El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), y la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño (c), escuchan la intervención del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), durante el pleno del Senado el pasado 6 de septiembre,

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), y la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño (c), escuchan la intervención del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), durante el pleno del Senado el pasado 6 de septiembre, Juanjo Martín EFE

Política

Temor a que el nuevo choque entre Sánchez y Feijóo en el Senado aborte el pacto del Poder Judicial

La sucesión de golpes entre los dos líderes contrasta con la buena sintonía de sus negociadores, que llevan toda la semana pactando en secreto.

17 octubre, 2022 02:24

Rara vez pasa que los relojes de Ferraz y Génova se sincronicen. Después de una semana singularmente agitada en la que ha pasado de todo políticamente, los cuarteles generales de los dos principales partidos tienen la vista puesta -por una vez- en el Senado, donde se disputará el segundo asalto entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. La diferencia con el primero, en este caso, es que ambos tienen miedo.

El temor que comparten socialistas y populares es que el debate entre sus líderes pueda dar al traste con el tema más urgente del momento, la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Para ello, los dos partidos han escenificado un escenario insólito hasta el momento: negociar de puertas adentro y callar de puertas afuera. Al menos hasta el martes.

La falta de sintonía entre los dos líderes contrasta con los avances entre sus interlocutores, el ministro Félix Bolaños y el eurodiputado Esteban González Pons. Por una vez, las dos partes conciden en que hace falta llegar a un acuerdo rápido, pero temen que un debate subido de tono pueda dar al traste con todo el camino recorrido. Un diputado socialista lo resumía la semana pasada en el Congreso de los Diputados: "No vayamos a fastidiarlo todo ahora".

[El PSOE admite avances en la negociación del CGPJ: "Confiamos en que haya un acuerdo rápido"]

Lo cierto es que, coinciden las dos partes, ambos necesitan el acuerdo. Para Sánchez, la crisis institucional daña su proyección europea y deja al Gobierno en mal lugar ante Bruselas. Para Feijóo, el bloqueo le aleja de su perfil moderado, de gestor administrativo, que tanto lleva trabajando todos estos años. Si en algo coinciden es en que quieren acabar con esto cuanto antes.

Así, varios jueces fueron alertados que estuvieran pendientes del móvil durante el fin de semana por si había novedades, pero los rumores duraron poco. "No se va a cerrar nada hasta después del debate, ni por tiempo ni por imagen", comparte una fuente conocedora de las negociaciones. Y añade, "pero hubiese sido lo deseable, claro".

A última hora, Génova puso sobre la mesa una nueva lista de perfiles distinta a la que había elaborado Pablo Casado. Desde entonces, Bolaños y González Pons llevan toda la semana en contacto permanente, por escrito y en secreto, enviándose nombres, compromisos y garantías para agilizar los tiempos y unir a polos opuestos.

La información, eso sí, se transmite con cuentagotas para controlar el relato y que nadie quede especialmente tocado. Hasta ahora, lo poco que se sabe es que Moncloa ha cedido con la propuesta de reforzar las mayorías para la elección de cargos; el PP, por su parte, ha aceptado que los jueces tengan más peso para elegirse entre ellos. 

[Acuerdo entre Bolaños y Pons para que no haya perfiles políticos marcados ni vetos en el CGPJ]

Todo parece indicar que esos mismos magistrados se encontrarán con un nuevo CGPJ más cercano al PSOE, al contrario que el actual. Diez vocales de un lado, diez del otro y un presidente de tendencia progresista, todos con perfiles limpios -que no hayan pasado por la política- y sin vetos, que fueron la causa de ruptura de la última negociación, en 2021.

Segundo asalto

El elefante en la habitación sigue siendo el debate en el Senado. Sánchez no esperaba que la dimisión de Lesmes le fuera a estallar en la cara tres días después de forzar un segundo cara a cara con Feijóo. El popular, por su parte, deseaba avanzar en la agenda política y centrarse en la economía, que es donde se siente más cómodo ante el Gobierno.

Para colmo, el propio formato del debate no ayuda a calmar las aguas. Ya durante el primer round del 6 de septiembre, los populares se quejaron de que el terreno benefició demasiado a Sánchez. El presidente del Gobierno, en clara ventaja logística por las propias reglas de la Cámara Baja, expuso durante 65 minutos y, en la réplica, atacó al líder de la oposición con una andanada de 47 minutos. Feijóo, por contra, tuvo sólo 15 para defenderse.

Después de aquel cuerpo a cuerpo, a Feijóo se le quedaron ganas de contestar, pero en igualdad de condiciones. El PP pidió ampliar el reparto de los minutos y que el careo fuese algo más justo; como mínimo, darle cinco minutos más para la réplica, pero no.

[Los 5 golpes de Feijóo y los 5 ataques de Sánchez: el cara a cara que termina de calentar el curso político]

Desde el PSOE se escudan en la palabra del presidente del Senado, el socialista Ander Gil, que se justificó diciendo que los tiempos de intervención deben ser los mismos que en el Congreso de los Diputados. Es decir, 15 minutos de discurso y 5 de réplica para cada portavoz, sin contar al presidente del Gobierno.

El patrón, por tanto, será idéntico al del pasado 6 de septiembre, sin equilibrio. Desde los equipos de Génova y Ferraz temen que también sea idéntico en intensidad, aunque todo sea sólo un teatro y la verdadera intención sea entenderse, pacificarse, en los despachos.

La historia política de España siempre se repite dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa. Lo que nadie sabía es que los debates en el Senado también.