Con Feijóo en su primera Feria de Abril: "No le dejan andar, es increíble. Aquí Sánchez no se atreve"
EL ESPAÑOL acompaña al presidente del PP, rebujito en mano, durante su visita a la fiesta grande de Sevilla.
24 abril, 2023 03:14"Anda, ¡pero si ese es Feijóo!". Los gritos de un feriante al sol de mediodía sorprenden al presidente del PP, de paseo por la Feria de Abril. A sus 61 años y con una campaña en ciernes, es la primera vez que visita la fiesta grande de Sevilla, pero la ruta a pie desde la tradicional Portada, situada en la calle Antonio Bienvenida, hasta la caseta que tienen los populares en la calle Pascual Márquez, tiene más de odisea que de caminata.
La romería de saludos no se detiene. Son las dos de la tarde y todo el mundo quiere un pedazo del expresidente de la Xunta de Galicia, que se juega las elecciones autonómicas en un mes y las generales a final de año. "No le dejan andar, es increíble", subrayan las personas de su equipo.
"Pedro Sánchez no se atreve a venir aquí", agrega un diputado popular, rodeado del corrillo de fans. Lo cierto es que el líder de los socialistas, desde aquella moción de censura que le abrió las puertas de la Moncloa, no ha vuelto a pisar el albero sevillano y ha descuidado más su agenda a pie de calle. Tampoco ha ido a las Fallas desde que es presidente.
Feijóo, por contra, no conoce otra cosa. Lleva desde el jueves durmiendo -poco- en camas distintas, y cada salida le supone gritos, peticiones y selfies. No había atravesado el umbral de la caseta del PP cuando los allí presentes le brindaron un cerrado aplauso. Si a perro flaco todo son pulgas, nadie duda de que todos se arriman cuando sol calienta.
—Anda, presi, una foto conmigo, ¿no? —le espeta una consejera de la Junta de Andalucía.
—Claro que sí —responde el jefe de la oposición con amabilidad. Lo que iba a ser una foto de dos, acaba siendo un recuerdo de equipo. —Juanma, en el próximo Consejo de Gobierno no estaría mal que me hicieras Consejero —añadía entre risas mientras le rodean los miembros del ejecutivo andaluz, rebujito en mano, para inmortalizar el saludo.
Entre los allí presentes, caras de todo tipo. Por supuesto, el eterno joven Javier Arenas. El exministro Juan Ignacio Zoido, y multitud de mandos del PP, como el flamante candidato que aspira arrebatar al PSOE el Ayutamiento de Sevilla: José Luis Sanz, ataviado con una americana gris. En la próxima feria, si se cumplen los mejores pronósticos, podría ser el próximo alcalde de la capital andaluza.
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Feijóo gana en las distancias cortas. Nadie lo duda. La seriedad que imprime a sus formas confunde al personal. El contacto con la gente le motiva. No llega a recorrer dos metros desde que abandona la caseta de su formación cuando un grupo de personas ya le han interrumpido con un "oiga, queremos una foto". El resto gira la cabeza, le reconocen y se suman a la galería.
La situación, en cuestión de tiempo, ha cambiado mucho en el principal partido de la oposición. Los sondeos de las casas privadas, de los que Feijóo desconfía, reflejan una realidad esperanzadora en Génova 13: si el viento sigue de cola, la Moncloa de seguro será el próximo puerto. De ahí que la foto con el candidato cotice cada vez más al alza en el mercado de valores que es el PP.
La apretada agenda del líder de los populares le obliga a estar de aquí para allá, ya sea entre trenes por España como tragando polvo entre las casetas sevillanas. Este lunes, de vuelta a la rutina, presidirá el comité de dirección y mantendrá reuniones varias para preparar el que será el último cara a cara con Pedro Sánchez en el Senado antes de las municipales y autonómicas del 28-M.
El jefe del Ejecutivo, en su anterior etapa como líder de la oposición hizo de la Feria un campo de batalla contra Susana Díaz, entonces presidenta de la Junta y dura rival para liderar el PSOE. Recordados son aquellos desplantes entre volantes. Desde que llegó a la Moncloa, no ha vuelto a la Feria. Tampoco ha ido a las Fallas, ni a la Semana Santa. Sí cogió el Falcon recientemente para sobrevolar Doñana, nuevo foco de disputa en la política nacional.
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"Pues la gente por la calle no pregunta por Doñana", aseveran fuentes próximas al presidente andaluz. Es más, la polémica proposición de ley de PP y Vox, según subrayan los populares y fuentes de la Junta, está teniendo un efecto bumerán. "El Gobierno se pensó que iba a hacernos daño y ahora resulta que va a acabar perjudicado".
Según remachan desde el equipo de Moreno, el discurso del agua está resultando letal para una administración central que "no ha hecho nada para paliar los efectos perniciosos de la sequía en España". En el campo, agregan las citadas fuentes, el trasvase de votos desde el PSOE hacia el PP es cada vez mayor.
En Sevilla, ni una palabra de Doñana. Durante la visita del presidente del PP, la gente pregunta por otras cosas, como la economía. "Estaría bien que nos la arregle". También le transmite exigencias: "A ver si echa usted a Sánchez". Feijóo, mientras tanto, asiente, sonríe, promete, escucha y... observa.
Se muestra, cuanto menos, maravillado con los trajes de gitana, los farolillos, los coches de mulas… Esta vez, sin embargo, prefiere no sacar el móvil cual guiri, como hizo en Semana Santa, cuando le tocó hacer parada en la capital andaluza para conocer las cofradías. Acostumbrado a su Galicia, el contraste no puede ser mayor. Pero quiere gobernar España y es lo que toca.