Cuando Martin Cooper realizó la primera llamada de teléfono desde un móvil empezó una era en la comunicación que ha evolucionado a gran velocidad. Hemos visto nacer y caer empresas que no se han sabido adaptar a los nuevos tiempos. LG y BlackBerry han sido dos ejemplos, Nokia y HTC otros dos. Pero en este sector tan competitivo una compañía japonesa, Sony, ha decidido hacer las cosas a su manera antes que tirar la toalla, aspirando a crear lo que, para ellos, es el mejor smartphone posible.
Hemos pasado unos días con el nuevo Sony Xperia 1 V (1.399€), el mejor móvil diseñado por la empresa japonesa hasta la fecha, un dispositivo de precio muy alto y de prestaciones espectaculares, pero que no destaca por eso en concreto. Sony, al igual que Nintendo, se ha alejado de las reglas que parecen dominar en su sector, y lleva ya unos años queriendo hacer las cosas a su manera. El Xperia 1 V es el culmen de ello, con algunas concesiones necesarias como la fotografía computacional, pero con cosas que no se suelen ver en otros modelos.
En vez de realizar un análisis al uso hemos querido destacar en lo que la compañía ha acertado, desmarcándose de las firmas que más venden en el mundo, desde Apple a Samsung pasando por las chinas. Con todo, el Xperia 1 V no es un terminal perfecto, motivo por el cual también hemos querido resaltar las cosas en las que Sony debería trabajar para el futuro Xperia 1 VI.
El Xperia V 1 destaca
Cuando hablamos de móviles de gama alta casi debemos dar por descontado que el peso será elevado. Incluso sin irnos a los modelos plegables es normal ver terminales que pasan con holgura de los 220 gramos. Esto afecta a la usabilidad, sobre todo cuando estamos mucho tiempo con el smartphone en la mano. El Xperia 1 V pesa sólo 187 gramos, y no es por usar malos materiales. La estructura de este modelo es de aluminio, y tanto la parte delantera como trasera es de cristal, con protección Corning Gorilla Glass.
Otro aspecto a remarcar de este teléfono es el agarre. Sony ha dotado a todo el móvil, excepto la pantalla, de una textura que hace que cogerlo sea mucho más seguro incluso sin funda. El marco, el cristal trasero y hasta el botón de la cámara tiene una textura que ayuda al uso. Y sí, hemos dicho botón de la cámara porque este teléfono es de los pocos, si no el único, que dispone de un disparador físico de dos pasos para la cámara. Esto permite no sólo disparar, sino también enfocar con una pulsación ligera, sin llegar al final del recorrido.
En el contorno nos encontramos con otros dos elementos destacables. El primero es el jack de auriculares, algo que podemos decir sin temor a equivocarnos que es algo único en el rango de precios que se mueve este teléfono, al menos si nos salimos de los móviles gaming, que lo mantienen en ocasiones, aunque incluso ahí es algo ya raro. Además, la ranura para las tarjetas de teléfono tiene también la opción de alojar una tarjeta microSD, que permitiría ampliar la memoria de este teléfono, de 256 o 512 GB según la variante. Por si eso fuera poco, podemos sacar la bandeja sin necesitar una púa, simplemente con los dedos.
Esto, podríamos pensar, haría que este teléfono no pudiera ser resistente al agua y al polvo. Podríamos pensarlo, pero nos equivocaríamos, el Sony Xperia 1 V tiene certificación IP68, la que suelen tener algunos de los gama alta de otras marcas, si bien no todos. A esto ayuda el diseño del modelo, muy rectangular y sin curvaturas extrañas. Este modelo dispone de una batería de 5000 mAh, con carga rápida de la que hablaremos en el siguiente apartado y carga inalámbrica, que suele ser común en la gama alta pero que no vemos siempre. Lo que no es tan normal es tener un conector USB C del tipo 3.2, que facilita la transmisión de datos por cable si fuera necesario.
Mención especial requiere la pantalla, la única del mercado con resolución 4K. Imaginad la pantalla de un flamante televisor de última generación comprimida para que quepa en la palma de la mano sin disminuir la cantidad de píxeles usada. La nitidez que arroja en aplicaciones de streaming, vídeo y fotos es increíble. Además, dispone de una tasa de refresco de 120 Hz y una tasa de muestreo táctil de 240 Hz.
