Samsung es una de las compañías más importantes en el sector de la electrónica de consumo, especialmente en el de los teléfonos móviles. En parte es por su gran catálogo, y en parte porque llevan una década creando algunos de los mejores móviles de gama alta de la historia, los Galaxy S y los Galaxy Note. Ahora lo mejor de las dos familias está en la gama Ultra de la empresa, que este año ha presentado el Samsung Galaxy S23 Ultra, su mejor móvil hasta la fecha, lo miremos por donde lo miremos.
Características del Samsung Galaxy S23 Ultra
- Snapdragon 8 Gen 2.
- Memoria RAM: 8 / 12 GB.
- Almacenamiento interno: 256 / 512 / 1TB GB.
- Tamaño: 6,8 pulgadas.
- Resolución: QHD+.
- Tecnología: AMOLED Dynamic.
- Tasa de refresco: 120 Hz.
- Principal: 200 Mpx OIS.
- Gran Angular: 12 Mpx 2.
- Teleobjetivo: 10 Mpx OIS.
- Teleobjetivo de 10X: 10 Mpx
- Otros: LED Flash.
- Resolución: 12 Mpx.
- 5G.
- Bluetooth 5.3.
- WiFi 6.
- NFC.
- Batería: 5.000 mAh.
- Carga rápida: 45 W.
- Inalámbrica: 15 W.
- Puerto USB-C.
- IP68.
- Sensor de huellas en pantalla.
- Dimensiones: 163.4 x 78.1 x 8.9 mm.
- Peso: 234.
- Versión de Android: 13.
- Interfaz del fabricante: One UI 5.1.
Parece el mismo, en la mano se nota que no lo es
A primera vista podemos pensar que el Galaxy S23 Ultra es idéntico por fuera a su antecesor, pero una vez que lo cogemos vemos pequeños cambios. No nos engañemos, Samsung ha sido tremendamente continuista en este apartado, por motivos que ellos sabrán, pero hemos de reconocer que han mejorado ligeramente el exterior en dos puntos clave.
Por un lado, tenemos una pantalla con una curvatura menor en los laterales mayores. eso permite una mejor visualización, menos problemas con el dedo a la hora de escribir y poder mantener el deslizamiento cómodo en los gestos. Todo ayuda.
Por otro lado, los cantos mayores ahora no son perfectamente curvos, sino que son algo más rectos, mejorando el agarre y dificultando algo que se nos caiga el dispositivo.
Hay otros cambios menores, como el marco de las cámaras traseras, que ahora es algo más pronunciado. No es especialmente relevante y seguimos teniendo un balanceo brutal si usamos el móvil apoyado en la mesa.
Pese a todo, en esencia la línea estética del S22 Ultra se ha mantenido en este S23 Ultra, con un gran tamaño, un gran peso y una construcción sublime. Es muy notorio el cambio de usar este móvil sin funda a hacerlo con funda, algo que he hecho largo rato porque he estado de viaje en el campo con él y temía que sufriera algún daño.
El sonido es otro de los apartados que más destaca de este modelo, pese a no tener dos altavoces simétricos. Tiene dos, claro, uno junto al cargador y otro en el auricular, pero no tienen la misma potencia.
Eso no quiere decir que no tengamos posibilidad de usarlo para escuchar música o que el volumen sea bajo, en absoluto. De hecho, en una ocasión puse el móvil con el altavoz escuchando un pódcast en la cocina y fui al salón a hacer algo. Cual no sería mi sorpresa al poder escuchar el sonido en la otra habitación... aunque tenía el extractor puesto porque estaba cocinando.
Obviamente no estaba al máximo, pero me llamó la atención que, pese a eso, tuviera la potencia suficiente como para permitir la escucha a través de varios metros y una pared.
En la parte inferior del móvil, junto al altavoz principal, tenemos la bandeja para dual SIM. No podemos poner una microSD, como ya viene siendo normal, pero al menos este año los Ultra parten de 256 GB, algo necesario teniendo en cuenta lo que ocupan los archivos multimedia hoy en día, el uso que hacemos de los móviles y, sobre todo, que no podemos ampliar la memoria.
El Snapdragon 8 Gen 2 es un acierto
Este año Samsung ha optado por no diferenciar entre regiones y ha usado el mismo chipset en todos los mercados, el Snapdragon . Este es el segundo móvil que probamos con este procesador y no podemos estar más contentos.
Al aumento de potencia con respecto a los procesadores de anteriores generaciones (que tampoco son una locura, siendo sinceros), se suma una mejor gestión de la autonomía, como veremos en el apartado correspondiente.
También tenemos cambios en la memoria interna y es que Samsung ha optado por poner 256 GB en el modelo base de este S23 Ultra. Es decir, desaparece la versión de 128 GB. Además, esta memoria usa UFS 4.0, el estándar más potente disponible ahora mismo.
Algo similar pasa con la memoria RAM, es que LPDDR5x, un protocolo que lleva años en desarrollo y que no ha sido hasta ahora cuando lo hemos empezado a ver en móviles.
