Los móviles se han convertido en la forma normal de hacer fotos. Las cámaras digitales se han quedado como una herramienta profesional, de nicho, y los smartphones han tomado el control de la fotografía. Esto se nota en la importancia cada vez mayor de la fotografía computacional, pero también en la mayor inversión que las marcas hacen con las nuevas ópticas. Incluso hay algunas que apuestan ya por incluir un doble periscopio en sus móviles.
Pero incluso en los modelos de gama media la calidad de las imágenes ha subido sustancialmente. Modelos como el Pixel 7a deslumbran con altas capacidades que rivalizan con los mejores del sector, incluso frente a frente de los modelos Pixel que Google ha lanzado este año o los gama alta de Samsung o el reputado iPhone de Apple.
Esto demuestra que no es necesario gastar más de mil euros en un smartphone sólo porque la calidad de la cámara sea la prioridad. Tal y como recordaba el fotógrafo Rodrigo Rivas en EL ESPAÑOL - Omicrono para tomar fotos como un profesional, sí es buena idea es seguir una serie de consejos para disparar fotografías que permitirán que las imágenes salgan mejor, sin tener que invertir en otro teléfono, o comprar aplicaciones con ajustes profesionales.
Limpiar antes de disparar
Lo primero que ayuda a hacer buenas fotos, y puede parecer obvio pero no lo es, es tener la cámara limpia. El móvil es un dispositivo que se coge con las manos decenas, si no cientos, de veces al día, y muchas de esas veces acaban con la punta de los dedos tocando las protuberancias de las cámaras.
Esto hace que la grasa de los dedos se quede en la lente del módulo trasero y desfigure las imágenes. Así, es muy aconsejable limpiar la parte trasera antes de hacer una foto, aunque sea frotándola con los pantalones o con la camiseta. La propia visualización de la cámara mostrará si hay o no algún rastro de suciedad.
Esto también es aplicable a la cámara frontal, donde no se suelen poner los dedos pero donde también puede haber grasa ya que es la zona de contacto con la oreja, e incluso puede que al sacar el móvil del bolsillo toquemos esa zona. De nuevo, una limpieza rápida puede suponer la diferencia entre una buena foto o una que tenga destellos en las luces como si se hubiera activado un filtro.
Quieto y sin respirar
La inmensa mayoría de fotos que se hacen con los móviles se realizan con ellos en las manos. Rara vez se usa un trípode y en pocas ocasiones se apoya el móvil en una mesa o similar para realizar la toma. Esto implica que cualquier movimiento se va a transmitir a la imagen.
Es buena idea quedarse lo más quieto posible, con las piernas ligeramente abiertas para que no haya balanceo y, si es posible, aguantando la respiración un par de segundos justo en el instante en el que se tome la imagen. Todo ello ayudará a que no haya trepidación y la imagen salga desenfocada.
Encuadra siempre
Una de las acciones más importantes a la hora de disparar es encuadrar la foto. Esto implica decidir qué parte del sujeto o de la imagen va a salir, pero también el fondo, la distancia entre ambos y la orientación de los puntos de luz que haya en la escena. Es algo que lleva pocos segundos decidir y que puede cambiar radicalmente el resultado de una imagen.
Aquí es importante también decidir el tipo de cámara con el que disparar en el caos de que el smartphone que se use disponga de un angular y de una o dos lentes más, normalmente, un gran angular o un zoom óptico. Cada lente ayuda a potenciar ciertas cosas, y en función de lo que se busque es mejor una cosa u otra.
Controla la exposición
La inmensa mayoría de móviles actuales dispone de un controlador de exposición. Es lo que aparece en la interfaz de la cámara cuando se toca en un punto concreto de la imagen. Esto permite modificar la cantidad de luz que dejará pasar la cámara. El deslizador permite subir o bajar este parámetro, pero también bloquearlo.
Esto es muy útil cuando se quiere que una imagen no salga demasiado oscura o demasiado clara porque el propio móvil interprete que es necesario cambiar la exposición. Es algo muy sencillo y que aporta una mayor calidad a muchas imágenes.
Aprovecha los diferentes modos
Es imposible encontrar actualmente un smartphone que se venda en España y cuya aplicación de cámara no tenga varios modos. Los normales son Foto y Vídeo, pero la inmensa mayoría también incluyen un modo noche, para hacer fotos con poca luz, o un modo retrato, que hace que las imágenes de personas queden mucho mejor.
Saber elegir cuál es el más adecuado ayuda a que las fotos queden mejor. Algo parecido pasa con la resolución de las imágenes o con el ratio de aspecto, dos parámetros que se pueden modificar de forma muy sencilla en la aplicación de cámara y que dan más versatilidad a la hora de hacer una buena fotografía.
Como se puede comprobar, son aspectos a tener en cuenta que no son complicados de ejecutar, no llevan mucho tiempo y, por supuesto, no implican gastar dinero. De esta forma, es posible mejorar las imágenes de cualquier móvil en cualquier situación independientemente de quién lo use.