Y si el apartado visual es llamativo el sonoro no lo es menos. Para empezar, Sony le da mucha importancia a esto en el estudio de las funciones de software que tiene el Xperia 1 V. Incluso en aplicaciones como YouTube podemos acompañar al sonido de los vídeos con una vibración que nos de una mayor sensación de inmersión. Pero los protagonistas aquí son los dos altavoces frontales, algo que solo hemos visto en algunos móviles gaming y que aquí hace que los marcos frontales sean algo más gruesos, pero que compensa por mucho.
Pero el aspecto clave de este terminal es el apartado fotográfico. Cuenta con un sistema triple de cámaras traseras que incluye un teleobjetivo capaz de darnos dos tipos de aumentos posibles en una sola lente, lo que permite tener versatilidad sin necesidad de complejizar ni el diseño ni subir el precio. Y el apartado del software también es crítico, con aplicaciones profesionales que no están pensadas para el usuario medio, pero que ofrecen una cantidad de opciones infinita para el usuario profesional o el semiprofesional.
No es perfecto
Como hemos avanzado al inicio de este artículo, este móvil dista de ser perfecto, y hay cosas que podemos pedirle a Sony que mejore en siguientes generaciones, como lo ha hecho en esta con respecto a las anteriores. Una de las cosas que ha mejorado es la gestión de calor, pero que sigue siendo algo que necesita pulirse, sobre todo cuando queremos exprimir al máximo el procesador y la pantalla, dos de los elementos que más energía demandan.
Se agradece que se incluya compatibilidad con carga rápida, pero los 30 W son algo lentos, además de no tener un cargador en la caja, algo que hemos visto en marcas como Samsung o Apple, pero que no por eso vamos a dejar de pedir. En la misma línea, hay que mencionar que la carga inalámbrica funciona en los cargadores horizontales, pero no siempre en los verticales, seguramente por la proporción de aspecto tan alargada de este terminal. El sensor de huellas es rápido y funciona bien, pero la posición no es la ideal para los que quieren usar el móvil con la mano derecha.
La cantidad de opciones que ofrece Sony dentro de Android se agradecen, pero no es lógico tener tres aplicaciones diferentes sólo para hacer fotos y vídeos. Lo ideal sería integrarlo todo en una mucho más avanzada, y quizás crear una segunda sólo para la fotografía en modo automático, para que los usuarios menos avanzados no se vieran tan sobrepasados. Y es curioso que no haya un modo macro en la cámara. No es que queramos un sensor para ello, pero un móvil centrado en la cámara debería poder permitir hacer fotos con este modo, cuando no vídeos, como hace ahora el Pixel 7 Pro.
Con respecto a la pantalla, hemos disfrutado de su ratio de aspecto alargado a la hora de ver vídeos, hemos disfrutado con el color y con la resolución, en incluso con la ausencia de curvas en los laterales mayores. Lo que no nos ha gustado ha sido el no poder variar manualmente la resolución o la tasa de refresco de la pantalla.
¿Me lo compro?
Si estás dudando si comprar o no este móvil seguramente no sea para ti. Se trata de un producto muy de nicho, muy particular y muy bien ejecutado, pero que no se ha diseñado para ser un superventas. Y eso no es un problema. Si valoras la versatilidad de la cámara, la calidad en todos los apartados, la grabación de vídeo y de audio y la integración con el ecosistema de Sony, es posible que no haya mejor móvil en el mercado.
Si quieres un móvil de gama alta para jugar, con una cámara competente y buen diseño, hay más opciones ahí fuera, como el Samsung Galaxy S23 Ultra, el Xiaomi 13 Ultra o los iPhone de mayor tamaño. También se pueden considerar los gama alta de vivo, el X90 Pro, o de Google, con un Pixel 7 Pro rebajado de precio a la espera del lanzamiento del Pixel 8 Pro.
Sony tiene claro que no va a cambiar su estrategia por lo que haga la competencia, simplemente va a mejorar sus modelos generación a generación, y eso asegura que tengamos un gama alta muy diferente cada año, pensado para un pequeño grupo de personas, que seguramente agradezcan que exista.