Enrique Herreros o todo un siglo
Nació Enrique Herreros en 1903. Su hijo, en 1927. Entre los dos cubren el siglo XX. Enrique Herreros, hijo, publica ahora, a los 90 años de edad, la delicia de un libro en el que arracima anécdotas interesantes, escuchadas a su padre o vividas por él durante todo un siglo. Por De polvo eres y en polvo te convertirás desfilan los más varios personajes del siglo XX: Sara Montiel, Pastora Imperio, Carmen Sevilla, Yvonne de Carlo, Brigitte Bardot, Silvia Kristel, José Luis Garci o Julio Iglesias, al que el autor mortifica.
Y también John Wayne, Rita Hayworth, Claudia Cardinale, Gina Lollobrígida, José Ángel Iríbar, Pilar Miró, Cantinflas, el gran Manolo Summers, Juan Belmonte y su entierro, Antonio Bienvenida, El Cordobés, Luis Miguel Dominguín, Manolo Caracol, Emma Penella, César Lucas, Anouk Aimée, Charlton Heston, Yul Brynner, Glenn Ford, Audrey Hepburn… El mundo del espectáculo, y sus celebridades, vivido en directo por el autor de este libro que no decae en una sola página.
Enrique Herreros narra sin presunción algunos de sus amores, Miiko Taka, la actriz que dio la réplica a Marlon Brando en Sayonara, película basada en la novela de Michener. Con ella recorre el mundo, rendido al encanto oriental. Miiko no le olvidará. Y le dejará el mensaje enamorado: “Nunca te diré sayonara”.
Con Katharine Elm, el amor se serena pero es especialmente intenso, sobre todo cuando una noche le dice en su habitación: Viens ici, avec moi. Ella se queda embarazada. “Aquí solo hay tres soluciones -le dijo Enrique- casarnos, reconocer al niño o abortar”. Ella escogió la solución más traumática. “Todos los años -escribe Enrique Herreros- cuando llega el 30 de enero y leo en la prensa que se celebra el cumpleaños de Don Felipe de Borbón y Grecia, hoy Rey Felipe VI, me acuerdo con tristeza de aquel 30 de enero de 1968, cuando nació el Príncipe, pero murió otro ser, ya concebido, que hubiera sido nuestro hijo”.
Dibuja Enrique Herreros con trazos certeros el mundo de la dictadura y quedamente habla del apartamento de Roberto Rooney, al que todos llamaban Le palais d'amour. Hasta que aparece Charo, la hija del gran científico Julio Palacios, exiliado en Estoril junto a su Rey Juan III, de cuyo Consejo Privado formó parte. Recuerda Enrique Herreros “el tiempo compartido con la mujer que me hizo feliz durante un intenso período de mi existencia”. Y se refiere a aquella noche en Galicia, “bañada por el brillo de las estrellas, que contemplábamos desde un rincón de la playa, donde nuestros deseos se elevaron hasta la más recóndita de las galaxias, mientras la arena se esparcía retadora contra el mar… y las olas fueron los únicos testigos de nuestra pasión”. Charo no se separa de Enrique, salvo para acudir a la boda en Grecia de Don Juanito, es decir, del Príncipe de Asturias con la Princesa Doña Sofía.
El enamorado Enrique organiza una cena para su novia con el gran personaje que era su padre. Su padre, que detestaba la calificación de persona muy graciosa, porque “tal término no existía en la mente del humorista, que rechazaba lo que consideraba un caricato, tal como sucede con muchos, que pretenden ser humoristas y son, simplemente, caricatos”. “Enriquito -le dijo Charo- qué te parezco como novia de tu niño”. Y el padre le contesta con una frase atroz: “Pues… ¿qué se yo? Si, ahora, las decentes parecen putas y las putas, decentes… ¿Qué se yo?”.
Las celebridades de todo un siglo y algunos amores volcánicos encienden las páginas de este libro, en el que Enrique Herreros, entre el diluvio de sus experiencias, recuerda el almuerzo en mi despacho del ABC verdadero con Juan Antonio Bardem, en el que presenté a Mar Flores al gran director. Alumbró con ella su película Resultado final, la historia del desencanto comunista en la nueva democracia española.
Un libro, en fin, este de Enrique Herreros, De polvo eres y en polvo te convertirás, que es un regalo para los lectores interesados en el mundo de las celebridades del espectáculo durante todo el siglo XX.