La temida descentralización empresarial no es un fenómeno que afecte solo a los países, también se observa con cierta intensidad e intranquilidad entre las comunidades autónomas españolas, dejando un claro escenario entre ganadoras y perdedoras. Según el "Estudio sobre cambios de domicilio" publicado por Informa D&B, Castilla-La Mancha viene registrando en los últimos años una comparativa negativa entre las empresas que entran o trasladan su sede social a otro territorio. Un flujo empresarial que tiene a la Comunidad de Madrid como principal destino u origen de estos cambios.
Mas parece que esta prescripción ha cambiado en Castilla-La Mancha, al menos, de momento. Durante el primer trimestre del año y según el mismo estudio, los traslados de empresas entre comunidades autónomas han crecido con fuerza en España, disparándose hasta las 1.544 sociedades. Madrid, de nuevo, es la región más favorecida por estos cambios de sedes empresariales, ya que entre enero y marzo logró atraer 503 empresas por 472 traslados a otras regiones, lo que arrojó un saldo positivo de 31 compañías. Inmediatamente después, y esta es la gran novedad, figura Castilla-La Mancha con 26 nuevas empresas, resultado de 90 entradas -en su mayoría procedentes de Madrid (74)- y 64 salidas, con Madrid (42) y Comunidad Valenciana (10) como principales destinos.
Ha experimentado Castilla-La Mancha durante el primer trimestre del año un cambio de tendencia que esperamos se consolide en los próximos registros. No en vano son constantes los anuncios de compañías de diversos sectores que apuestan por implantarse o crecer en nuestra comunidad autónoma, todo un referente en la logística de este país y una de las regiones más importantes del sur de Europa en este ámbito. Una preferencia gracias a la percepción que los empresarios van teniendo de esta tierra para el crecimiento de sus negocios, también a una posición geoestratégica privilegiada que coloca a nuestra región en el foco de atracción de importantes inversiones empresariales.
Proyectos, en definitiva, donde empresas punteras ya presentes en la región, o las que puedan incorporarse en un futuro próximo, generan cuantiosas inversiones además de la creación de numerosos puestos de trabajo. Un tejido empresarial que crece y suma activos para el desarrollo de Castilla-La Mancha y la prosperidad de sus ciudadanos. Un posicionamiento que esta tierra necesita sin falta para alcanzar el adecuado modelo económico y laboral que la región precisa con urgencia.