Las dos varas de medir de los Mossos: dureza con el 15-M, permisividad el 1-0
La policía catalana recibió en el pasado numerosas críticas ciudadanas por su excesivo uso de la fuerza.
1 octubre, 2017 20:02La jornada del 1-O en Cataluña ha dejado las imágenes de ciudadanos aplaudiendo a los Mossos d’Esquadra en señal de gratitud por no cerrar los colegios electorales, en contra de lo que les había ordenado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). La intervención con el uso de la fuerza para impedir la consulta ilegal ha corrido a cargo en exclusiva de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
Sin embargo, ese reparto de papeles no siempre fue así. En mayo de 2011, por ejemplo, los Mossos sí cargaron con contundencia para desalojar la Plaza de Cataluña, donde permanecían concentrados los manifestantes del 15-M.
Entonces, al frente del Gobierno de la Generalitat estaba Artur Mas y su responsable en la Consejería de Interior era Felip Puig, uno de los hombres fuertes del partido fundado por Jordi Pujol. Bajo su mando, los Mossos acumularon varios escándalos por el uso de la fuerza.
Una mujer llamada Esther Quintana perdió un ojo a causa de un pelotazo de goma lanzado por la policía catalana durante la jornada de huelga general de 2012. Años después fue indemnizada con 260.931 euros. Aquel día, 14 de noviembre de 2012, también fue herido en la cabeza un menor de edad en Tarragona.
Este domingo se ha difundido de nuevo en redes sociales la imagen de ese menor, solo que tratando de atribuir la intervención a la Policía o la Guardia Civil. Las actuaciones de los Mossos merecieron que el programa satírico de TV3, Polònia, caracterizase a Felip Puig con una porra en la mano.
El viernes 27 de mayo de 2011, los Mossos d’Esquadra, siguiendo las órdenes de sus superiores, procedieron a vaciar la Plaza de Cataluña. El portavoz de la comisión de defensa del 15-M, el abogado Jaume Asens, tachó de "injustificado el uso desproporcionado de la fuerza", y catalogó de "ejercicio de cinismo" que se argumentasen motivos de higiene para justificar la operación. Por ello, los indignados del 15-M reclamaron la dimisión de Felip Puig y de toda la dirección del departamento, al tiempo que censuraron que los agentes antidisturbios no fueran correctamente identificados.
Los acampados lamentaron también que la intervención policial se hubiese producido sin intentar dialogar antes con los presentes y señalaron que ya tenían previsto retirar los objetos peligrosos para evitar incidentes ante una posible celebración de los aficionados del F.C. Barcelona del título de campeón de Europa.
La proximidad entre la acampada de Plaza de Cataluña y el lugar donde los aficionados culés podrían celebrar la hipotética victoria de su equipo en la final de la Champions League podría dificultar el trabajo de los Mossos d'Esquadra, por lo que Felip Puig había reclamado a los manifestantes que abandonaran su protesta durante el fin de semana.