Vara convertirá su fallida investidura en un debate sobre pactos PP-Vox como último favor a Sánchez

Fuentes socialistas explican que Vara busca con ese gesto poner de manifiesto la situación de bloqueo creada por la líder regional del PP, María Guardiola, y al tiempo poner en el foco sus contradicciones sobre el pacto con Vox.

El PSOE entiende que el PP se ha enredado de tal manera con estos acuerdos que lo mejor es mantenerlos como asunto prioritario en la agenda de la campaña para poner de manifiesto que las generales son una pugna contra Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal y lograr así movilizar al electorado de izquierdas.

[La presidenta de la Asamblea de Extremadura designa a Vara como candidato a la investidura]

Además, creen haber conseguido el botín inesperado de que el presidente del PP aparezca como un líder débil y sin margen de maniobra. El PSOE pretende que Extremadura siga desgastando a Feijóo.

El gesto de Vara, que llegó a felicitar a su oponente la noche del 28 de mayo y llegó a anunciar su retorno a su actividad profesional fuera de la política, busca ayudar también a la campaña electoral de Pedro Sánchez para las generales.

Sánchez le pidió primero que retrasara su abandono de la política y, por tanto, el proceso para su relevo en la comunidad, una vez convocadas las generales del 23 de julio. Y ahora quiere que colabore en mantener el foco en Extremadura donde, según el equipo de campaña del PSOE, el PP se ha dejado gran parte de la precampaña electoral del 23-J. Es su último gran servicio al PSOE y a Sánchez.

Otro de sus argumentos será el de visualizar el incumplimiento del PP a su propio argumento del Gobierno para la lista más votada. Es decir, si los populares defienden esa posición deberían dejar gobernar a Vara que fue el que más votos tuvo en Extremadura.

También busca un efecto material importante para la situación política española: poner en marcha el reloj para que se debata la investidura antes del 23 de julio.

El primer éxito del PSOE, según esas fuentes, fue lograr el 20 de junio que la socialista Blanca Martín fuera elegida presidenta de la Asamblea de Extremadura. De esa forma logra mantener el control de los tiempos y evitar que el PP consiga retrasar el debate hasta después de las generales.

De hecho, Martín ha convocado la investidura para el 5 y 6 de julio, con Vara como candidato y con imposibilidad manifiesta de que sea elegido. El propio pleno será un debate enfocado en las relaciones PP-Vox.

Corren los plazos

La presidenta de la Asamblea podía haber retrasado aún más el pleno. El Estatuto de Autonomía le permitía llegar hasta el 11 de julio para anunciar el candidato a la investidura y esperar otros 15 días para celebrar el pleno, es decir, después de las generales.

Pero de esta forma, el Pleno se convierte en un acto institucional que favorece al PSOE. El PP, con 28 escaños, y Vox, con cinco, suman 33 diputados, la mayoría absoluta en el Parlamento, frente a 32 que suman PSOE y Podemos.

Es decir, Vara necesitaría los votos de Podemos y la abstención de PP o Vox, para llegar a la mayoría simple en la segunda votación, el 8 de julio.

Una vez que ese día la investidura de Vara sea fallida empezará a correr el plazo de dos meses hasta principios de septiembre para la celebración de elecciones a principios de noviembre.

Es decir, María Guardiola tendría entre el 8 de julio y el 8 de septiembre para cerrar un acuerdo con Vox para lograr su investidura. Desde el 23 de julio lo podría hacer sin la presión de las contraindicaciones en la política nacional o dentro de una hipotética negociación global entre Feijóo y Abascal.

Vara ya quiso abandonar la política durante la anterior legislatura y no ser candidato el pasado 28 de mayo, pero prefirió evitar un proceso de sucesión en plena pandemia, primero, y luego en vísperas electorales. Ahora, explica que no tiene aún decidido se concurriría a una hipotética repetición electoral.

Fuentes de Ferraz dan por hecho que PP y Vox finalmente pactarán en Extremadura y en el resto de las comunidades que restan por constituirse tras las autonómicas, como ya hicieron con los ayuntamientos.