Agentes de la Guardia Civil durante la operación Púnica.

Agentes de la Guardia Civil durante la operación Púnica. EFE

España

Cofely planeó usar rayos X para ganar concursos públicos

Propuso meter sobres sellados con las ofertas en escáneres dentales para ver su contenido sin abrirlos.

2 marzo, 2016 02:27
Daniel Montero Esteban Urreiztieta Pablo Romero

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La trama Púnica planeó utilizar máquinas de rayos X para conocer el contenido de sobres sellados y garantizarse así los contratos públicos a los que optaba. La idea -técnicamente imposible con este tipo de tecnología- fue propuesta al empresario David Marjaliza por Pedro García, responsable de la multinacional francesa Cofely, que recibió cerca de 160 millones de euros en contratos públicos durante el periodo investigado.

El 17 de junio de 2014 -a las 10:31 de la mañana- sonó el teléfono del empresario David Marjaliza. Al otro lado del terminal, Pedro García estaba reunido con Antonio Sánchez, alcalde de Serranillos del Valle. La localidad madrileña había sacado a concurso un contrato de eficiencia energética por más de cuatro millones de euros y los hombres de Cofely trataban de obtenerlo a toda costa. Tanto que, con el consentimiento del alcalde, planeaban abrir el sobre con la oferta de la competencia (la empresa Elecnor en este caso) y volver a cerrarlo sin ser detectados.

David Marjaliza, Pedro garcía y Antonio Sánchez en la reunión registrada por la UCO.

David Marjaliza, Pedro garcía y Antonio Sánchez en la reunión registrada por la UCO.

La pregunta a Marjaliza no deja lugar a dudas:"¿Nos puedes mandar un especialista en despegar goma?". "Yo te puedo mandar lo que tu quieras", contesta el testaferro confeso de Francisco Granados. "Déjame que pregunte. Lo tiene él, ¿no?", pregunta Marjaliza en referencia al alcalde. "Sí, sí. Tú como eres McGyver... Pues ya dije, a quién voy llamar: a McGyver". "Pues déjame que pregunte, te llamo yo y ya veremos cómo lo hacemos".

La resonancia dental

Cuatro horas después, Marjaliza recibe una nueva llamada del directivo de Cofely. Sabe que el empresario de Valdemoro ha invertido en varias clínicas dentales y planea como alternativa utilizar los escáneres médicos para conocer el contenido de los sobres sin necesidad de abrirlos: "Oye, una preguntita. ¿Tú tienes un tac no? [...] Eso si metes un sobre, ¿se ve lo que hay dentro?". "Ni puta idea", contesta Marjaliza. "Pero lo puedo preguntar". "Como esto es de alta resolución y demás, oye no sé, si te ven ahí un granito o cualquier historia...", insiste el responsable de Cofely. "Vale, vale, voy a preguntar". "Pero bueno, si no, la segunda opción", recalca Pedro García, en referencia a su petición anterior de abrir el sobre sin levantar sospechas.

Transcripción de la llamada entre David Marjaliza y Antonio Sánchez.

Transcripción de la llamada entre David Marjaliza y Antonio Sánchez.

Según el sumario del caso, el objetivo de Marjaliza y los responsables de Cofely era conocer la oferta concreta de la empresa rival para pujar a la baja. "La parte técnica no es problema", mantiene Pedro García en las conversaciones telefónicas, al entender que esta parte de la elección, subjetiva y dependiente de los técnicos municipales, estaba ya asegurada. 

Las escuchas telefónicas autorizadas por la Audiencia Nacional delatan la organización de una reunión posterior entre el alcalde de Serranillos del Valle, David Marjaliza y el representante de Cofely. Un encuentro que tuvo lugar fuera del pueblo a petición del primer edil, que se negaba a que Marjaliza le recogiera en el ayuntamiento "con un Mercedes".

Imagen del lugar de encuentro tomada por la UCO.

Imagen del lugar de encuentro tomada por la UCO.

El 25 de julio de 2014 un equipo de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil documentó la reunión celebrada entre los tres imputados en el bar "El Jabalí" de Moraleja de Enmedio. La fecha es importante ya que, aunque las ofertas de las dos constructoras en puja estaban ya presentadas, todavía no se había constituido la mesa de contratación que debía decidir sobre el contrato. Según los informes de la Guardia Civil, el primer edil de la localidad madrileña pidió a Granados 25.000 euros en metálico para comprar un coche. El dinero nunca se pagó, ya que la operación estalló antes de la fecha pactada.

“No tiene ni pies ni cabeza”

Ya sea un equipo de rayos X convencional o una tomografía axial computerizada (TAC) dental -un equipo diseñado para producir radiografías de toda la boca, en el que la fuente de rayos X hace un único giro de 360 grados alrededor de la cabeza-, la utilización de estos aparatos para ver el texto de un documento en el interior de un sobre es inútil, según los especialistas consultados por EL ESPAÑOL. 
Los rayos X son una forma de radiación electromagnética, con una longitud de onda de entre 10 y 0,01 nanómetros e invisible a ojos humanos, y que son capaces de atravesar cuerpos y “producir imágenes proyectando la sombra de ciertas estructuras, tales como huesos, algunos órganos y signos de enfermedad o lesión”, según la definición de la Agencia Internacional de la Energía Atómica.
Los aparatos antes mencionados disparan rayos X en una frecuencia determinada que distingue varios niveles de opacidad, densidad y textura de los tejidos. “Con estos dispositivos, igual que lo que sucede en los escáneres de los aeropuertos, puedes ver el contenido de una caja o un sobre si es radiopaco, es decir: si en la caja meto una pistola, si en el sobre pongo monedas, o el documento lleva una grapa, podría verse”, comenta a EL ESPAÑOL José María Abadal médico y especialista en radiodiagnóstico. “Pero no sirve para leer el contenido de una carta”, apunta, y añade: “No tiene ni pies ni cabeza y demuestra la ignorancia de quien propone la idea”.
Con carácter general, los dispositivos de rayos X pueden distinguir entre cinco densidades: aire, agua, grasa, hueso y metal. “Pero dentro de una misma densidad, como en este caso el papel del sobre, el del documentos y la tinta sobre el papel, no podemos leer nada ahí”, insiste Abadal, “de verdad que leer con un TAC una carta convencional dentro de un sobre no tiene sentido”. “A menos que la tinta del escrito fuese metálica, como hecha de plomo, no se va a ver nada”, añade un dentista consultado por este diario y que pidió permanecer anónimo. 
Pese a todo, existen algunas investigaciones en las que se han utilizado escáneres médicos para la investigación del contenido de documentos, pero con equipos concretos y bajo unas condiciones muy determinadas. Una de las más recientes, publicado en Nature Communications el pasado año, mostraba el resultado del uso de una tomografía computerizada de rayos X de contraste de fase de positrones (XPCT) para descifrar parte de unos pergaminos calcinados provenientes de Herculano, cerca de Pompeya. En este caso fue fundamental el hecho de la tinta no había llegado a penetrar en las fibras del papiro, sino que se mantuvo en su superficie, lo que permitió a los científicos distinguir las letras a través de sus instrumentos como si estuvieran en relieve. 
Pero a la vista de la conversación incluida en el sumario, es difícil creer que tanto Pedro García como David Marjaliza, alias ‘MacGyver’, supieran realmente de qué estaban hablando.