El Rey Felipe VI, durante su tradicional mensaje de Navidad, el octavo de su reinado.

El Rey Felipe VI, durante su tradicional mensaje de Navidad, el octavo de su reinado. Efe

Política EL DISCURSO DEL REY

Felipe VI: "Tenemos que cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral"

Lanza un aviso implícito a su padre y da su mensaje más 'monclovita', justo en el año en que un exvicepresidente lo acusó de "representar a la derecha".

25 diciembre, 2021 11:01

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Optimismo, alineamiento con las grandes líneas marcadas por Moncloa, un toque de atención a su padre y -como siempre- menciones a la Constitución. Pero en este caso, no sólo como "marco de convivencia", sino como "viga maestra del progreso".

El Mensaje de Navidad del Rey de este año 2021 [léalo completo en PDF] estuvo lleno de "oportunidades", miradas al futuro, exhortos a la unión en un proyecto de "transformación"... De hecho, este año, las apelaciones a la unidad y el consenso no se imbricaban tanto en la "responsabilidad" de los actores políticos, sino en la "ocasión única que no podemos desaprovechar".

Parecía, en verdad, un texto escrito antes del estallido de ómicron, la nueva variante de la Covid que ha desbaratado los planes -individuales y del Gobierno- para estas fiestas. Y repasado a última hora, para introducir matices que no lo alejaran de la realidad: eso de que el virus "se vuelve a transmitir muy rápidamente"; o eso otro de "la subida de los precios, el coste de la energía" o "las dificultades para encontrar un empleo estable, especialmente para los jóvenes".

El mensaje de Navidad del Rey: "Tenemos que cumplir las leyes y ser ejemplo" Efe

Su discurso, además, descubrió que bajo la Corona hay una persona con opiniones; y un hijo que batalla por reñir a su padre más con los silencios que con las evidencias; además de alguien preocupado por los problemas, pero más por si estamos haciendo lo adecuado para salir de ellos...

Don Felipe reclamó a los españoles visión de conjunto para entender el "sentido de la historia", de los "grandes acuerdos" y de la "generosidad" necesarios para ese proyecto común que propuso. Y de paso, recordó que esos "valores y principios" son los de la Constitución, la que nos ha traído hasta aquí y que exige a cada uno "estar en el lugar que constitucionalmente nos corresponde" y, sobre todo, "respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral".

Ésa fue la única mención a quienes se saltan las normas, ya sean los independentistas o su padre. Pero como se ve, sin hacerla. Por pura omisión. Aunque, eso sí, acudiendo a la terminología que Moncloa utiliza para distanciarle, como "actual Jefe del Estado", del "anterior".

Sintonía con Moncloa

Los instrumentos de un discurso son las palabras. Y haciendo recuento de las más usadas por Felipe VI, una destacó sobre todas. El Rey pronunció hasta 31 veces la voz 'nuestro/a(s)'. Tiene sentido en una alocución navideña que repasa lo pasado y se proyecta a lo que viene, pero la preeminencia de ese vocablo utilizado para reunir a todos los españoles fue brutal, y multiplicó por cuatro a la siguiente más utilizada: 'economía' (7).

Después, vino España, valores o principios y las diferentes maneras de referirse a la Covid (6). Luego, democracia (5); convivencia y 'oportunidad(es)', en un total de cuatro veces. Son el índice de un texto que bien podría haber leído Pedro Sánchez en alguna de sus declaraciones institucionales.

Porque el Monarca dedicó el centro de su intervención a desarrollar su visión de una "oportunidad histórica" para "actualizar y modernizar nuestro país". Con una economía que "ha vuelto a crecer y a recuperar la gran mayoría de los puestos de trabajo", como punto de partida.

El tono de fondo fue el de un Felipe VI de espaldas (que quiere darle la espalda) a las calamidades sanitarias, "sociales, económicas y también emocionales" -e incluso políticas- de la crisis; un Rey mirando el horizonte de "nuevos proyectos, de nuevas ideas"; y un Jefe de Estado haciendo recuento de las herramientas con las que emprender el camino.

Esa "gran tarea" la calificó de "auténtica encrucijada", porque "en lo que hagamos o decidamos de ahora en adelante está en juego que podamos seguir progresando".

Felipe VI, en un momento de su discurso de la Nochebuena de 2021.

