Juan Carlos, dolido: Felipe VI ‘mata’ al padre al excluirlo del homenaje a los 40 años de democracia
El rey emérito no participó en el acto del Congreso en el que sí estuvieron presentes la mayoría de los protagonistas de la Transición.
28 junio, 2017 22:01Noticias relacionadas
- Felipe VI advierte a los independentistas de que "fuera de la ley" sólo hay la "negación de la libertad"
- Felipe VI, preocupado por el futuro de la monarquía tras el giro a la izquierda de Pedro Sánchez
- Pedro Sánchez, solo entre los invitados mientras la bancada socialista aplaude efusivamente a Alfonso Guerra
- Podemos homenajea a las víctimas del franquismo antes del 40º aniversario de las primeras elecciones
El reinado de Felipe VI ha comenzado. Cuando se acaba de cumplir el tercer aniversario de su proclamación, el homenaje a los 40 años de democracia en el Congreso ha marcado un punto de inflexión histórico. El rey ha roto definitivamente con el pasado que representa la figura de su padre. Juan Carlos I, artífice en primera persona de la Transición, ha sido excluido de un acto en el que sí estaban todos los protagonistas junto a él de aquel período: ex presidentes (o sus hijos como en el caso de Adolfo Suárez), diputados y senadores. Además, el peso político de su discurso ha servido para fijar las prioridades al frente de la jefatura del Estado.
La ausencia del rey emérito ha sorprendido a muchos. Antes de la intervención de Felipe VI, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, aseguraba que el nombre de el rey Juan Carlos "no podrá desligarse de la palabra democracia". La frase arrancó los aplausos del hemiciclo. El rey también citaba a su padre al iniciar el discurso. Su nombre, en boca de todos. Pero él no estaba.
El "dolor" del emérito
El malestar que traslada el entorno del rey emérito por lo ocurrido no ha tardado en salir a la luz a través de los medios. Se dice que Juan Carlos I está "dolido", que sólo faltaba él, que se le debería haber buscado un lugar destacado en el homenaje pero sin hacer sombra a su hijo. Su entorno reivindica que fue él, y no otro, el "piloto" que condujo el "camión de la Transición", tal y como informa el diario El Mundo.
La decisión de Felipe VI ha sido meditada. Fuentes de Zarzuela han justificado la ausencia del rey emérito al tratarse de un acto del carácter parlamentario. También han recordado que Juan Carlos tampoco ha acudido al Congreso en las otras dos ocasiones que el actual monarca ha estado en las Cortes: su propia coronación y la apertura solemne de la legislatura el pasado 17 de noviembre.
El rey, tal y como informaba EL ESPAÑOL la semana pasada, se marcó como objetivo estratégico de su reinado “despersonalizar” la institución. Es decir, pasar página al juancarlismo. Felipe VI aspira a poner en valor las ventajas que supone la monarquía parlamentaria con los valores de unidad que representa para todos los españoles, más allá de la persona concreta que ocupe el trono.
El bloqueo institucional de los dos procesos electorales, que maniató por completo su agenda durante año y medio, el juicio a su hermana Cristina por el caso Nóos y el desafío soberanista de Cataluña han complicado estos tres primeros años. Pero el acto de este miércoles ha sido un punto de no retorno en esa ruptura con su padre, que no sólo representa la Transición sino también episodios más recientes como el accidente del emérito en Botswana, que han contribuido a la pérdida de confianza en la monarquía.
Unidad y Cataluña
Felipe VI ha marcado perfil propio con esta decisión y con su discurso. El rey, que el jueves estará en Girona, ha vuelto a subrayar el papel de la Corona como garante de la unidad de España. Y lo ha hecho en un discurso plagado de referencias, sin citarlas, al desafío soberanista catalán.
Felipe VI ha advertido de que ningún camino que emprenda la democracia española puede conducir a la ruptura de la convivencia y al menoscabo de los derechos democráticos de todos los españoles. En su discurso ante el Congreso, plagado de alusiones al desafío soberanista en Cataluña (que no fue citado expresamente), el rey ha asegurado que el respeto a la ley "no es una amenaza para los ciudadanos sino una defensa de sus derechos".
"Fuera de la ley solo hay arbitrariedad, imposición, inseguridad y, en último extremo, la negación misma de la libertad", ha dicho.
Felipe VI ha reivindicado el pasado y todo lo conseguido en los últimos 40 años. Pero ha apelado a la generación de españoles que no vivieron la Transición para impulsar el progreso de España con "coraje, valentía, ilusión, determinación y esperanza".
El rey no quiere una España estancada e inmovilista. Por ello ha apelado también a trabajar para corregir los errores del pasado. "Ha habido errores y equivocaciones, luces y sombras, como en todos los asuntos humanos, que debemos cambiar, corregir y reformar".