Eso sí, seguimos partiendo de 8 GB de RAM para el modelo más económico, algo que no nos parece de recibo dado lo que cuesta el modelo más bajo del catálogo de Samsung en la familia Ultra.
El funcionamiento del sistema es impecable, y la potencia bruta que desarrolla es genial. Eso sí, algunos juegos como Honkai Impact Third no detectan el tipo de procesador y no ponen por defecto los gráficos al máximo. No es esto culpa de Samsung, y poniéndolos así de forma manual podemos disfrutar a lo grande de este juego, y de cualquier otro, claro.
Lo que no nos ha gustado tanto como nos gustaría, valga la redundancia, es el sensor de huellas, aunque no es malo. Lo mismo sucede con el sistema de detección facial. Ambos son notablemente más lentos e ineficaces que en modelos de otras marcas, sobre todo las empresas chinas como OPPO o vivo.
El visionado con este móvil es una maravilla
Samsung sigue siendo la referencia en pantallas de dispositivos móviles, tanto para sus propios móviles como para la venta a sus rivales. El S23 Ultra utiliza una de las mejores pantallas del momento, que no es muy diferente de la de su antecesor, pero eso es porque esa ya era excepcional.
Tenemos un panel de 6,8 pulgadas con una ligera curvatura en los bordes, pero mucho menos que en otras ocasiones, lo que hace que escribir no sea nunca un problema. Además, esta menor curvatura hace que la pantalla ocupe algo más de superficie plana, en concreto casi un 90% del frontal.
Los marcos no son los más pequeños que hemos visto, pero son suficientemente ajustados, al igual que el agujero de la cámara frontal, de la que hablaremos luego.
La tecnología del panel es Dynamic AMOLED 2X, es decir, usa un panel OLED y tiene resolución 2K, en concreto 3088 x 1440 px. Está protegida por cristal Corning Gorilla Glass Victus 2, y dispone de Always On Display si es que queremos activarlo.
El brillo máximo es de nada menos que 1750 nits, lo que lo pone en los puestos de cabeza de la gama alta, y es compatible con HDR10+.
La calibración de color y el visionado es realmente notable, y el control de brillo está muy bien conseguido.
Lo único en lo que creemos que hay un ligero margen de mejora es en el viraje al verde del panel cuando estamos viendo un fondo blanco y lo inclinamos. Esto es normal en cualquier panel OLED, lo sabemos, pero en este modelo se aprecia más que en, por ejemplo, el vivo X80 Pro, que tiene ya un año.
La cámara principal es la estrella
Hemos dicho varias veces a lo largo del análisis que el Samsung Galaxy S23 Ultra no tiene muchos cambios de hardware con respecto a su antecesor, pero sí que hay uno notable: la cámara principal.
Es aquí donde se estrena el nuevo sensor de 200 Mpx, que permite tener una resolución mayor pero que, a la hora de la verdad, donde le sacamos partido en es las fotos con baja luz, al poder unir 16 px en uno, mediante el Pixel Bining.
Esto nos dejaría con imágenes de 12,5 Mpx, pero si queremos más resolución podemos usar Pixel Binning de 4 a 1 y tener fotos de 50 Mpx.
Cifras aparte, la calidad de la cámara principal es muy buena, y ayuda el procesado de Samsung, que es de los mejores del mercado. Con todo, se aprecia mucho el buen hacer del HDR y de la fotografía computacional cuando la fuerza brutal del sensor no es capaz de salvar una imagen.
La estabilización de la cámara es increíble. Samsung había presumido de ello en el evento de presentación del terminal, pero una cosa es escuchar a una marca presumir de algo y otra comprobar que no estaban exagerando.
Las otras tres cámaras, el gran angular y los dos teleobjetivos, no tienen tantas diferencias, y usan sensores y lentes muy similares, lo que nos da un resultado bueno, pero que no ofrece una gran diferencia con respecto a lo que ya teníamos en el S22 Ultra.
Esto es también algo a mencionar, y es que el S22 Ultra tenía la cámara más versátil del mercado, y este año se acrecienta eso porque algunos de los rivales del S22 Ultra han cambiado la aproximación, sobre todo en zoom.
Es aquí donde el doble sensor de S23 Ultra sigue brillando, con un zoom muy buenos hasta 10 aumentos, y notable hasta 30 aumentos. El zoom de 100 aumentos sigue siendo más una curiosidad que algo realmente práctico, pero se ha mejorado la estabilización de este tipo de disparos.
La cámara frontal también ha mejorado, subiendo algo la resolución pero, sobre todo, haciendo que las fotos sean más nítidas y con mejor enfoque. Aún así, hemos visto que las fotos con poca luz siguen siendo algo peores de lo que nos gustaría, aunque entramos ya en un terreno en el que pocos móviles salen bien parados.
El vídeo con la cámara frontal, las opciones de disparo, todo nos ha resultado muy bueno, aunque no sea una cámara perfecta.
