año pasado se denunció a 19 personas, con multas de 12.000 euros. No me va a temblar el pulso. Las sanciones este año van a ser de 30.000 euros. Es una medida disuasoria. Si alguien agrede, que pague por ello.
–Usted habló mucho en campaña de "inseguridad". ¿Cree que Pamplona tiene un problema en ese sentido?
–Pamplona es una de las ciudades más seguras de España. Pero cuando preparamos el programa electoral, las dos mayores preocupaciones de la gente eran la inseguridad y la burocracia. Como madre, hermana y tía, quiero que cualquier mujer pueda transitar segura a cualquier hora y por cualquier rincón. Sin seguridad no hay libertad.
–El 7 de julio de 2016 se produjo la violación de La Manada. ¿Extendió aquello un estigma sobre los sanfermines? ¿La ciudad ya se ha librado de él?
–Fue un caso terrible, es cierto. Pero Pamplona no es eso. Los sanfermines no son eso. La mayor parte de la gente viene a sentir la Fiesta. Se integra muy bien a la gente de fuera. El caso fue tan macabro que los medios le dieron mucho bombo. Pero la realidad de Pamplona es otra. Por fortuna, existe una unidad de partidos e instituciones que nos permite trabajar muy bien para combatir esa lacra.
Gobernar en minoría
Cuando llega el chupinazo, se ven por la tele más banderas del País Vasco que de Navarra. Y ninguna de España. Es una realidad asumida por los pamploneses. Dicho de otra manera: todo el mundo sabe que eso va a ser así cada año.
¿Por qué ocurre? ¿El nacionalismo tiene ganada la batalla cultural? "Un 30% de la población de Pamplona es nacionalista. Pero la inmensa mayoría no lo es. Me parece muy bien que cada uno en la calle [se refiere a las banderas de Euskadi] se envuelva en la bandera que quiera. Creo en la libertad. Pero me parece triste la imposición que viene de un sector determinado y que amedrenta a quienes quieren llevar otra bandera [habla ahora de la de España]".
Entramos ahora en la parte más política de la entrevista. UPN fue el partido más votado en las pasadas elecciones municipales. Obtuvo 30.691 votos y 9 concejales. Bildu, segunda fuerza, sacó 27.752 sufragios y 8 ediles. Joseba Asiron, exalcalde de la ciudad, encabezó el escrutinio hasta casi el final.
El PSOE se quedó en 5 butacas. El PP de García Adanero –fichaje de Feijóo tras su ruptura con UPN– logró 2. Geroa Bai –el partido de Uxue Barkos– alcanzó otras 2. Y Podemos, 1.
Bildu exigió la alcaldía de Pamplona a cambio de permitir en Navarra el gobierno de la socialista María Chivite. El PSOE no aceptó. De ahí que Ibarrola se hiciese con la alcaldía mediante el mecanismo municipal de la lista más votada. El Ejecutivo foral continúa en el aire. UPN ganó las elecciones, pero no suma suficiente. Al PSN le valdría reeditar su alianza con Podemos y Geroa Bai, pero necesita la abstención de Bildu. Sánchez no quiere explorar ese escenario hasta después de las generales.
–UPN fue el partido más votado, pero lleva años en declive.
–Yo creo que UPN no está en declive. Sigue ganando las elecciones.
–Pero ya no es capaz de gobernar. Es un hecho.
–UPN nunca tenía mayoría absoluta. Quien ha cambiado ha sido el PSOE, que ha traspasado la línea roja y pacta con Bildu. Han pactado con ellos los cuatro presupuestos de Navarra. Nosotros vamos a seguir trabajando para ganar las elecciones. Confío en que el varapalo al PSOE el 28-M sea aún mayor en las generales.
–¿El PSOE ha comenzado a recorrer otro camino? La han hecho a usted alcaldesa.
–A mí me ha hecho alcaldesa la gente.
–El PSOE, como usted misma dice, podría haber pactado con Bildu o incluso haber explorado una mayoría alternativa con las dos formaciones nacionalistas.
–Es verdad, podrían haberle dado la alcaldía a Bildu. Habría sido muy fuerte, ¿no? Ojalá estén recorriendo otro camino. Si es un paso en ese sentido, lo veremos en la constitución del Gobierno de Navarra. Si quieren empezar a hacer política de otra manera, bienvenidos.
–Lo que deja entrever es que el Gobierno de Navarra sigue en el aire porque no quieren que ese posible acuerdo con Bildu influya en el resultado de las generales.
–Sí.
–¿Y si Sánchez se estrella? ¿Ve factible un pacto entre UPN y PSN?
–La ventana de oportunidad sería mayor. Pero hoy no existe una negociación. El PSN no quiere.
–¿Por qué Bildu ha crecido tanto en Pamplona y en Navarra? A punto estuvieron de ganar las elecciones. Eso antes era impensable.
–Un factor es el blanqueamiento que ha hecho de ellos el PSOE. Otro es la concentración del voto útil nacionalista en Bildu. La gente sabía que o gobernaba UPN o gobernaba Bildu. Y luego... Es que en Bildu son listos. En campaña, no han hablado nada de imponer idiomas, de banderas, de territorialidad... Ni una sola palabra. Pero luego, cuando gobiernan, vuelven a lo suyo.
–Explíquese.
–Están poniendo al frente caras más amables. Como por ejemplo aquí, en Pamplona. Joseba Asiron es amable. Pero lleva de número tres a una persona condenada por agredir a dos mujeres. Ese concejal ya lo era cuando ETA mató a nuestro compañero Tomás Caballero. Todavía hoy es incapaz de condenar aquello.
Le pedimos a Ibarrola, para terminar, que mencione tres proyectos para esta legislatura. Vuelve a hablar de "seguridad": "Cámara, iluminación, botón de pánico en el móvil". De "reducir al máximo los trámites burocráticos". Y de potenciar el "atractivo" para que los jóvenes no se vayan fuera.
Ahora, quienes se van somos nosotros. Regresamos a la noche. Al ruido. Faltan apenas siete horas para el primer encierro.