Exteriores y Defensa ultiman un plan para salvar de los talibán a sus traductores en Afganistán
Albares y Margarita Robles valoran concederles asilo o facilitarles la salida del país, pues la retirada definitiva de tropas les deja indefensos.
6 agosto, 2021 02:53Noticias relacionadas
Los intérpretes que utilizaron las tropas españolas en Afganistán, y que residen allí con sus familias, corren serio peligro de caer en manos de los talibán en un futuro próximo, toda vez que Estados Unidos ya ha anunciado su retirada definitiva del país el 11 de septiembre. Es por ello por lo que los ministerios de Exteriores y Defensa estudian un plan para salvarlos.
Los traductores, como todas las personas que en Afganistán colaboraron de alguna manera con las fuerzas occidentales, están amenazados de muerte por los talibán. El Gobierno de Rajoy ya trajo a España en 2014 a una treintena de intérpretes afganos que trabajaron para las unidades españolas. A otras personas que prefirieron no emigrar, España les proporcionó ayuda económica.
El grueso de la misión española en Afganistán abandonó el país en 2015, pero se dio por definitivamente concluida el pasado mes de mayo, cuando volvieron a casa desde Kabul los últimos 24 efectivos. En ese viaje les acompañaron precisamente dos intérpretes locales.
El protocolo de la OTAN atribuye a cada país participante en la misión la responsabilidad de qué hacer con los civiles afganos. Por eso, los ministros Margarita Robles y José Manuel Albares están trabajando ahora en ver cuál sería "la mejor solución", tal y como han confirmado a EL ESPAÑOL en ambos ministerios. Una posibilidad es darles asilo en España o posibilitar su traslado a otro país.
El número de personas susceptibles de ser rescatadas no ha sido facilitado oficialmente. En fuentes del Ejército se habla de una treintena. En Exteriores y en Defensa aseguran que justo es ahora cuando se están haciendo "las comprobaciones para concretar la cifra".
En las redes sociales se ha iniciado ya una campaña de solidaridad hacia los intérpretes que trabajaron para las tropas españolas. La plataforma de noticias The Political Room, acusaba este miércoles a España de "dejar tirados a los traductores que sirvieron a sus Fuerzas Armadas en Afganistán". Y añadía: "Pocos sobrevivirán cuando lleguen los talibán. Sus familias también viven amenazadas".
Algunas de las personas que colaboraron con las tropas españolas, no sólo traductores, sino también contratistas o personal de la administración local, prefirieron en su día quedarse en el país al amparo de las tropas estadounidenses que ahora se retiran. Las perspectivas no son buenas para ellos, ya que se prevé que los talibán recuperen en poco tiempo el control de la mayor parte del país.
La última gran llegada a España de traductores afganos y sus familiares, la de 2014, la dirigió desde Defensa el ministro Pedro Morenés. Previamente, hubo una campaña en redes sociales, igual que ahora, que desembocó incluso en iniciativas parlamentarias para reclamar que no se dejara a su suerte a los traductores, pues ello equivaldría a su sentencia de muerte.
Reino Unido y EEUU
Los intérpretes afganos que han trabajado para distintos países han realizado en las últimas semanas varias manifestaciones en Kabul para pedir auxilio. Por ahora, Reino Unido y Estados Unidos han dado asilo a centenares de colaboradores, no sólo traductores. En junio, una treintena de ellos llegaba al aeropuerto de Birmingham. Pero las autoridades británicas estiman en cerca de 3.000 el número de afganos que podrían acabar recalando en el país.
Por su parte, a finales de julio, 200 colaboradores afganos llegaron a Estados Unidos en un primer vuelo. Washington tiene previsto acercar a otros 700 en las próximas semanas.
La Guerra de Afganistán la declaró Estados Unidos bajo el mandato de George W. Bush el 7 de octubre de 2001, cuatro semanas después de los atentados de las Torres Gemelas y contra el Pentágono. Bush lideró una coalición internacional para expulsar a los talibán del país, objetivo que no se ha logrado tras 20 años de conflicto.
España ha perdido en esta guerra a un centenar de militares, incluidos los 62 que fallecieron en Turquía cuando regresaban a casa en el fatídico Yakovlev-42. Ha sido la misión española más larga: 19 años.
Hace un mes, en su visita a la base de Rota, en Cádiz, Margarita Robles manifestó su "preocupación" por el hecho de que Afganistán se quede definitivamente sin tropas aliadas. "No se puede dejar sola a la población", dijo. "No podemos dejar Afganistán. No podemos dejar que tantos hombres españoles, americanos y aliados que han muerto sea un sacrificio en vano", añadió.