Felipe VI, en un momento de su discurso de la Nochebuena de 2021. Efe

¿Hacia dónde? Hacia "una sociedad avanzada en lo económico y social, con empleo estable y digno" y hacia lo que, dijo, "todos queremos". Es decir, una sociedad que siga impulsando la igualdad entre hombres y mujeres [...] y que esté a la vanguardia contra el cambio climático".

¿No son esos los ejes del Plan de Recuperación del Gobierno?

Y como motores de "este gran proyecto de transformación", el Rey nombró a "los profesionales de los servicios públicos", con especial mención "al personal sanitario".

Espíritu constitucional

El espacio escogido este año destaca por dos grandes cuadros de arte contemporáneo, uno de la argentina Sarah Grilo (derecha) y otro del barcelonés Albert Ràfols-Casamada, con las banderas de España y la UE entre ambos.

Como es habitual, además de los símbolos navideños y las flores de pascua, Don Felipe situó varias fotografías, destacando una de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía con un grupo de jóvenes europeos en la visita que hicieron al Hayedo de Montejo (Madrid), el pasado 14 de julio. En otro portarretratos, se veía a los Reyes y a sus hijas, en un posado veraniego en Mallorca de hace unos años.

En esta ocasión, la mención a la Constitución no fue una mera cita obligada y retórica. Ni tampoco una reivindicación, como en los años inmediatamente posteriores al desafío separatista en Cataluña. El Rey tiró esta vez de la Carta Magna para poner deberes a los ciudadanos, a los políticos y a las instituciones: "Merece respeto, reconocimiento y lealtad", sentenció.

A la sociedad, la aleccionó al recordar que "el cambio tan profundo de España en estas cuatro décadas de democracia y libertad" no se puede dar por prueba superada, pues "no ha sido fruto de la casualidad" y tenemos el deber de seguir atendiendo a su "espíritu". Según Felipe VI, éste nos convoca a "la unidad frente a la división, al diálogo y no al enfrentamiento, al respeto frente al rencor".

De hecho, el Rey hizo una referencia a las fake news y a los discursos del odio en las redes sociales, advirtiendo de que hay quien aprovecha "las nuevas tecnologías" para "poner a prueba nuestras convicciones" y, finalmente, afectar a "nuestra convivencia en libertad".

El toque de atención al Gobierno y a la oposición se encontraba en un pasaje previo, en el que el Rey advirtió contra la polarización del Parlamento y la falta de acuerdos de Estado. "Las diferencias de opinión no deben impedir consensos que garanticen", dijo con gesto grave, "una mayor estabilidad, mayor bienestar en los hogares y den la necesaria tranquilidad a las familias ante su futuro".

Esa palabra, tranquilidad, tampoco estaba elegida al azar. Utilizarla en una frase en la que, como Jefe de Estado, uno le está leyendo la cartilla al Ejecutivo y al Legislativo por su falta de entendimiento fue lo más parecido a los viejos discursos de Juan Carlos I, a quien siempre había que leer entre líneas.

El ciudadano Borbón

Y es que este mensaje de Navidad ha supuesto un punto de inflexión. En la claridad del mensaje (casi) gubernamental y en las formas.

Don Felipe se quitó el don por un rato, dejó a un lado la Corona por una vez y opinó por sí mismo. En primera persona, utilizando el "yo" para "opinar"... precisamente en la ocasión en la que más se parecía adivinar la mano de un escriba monclovita en las palabras de un Rey acusado durante el año por un exvicepresidente de "representar sólo a la derecha y la ultraderecha"

Después de unas cuantas preguntas retóricas, dijo lo que piensa él, el "ciudadano Borbón" -como le llaman integrantes de esa parte del Gobierno, por cierto-, no el Jefe del Estado, ni la institución monárquica.

"¿Qué hacer? ¿Tenemos que dejarnos llevar por el pesimismo? ¿Debemos caer en el conformismo, esperando que los problemas se resuelvan por sí solos? Yo creo que no", se respondió. "Creo, por el contrario, que debemos reaccionar", dijo, "entender, asumir, tomar la iniciativa, ir por delante, adaptarnos..."

Y lo hizo precisamente para guiar sus párrafos hacia el núcleo político de su mensaje de Nochebuena, el de que cada institución haga su papel, y lo haga como está mandado: "Las instituciones debemos tener siempre presente los intereses generales y pensar en los ciudadanos [...] debemos asumir, cada uno, las obligaciones que tenemos encomendadas; respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral".