La segunda votación del debate de investidura ha constatado la ruptura total en PSOE y Podemos. Las exigencias de la formación morada nunca han conseguido siquiera ser tenidas en cuenta por el partido de Pedro Sánchez, por lo que los reproches y la guerra de filtraciones han dejado a las claras una falta de entendimiento que va más allá de lo meramente político.
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Pablo Iglesias llegó incluso a realizar una oferta de última hora desde la misma tribuna de oradores del Congreso, pero desde el PSOE han decidido desoír por completo sus palabras, pues como dijo Sánchez durante su discurso la idea de su partido es "formar un Gobierno de personas competentes".
Sánchez sólo ha logrado los apoyos de los 123 diputados del PSOE y el del único diputado del Partido Regionalista de Cantabria (PRC). 124 en total. En contra ha recibido 155, los de PP, Ciudadanos, Vox, Junts per Catalunya, Coalición Canaria y Navarra Suma. Unidas Podemos, ERC, PNV, EH Bildu y Compromís se han abstenido (67 en total). Cuatro diputados, los independentistas procesados ante el Tribunal Supremo, no pudieron emitir su voto al estar suspendidos.
Tras la votación fallida del martes, se ha puesto en marcha el llamado reloj de la democracia. Si en dos meses desde esa primera votación -23 de julio- ningún candidato es elegido, se repetirán los comicios. Pero la repetición no es inmediata. Según la ley electoral, enmendada tras el último período de bloqueo, en 2016, habrá que sumar otros 47 días para preparar la cita con las urnas. Así, las elecciones se celebrarían el 10 de noviembre.