Las ciudades iberoamericanas unen fuerzas con Madrid a la cabeza: diferentes retos con idénticas soluciones
- 29 ciudades de Sudamérica y Europa han firmado la Declaración de Madrid, en la que se recoge las principales propuestas ante los desafíos actuales.
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Se acaban de terminar unas negociaciones climáticas de primer orden con un sabor descafeinado. Las COP son los foros donde los líderes mundiales intentan ponerse de acuerdo —pocas veces lo hacen— sobre cómo combatir la crisis climática. Los acuerdos se hacen a distintos niveles, de lo macro a lo micro, de los países a las ciudades. Y en esta última poco hay que celebrar
Han sido precisamente las ciudades las que en Madrid han firmado un acuerdo para unir sus voces, bajo el paraguas de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI). 29 ciudades, hispano y luso parlantes, se han agrupado como una sola para exponer sus intereses y problemáticas a los que dar solución.
La concejala del Ayuntamiento de Madrid y secretaria general de la UCCI, Almudena Maíllo, recalca que tradicionalmente el papel de moldear las políticas internacionales ha estado reservada a "la voz de los países", y por eso era importante que las ciudades pudieran unir sus requerimientos. Así tienen la autonomía de representar los intereses de sus vecinos.
UCCI nació en 1982 en Madrid para fortalecer las instituciones y poner las ciudades al mismo nivel en un foro internacional. Tras más de 40 años de relaciones, en octubre firmaron la Declaración de Madrid, que presentaron de forma conjunta en XXIX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebró a mediados de noviembre, en Ecuador. Era la primera vez que UCCI se presentaba sus inquietudes de forma conjunta en un evento multinacional de primer nivel.
El documento recoge las principales propuestas de las ciudades ante los desafíos de la región en materia de financiación sostenible, emprendimiento, cultura y seguridad, posicionando a estas ciudades como impulsoras de una transformación global.
El alcalde de Madrid y copresidente de la UCCI, José Luis Martínez-Almeida, dijo: "La Declaración de Madrid recoge en gran medida todas las inquietudes que tenemos las ciudades, diferentes pero con una vocación común, que es la de resolver los problemas. Que la voz de los alcaldes sea la voz de los ciudadanos".
Por su parte, el alcalde de San José de Costa Rica recalcó en un encuentro que se celebró en Madrid en octubre: "Los alcaldes no tenemos tiempo para hacer política porque estamos todo el tiempo solucionando problemas".
Tan diferentes como iguales
Aunque los contextos de la Patagonia argentina, la meseta ibérica, la cuenca amazónica o el Algarve portugués son completamente diferentes, los ayuntamientos locales comparten una posición privilegiada para tratar los problemas de los ciudadanos.
En la Declaración recién firmada, primero, se pone de relieve el protagonismo de las ciudades y su papel para apoyar la resiliencia urbana. Según el documento se comprometen a fortalecer sus economías y desarrollar políticas sobre movilidad, economía circular y provisión de servicios esenciales como acceso a agua potable, gestión de residuos y zonas verdes.
Es el primer acuerdo conjunto de los alcaldes de 76 millones de personas. La secretaria general, Almudena Maíllo, recalca que esta firma es un acuerdo "de largo aliento y esperamos jugar un rol clave, llevando a otros foros de referencia esa visión compartida de la declaración que hemos suscrito y trabajando para que el contenido de ella, que refleja las preocupaciones de las ciudades, pase del papel a la acción".
Los puntos claves pasan por la sostenibilidad, la digitalización, la seguridad y la inclusión social. Buscan conseguir una ciudad para todos y que mire al futuro. En un momento en el que la inteligencia artificial y la digitalización se imponen pisando fuerte, no está llegando a todos por igual.
Como ejemplo, en esa línea, UCCI inaugura en Madrid un programa de formación en el que participarán alumnos de 17 ciudades iberoamericanas. El programa se focalizará en políticas sociales urbanas que podrán profundizar diferentes estrategias. Luego, cada ciudad lo podrá ajustar sus propias necesidades.
Estas alianzas permiten que las urbes, que normalmente van detrás de los líderes de los países, puedan dar un paso adelante para buscar sus propias soluciones. Como Maíllo dice, con esto, han ganado un espacio de interacción al más alto nivel político, y eso, de por sí, ya es un gran avance.