El S-Pen ayuda más de lo que parece
En este análisis me ha pasado algo curioso. Tras haber hablado con algún formador de Samsung me dijo que el S-Pen estaba infrausado por muchos compradores de este tipo de móviles.
Así pues, en mi análisis me he forzado a hacer más uso del mismo, algo a lo que no estaba acostumbrado porque no lo tengo en otros móviles, lógicamente.
Pero en un par de ocasiones me he topado con gente que sí tiene modelos con el S-Pen, en concreto un Galaxy S21 Ultra y un Galaxy Note 10. Ambos me dijeron que el S-Pen les resultaba práctico, para hacer fotos en remoto y para tomar notas al vuelo.
Esto es algo que no es nuevo, pero refleja cómo un elemento que puede pasar desapercibido o ser considerado un accesorio, es práctico para muchos usuarios.
En batería no hay cambios, en autonomía...
Este año Samsung ha sido conservadora manteniendo todas las cifras del modelo de 2021. Así, tenemos una batería de 5000 mAh con un sistema de carga rápida de hasta 45 W por cable e inalámbrico de hasta 15 W, que permite la recarga inalámbrica inversa de hasta 4.5 W.
La mejora no viene por ahí, sino por el nuevo procesador, el Snapdragon 8 Gen 2, que es más potente que su antecesor, pero también más eficaz.
En la primera prueba de batería hemos estado usando el móvil en interiores, chateando mucho, jugando algo, trasteando en los ajustes y configurando aplicaciones. Esto es relevante porque solo la copia de seguridad de WhatsApp, de varios GB, afecta a la autonomía, que ha bajado rápido en los primeros minutos. Hemos llegado a las 8 horas de pantalla con 17 horas de autonomía.
En la segunda prueba de batería hemos estado casi completamente en exteriores, sin conexión a Wifi, jugando y haciendo muchas fotos y vídeos, para probar la cámara. Hemos llegado a las 3 horas de pantalla con 26 horas de autonomía.
En la tercera prueba de batería hemos estado siempre con conexión móvil, jugando algo, hablando por teléfonos, haciendo algunas fotos y vídeos y usando el GPS, pero en esta ocasión no hemos usado tanto el móvil como en las otras pruebas. Hemos llegado a las 3 horas de pantalla con 28 horas de autonomía.
No lo hemos mencionado antes, pero el móvil viene sin cargador en la caja, por lo que necesitaremos uno compatible con el PD de Qualcomm a 45 W para exprimir su máxima velocidad.
Como veis, la autonomía de este modelo ha mejorado bastante, sin llegar a ser la mejor, ahora Samsung puede presumir de tener este apartado más que cubierto en su gama alta.
Samsung tiene una buena interfaz, pero hay margen de mejora
Uno de los mejores argumentos de venta de Samsung con sus móviles es su política de actualizaciones de 4 años de versiones mayores y un quinto de parches de seguridad. Esto hace que muchas otras marcas hayan tenido que igualar, o al menos acercarse, a esta estrategia.
Este móvil llega con Android 13, como no podía ser de otra forma, e integra One UI 5,1, la última versión de la interfaz de Samsung, que no es muy diferente de One UI 5,0.
Sin embargo, eso no quita que One UI no tenga margen de mejora. Hemos hablado mucho de las ventajas de esta capa, de su personalización, de las casi infinitas opciones de la misma etc., pero también hay cosas que no nos han gustado.
Una pega que nos hemos encontrado ha sido la imposibilidad de usar el autocompletado de contraseñas de Google en este móvil. Sabemos que Samsung tiene el suyo propio, y lo hemos configurado también, pero no poder conectarnos rápidamente a las apps que ya teníamos en otro móvil es un incordio.
Además, por defecto el botón de encendido no apaga el móvil, aunque eso es algo que se puede cambiar. Algo parecido sucede con Samsung Wallet, la app sucesora de Samsung Pass que se integra en la parte inferior, como un gesto, y que se mezcla en demasiadas ocasiones con el gesto de navegación de Android.
Conclusión: ¿comprar o no?
Los precios de este modelo no son bajos, se mire por donde se mire. Parten de los 1409 euros para el modelo de 256 GB y llegan a los 1829 euros para el modelo de 1 TB. En medio tenemos el de 512 GB, que tiene un precio de 1589 euros.
[Samsung Galaxy Note: la evolución de la gran apuesta de Samsung]
Samsung sabe que gran parte de los móviles de esta categoría se venden en modalidad de renting o a plazos, por lo que el aumento de precio se amortigua bastante.
Aún así, es mucho dinero por un móvil, aunque entre las especificaciones de hardware y la estrategia de Samsung con el software, seguramente estemos ante la mejor apuesta del mundo Android si queremos un móvil potente que nos dure muchos años.
¿Merece la pena comprarlo? Si el precio no es un impedimento y queremos un móvil que nos dure lo máximo posible, con las mejores prestaciones del momento, este es sin duda una opción. La cuestión es que si nos vale con un 80% de lo que hace este móvil quizás nos podamos ahorrar más de 500 euros.