Esta semana hemos visto como Motorola -o Lenovo, mejor dicho- ha presentado sus nuevos Moto G4, sus terminales más representativos de las gamas actuales y que le han convertido en un referente al demostrar que no hace falta que un teléfono cueste 500€ para que funcione como es debido. Motorola tiene gran parte de responsabilidad en esta revolución de la gama media, sin embargo su rol en la historia de la telefonía es capital por otro hito: fabricar el Motorola DynaTAC, el primer móvil de la historia.
La historia del Motorola DynaTAC 8000X, un terminal que pesaba casi un kilo gramos y era apodado por sus desarrolladores como «el ladrillo», es en realidad una historia de pánico. La tecnología necesaria para la telefonía móvil estaba disponible ya desde la Segunda Guerra Mundial, pero era tremendamente poco práctica, obligando a llevar todo el equipo en un coche o bien en un enorme maletín.
El monopolio de AT&T: la gran amenaza
Hasta 1983 los teléfonos móviles eran en realidad teléfonos en el coche, que recibían la señal de una antena que cubría toda la ciudad, pero contaba con unas frecuencias muy limitadas que reducían el número de usuarios. A mitad de los años 60 apareció la tecnología que perfeccionaría la telefonía móvil, desarrollada por dos ingenieros de AT&T -Bell Labs-, Joel Engel y Richard Frenkiel. Esta permitía usar varias veces la misma frecuencia y moverse de una antena a otra sin perder la señal.
AT&T ya tenía por entonces el monopolio nacional de las líneas telefónicas terrestres. Así que cuando vieron que la tecnología móvil era viable, pidieron a la FCC (la Comisión de Comunicaciones Federal) un monopolio similar para las nuevas líneas.
Por aquella época, a principios de los 70, Motorola vendía aproximadamente dos tercios de los teléfonos que estaban instalados en los coches estadounidenses, pero el posible monopolio de AT&T suponía un enorme problema para la empresa, ya que si ocurría, los equipos pasarían a ser fabricados por la subsidiaria de AT&T, Western Electric.
Motorola DynaTAC, nacido del pánico
Y así, con la Espada de Damocles sobre sus cabezas, en Motorola quisieron demostrar que ese monopolio frenaría la innovación empresarial, por lo que Martin Cooper, director corporativo de investigación y desarrollo, decidió -inspirado por los comunicadores de la serie Star Trek-, crear el primer teléfono móvil que no necesitase de un coche o un maletín externo.
La carrera empezó el 3 de diciembre de 1972. El reto era comprimir todo el equipo en un dispositivo que cupiera en una mano. El clímax llegó unos meses después, el 3 de abril de 1973, cuando la empresa mostró en un hotel de Nueva York dos DynaTAC. Claro que al no existir una red móvil, estos eran en realidad teléfonos inalámbricos, pero fue suficiente para que la prensa aplaudiese.
Unos meses después, la FCC denegó a AT&T el monopolio. Si el DynaTAC tuvo o no que ver con esta decisión es todavía hoy motivo de debate, pero lo cierto es que no sólo se le negó el monopolio móvil, sino que una década después el Departamento de Justicia también le retiraría el monopolio de redes fijas ordenando la división de la empresa.
Diez años después, a la venta
Las cosas de palacio van despacio, y a la FCC le costó una década sacar adelante una regulación para la telefonía móvil. Esto dio tiempo a Motorola para desarrollar su tecnología. Sin embargo, el primer teléfono móvil comercializado el DynaTAC 8000X, cuyo desarrollo costó a Motorola 100 millones de dólares (estamos hablando de dólares de los años 70).
En marzo de 1983 alguien pagó casi 4.000 dólares -cerca de 9.000 dólares actuales-, por uno de estos teléfonos. Si tenemos en cuenta que hoy la prensa hace entrevistas a la primera persona en comprar el último iPhone o el nuevo Samsung Galaxy, la poca ceremoniosidad de un hecho histórico y que ha acabado por revolucionar la forma en la que nos comunicamos puede sorprender.
Pero no podemos culparles. Se trataba de un dispositivo que pesaba 800 gramos y medía 33 por 4,5 por 8,9 centímetros. Además tenía una autonomía de media hora (y nos quejamos de la batería de nuestros smartphones). Era francamente complicado no verlo como una pirueta publicitaria y un capricho para los muy ricos -como Gordon Gekko, que lucía uno en Wall Street-.
El primer móvil de la historia: caro, pero un éxito
El primer servicio móvil de EEUU costaba 50 dólares al mes y 40 centavos entre las 9 de la mañana y las 5 de la tarde, 24 centavos fuera de hora punta. El precio del Motorola DynaTAC 8000X era de 3.995 dólares. En comparación, la mayoría de teléfonos instalados en coches costaban 2.500 dólares. El sueldo medio de un americano en 1983 era de 15.239,24 dólares anuales.
Y sin embargo fue un éxito, ya que muchas compañías empezaron a verlo como una necesidad. Por ejemplo, Ameritech vendió 12.000 teléfonos móviles ese año, de los cuales un 10% eran DynaTAC 8000X. Ni siquiera Motorola esperaba estas cantidades.
Y sin embargo muestra que muchísimo antes de que Internet y Whatsapp, y los SMS llegasen a los teléfonos móviles, ya había una necesidad, o un anelo, de un producto así. Al fin y al cabo es muchísimo mejor llamar a una persona que a un sitio. Y el teléfono móvil es la herramienta de comunicación más poderosa que ha creado el ser humano. Y como animales sociales que somos, no le hacía falta mucho para enamorarnos.