El arma secreta de Franco
Un relevante periodista norteamericano cuyo nombre no recuerdo porque cito de memoria, se pasó unas semanas en Europa entrevistando a jefes de Estado en plena guerra fría. Cuando llegó a Franco le hizo una pregunta común que había realizado a otros mandatarios. “¿Cuánto calcula usted que el Pacto de Varsovia tardaría en tomar España militarmente?”. Ante la sorpresa del periodista, Franco respondió: “Tres meses”. El interrogador le señaló que a la misma pregunta el jefe de gobierno alemán, Konrad Adenauer, había contestado que en una semana Alemanía estaría ocupada, y que Charles de Gaulle había respondido que Francia solo resistiría quince días a lo sumo. “¿Cómo me dice usted que España, una nación que tiene un ejército más pequeño y sin respaldo de la OTAN puede aguantar más que potencias como Alemania o Francia?”, y Franco respondió: “Yo es que cuento con la Renfe”.
El sábado EL DIGITAL publicaba un despacho de la agencia Efe en el que se relataba la incidencia de un tren que tardó cinco horas en recorrer los alrededor de 120 kilómetros que median entre Madrid y Talavera de la Reina por vía férrea. El tren no pinchó, pero se averió en Fuenlabrada y hubo que esperar otro transporte. Esto de que los trenes de la línea Madrid-Badajoz se averíen no es la primera vez que pasa actualmente, es decir, hace unos días, un tren se tuvo que parar en Talavera y los viajeros ser trasladados en autobuses a otras ciudades de destino, que son las extremeñas e incluso Huelva.
El arma secreta de Franco para ralentizar un avance militar de una supuesta invasión de España sigue plenamente vigente. Por lo menos más que el servicio secreto, o sea, el CNI que le informó a Rajoy de que los de las urnas para el 1-O en Cataluña estaba controlado. El CNI no da una, pero Renfe es constante en sus cualidades más destacadas y reconocibles por los españoles. Se podrá estar molesto con la compañía de trenes como usuario, pero no se podrá decir, como patriota, que no es voluntariosa en sus tradiciones, sensiblemente mejoradas porque cuando los trenes eran de vapor se averiaban menos.
Puestos a viajar en plan aventura no hay más que tomar en Atocha un tren para comer en Talavera, igual llegas a la hora de la cenar. Si tienes algo que hacer, es mejor el autobús que desde la Ciudad de la Cerámica a la estación del Norte-Príncipe Pío tarda poco más de una hora y cuarto y tiene horarios para todas las exigencias. Si alguien se preguntase las causas de esta falta de competitividad del tren con el autobús, llegaríamos a alguna conclusión productiva. Mientras andemos fantaseando sobre mundos sutiles y futuribles perfectos, el trayecto Madrid-Talavera, Talavera-Madrid por vía férrea seguirá dando tiempo para leer las siete partes de “En busca del tiempo perdido”... y además contemplar el paisaje.