Yolanda Díaz inaugura en Barcelona junto a Ada Colau su campaña para las generales contra Sánchez
La vicepresidenta segunda ha puesto toda la carne en el asador con la alcaldesa, uno de sus mayores apoyos, pero su fracaso podría salpicarle.
27 mayo, 2023 02:35Yolanda Díaz no resultó ser lo que se esperaba de ella. No lo fue con Pablo Iglesias, cuando la designó como heredera del espacio de Unidas Podemos, y no lo está siendo con Pedro Sánchez, cuando le concedió un atril del Congreso para presentar a Sumar durante la moción de censura de Ramón Tamames. Ahora, con la vicepresidenta enfrascada en la campaña de la Barcelona de Ada Colau, Ferraz empieza a temer el impacto electoral de la líder de Sumar.
La idea que tenía la Moncloa para Díaz era sencilla. La vicepresidenta ha sido, al menos dentro del Consejo de Ministros, una aliada mucho más cómoda que los socios de Podemos; facilitó las negociaciones con el PSOE en los Presupuestos Generales del Estado, esquivó la polémica por el envío de armas a Ucrania y, en general, ha evitado apoyar a los morados en los temas que más les han enfrentado con los socialistas, como la ley del sólo sí es sí.
Hay también un sentido interno en todo esto. En plena refundación del espacio de la izquierda, la irrupción de Sumar ha provocado un descosido en Podemos, que solía tener el monopolio del voto a la izquierda del PSOE y ahora, en cuestión de meses, ha visto sus expectativas mermadas y a antiguos socios pasándose al nuevo rival. Uno de ellos, quizá el más claro, está en la Barcelona de Ada Colau.
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La vicepresidenta segunda del Gobierno no para de repetir que no se presenta a las elecciones autonómicas, pero es indudable que parte de su destino político depende de ellas. De hecho, el futuro del próximo 28 de mayo establecerá en gran medida el punto de partida del que saldrá en las elecciones generales: si Colau fracasa, habrá quien vea un fracaso de Sumar; si es al contrario, Díaz podría atribuirse parte del mérito.
El ensayo de Barcelona en Comú este 28-M sirve también para entender la correlación de fuerzas que se vivirá en la coalición del Gobierno de cara a las generales de diciembre. La Ciudad Condal es un espacio seguro dentro de la izquierda, simbólico incluso, que refleja los planes de lo que pronto será Sumar. Y permite a la vicepresidenta pelear de tú a tú con el socialismo que a nivel municipal representa Jaume Collboni, en empate técnico según las encuestas. Si Colau vence, también supondrá una victoria simbólica de Díaz sobre el PSOE.
Como ya se ha dicho, su futuro en las generales depende de ello. En primer lugar, porque los resultados que tengan los distintos partidos de Sumar determinarán su fuerza en las negociaciones internas. Algunos en Podemos, de hecho, sospechan que Díaz les desea un mal resultado (sobre todo en Madrid) para que sea más fácil manejarlos.
Revalidar la Alcaldía de Barcelona, al igual que asaltar la Real Casa de Correos de Madrid, sería el mejor de los destinos posibles para Díaz, que ya apareció el pasado 2 de abril resguardada por Mónica García (Más Madrid), Colau (Catalunya en Comú) y Carla Antonelli (ex PSOE, ahora Más Madrid). Toda una declaración de intenciones sobre lo que significará el espacio, al menos de momento.
Tanto la alcaldesa como los Comunes en general han sido los mayores valedores de la vicepresidenta en su escapada electoral en solitario. Durante meses el portavoz de En Comú en el Congreso, Jaume Asens, incluso utilizaba las ruedas de prensa de los martes como portavoz oficioso del proyecto de Díaz. En Barcelona, Colau se ha erigido como el mayor apoyo institucional de la vicepresidenta. Y viceversa.
De hecho, la batalla política que plantea Díaz para sus banderizas regionales es la misma que adelantó durante la presentación extraoficial de Sumar, en la moción de censura de Vox. Desde entonces, la dicotomía se ha repetido hasta la saciedad: estas elecciones, las del Estado y las autonómicas, van de bloques, uno progresista que representa ella y otro de derechas personificado en Alberto Núñez Feijóo (en las generales), Isabel Díaz Ayuso (Madrid) y Xavier Trias (Barcelona).