Cómo afecta el otoño al sexo y al ánimo: "Es la época de celo en la naturaleza"
La disminución de las horas de sol nos "altera" la normalidad comportamental absolutamente a todos, aunque hay casos que conviene vigilar.
6 octubre, 2023 12:51Los cambios de estación nos afectan de forma sutil o evidente dependiendo de si existe una psicopatología de base. Pero, sobre todo la luz y las horas de sol, nos "altera" la normalidad comportamental absolutamente a todos.
El paso del verano al otoño significa pasar, en bastantes aspectos, de lo mucho a menos y, por ende, a que mostremos un ánimo también más bajo, aunque solo sea durante unos días. Todo cae como las hojas y nos volvemos melancólicos. Este cambio de estación, a nivel psicológico, nos afecta de forma equivalente a la astenia primaveral.
Este trastorno afectivo estacional en la época del otoño se caracteriza por la tristeza, falta de concentración, insomnio y cansancio, sobre todo. Pasar del verano al otoño se traduce en menos horas de luz, temperaturas más bajas y en cambios bioquímicos que afectan a la ralentización de nuestro metabolismo y a la menor producción de serotonina y mayor de melatonina. Solo por eso, por la disminución de las horas de luz.
En trastornos psicológicos en los que la genética tiene su origen (esquizofrenia, trastorno bipolar...) la afectación es más severa, siendo necesario regular la medicación. Es una época del año en la que aumenta el número de consultas a psiquiatras y psicólogos. Aunque en la mayoría de casos es algo temporal, preocuparse por esos síntomas depresivos puede aumentar los propios síntomas y empeorar el ánimo.
Es curioso cómo, además de la genética, también afecta la fecha o el mes de nacimiento, según un estudio de Ana Adán y Jayanti Chotai titulado «La estación de nacimiento modula la estacionalidad del estado de ánimo en humanos». Parece ser que los nacidos en primavera y verano son más propensos a padecer esta afectación.
Más melatonina, menos serotonina
Y, siguiendo con la química del cerebro la melatonina, que se produce sobre todo en la oscuridad, en otoño e invierno aumenta su producción y su efecto depresivo. La serotonina que es el mayor antidepresivo, disminuye. Así que se suman los efectos de la psicofisiología, que no va nada en nuestro favor, y el cambio brusco también en las rutinas de vida. La vuelta al trabajo, un menor número de actividades de ocio o al aire libre, menos interacciones sociales, etc. nos atan a una cotidianidad que a muchos desanima y pone de manifiesto otros problemas individuales y de pareja. Sin embargo, a otras personas esta rutina, la vuelta a lo de siempre, les proporciona estabilidad, seguridad y sensación de control situacional.
Por ejemplo, el reloj biológico del sueño se ve bastante afectado por la vuelta a la "normalidad", con horarios fijos para despertarse y con menos horas de sueño que cuando no hay una obligatoriedad laboral. El sueño influye bastante en el ánimo y todos vemos cómo después de un solo día de insomnio estamos que "no somos persona". Físicamente nos resentimos... y psicológicamente también.
Si se mantienen las noches de insomnio por la alteración de los horarios, yo nunca descarto tomar alguna medicación suave, tan solo algunos días, para romper ese miedo que empieza a crearse por no dormir y para no crear un círculo vicioso y un problema mayor de miedo a irse a la cama y fobia a no dormir.
Recomiendo, por supuesto, seguir o empezar a hacer alguna actividad regular, sobre todo aeróbica, como caminar deprisita, bailar en casa o fuera. También el cacao puro por las mañanas, que libera endorfinas naturales que nos aumentan el ánimo. Y, por supuesto, empezar la jornada con una actitud de esas que no tiene nada que ver con "verás que mierda hoy", "no voy a poder tal", "va a pasar cual". ¿No te parece? Si además de a la química alterada por la disminución de la luz, le añadimos condimentos psicológicos de este tipo, "apaga y vámonos", y nunca mejor dicho.
Entonces, aunque se trata en general de unos síntomas característicos de este cambio estacional, no conviene descuidarlos si empeoran tras unos días o semanas, para no convertirlos en un problema psicológico "estable".
Más libido
¿Y a nivel sexual cómo nos afecta el paso al otoño? La libido aumenta y los niveles de testosterona -la encargada del deseo sexual-, analizados en saliva a lo largo de las distintas épocas del año, en esta estación son más altos que en ningún otro momento. Otros estudios dicen que aumenta la producción de espermatozoides. ¡Curioso! Es la época de celo en la naturaleza. Entonces, eso de que en otoño todo es calma y quietud... en fin. No olvidemos que el sexo es un productor del chute endorfínico natural del cuerpo, con lo que es excelente para poner al ánimo a raya.
El final del verano es la época de más rupturas y, por tanto, de más intercambios y búsquedas de relaciones sin compromiso. Y ahora más tiempo en casita, lo que también hace más evidente qué tipo de relación de pareja tenemos. Hace más frío y, si estamos bien, nos apetece estar más juntitos, compartir más cosas en casa, ver más pelis y tener más sexo. Entonces, ¡a estrechar lazos!