La escritora nicaragüense Gioconda Belli (Managua, 1948) ha sido reconocida este lunes con el XXXII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, dotado con 42.100 euros, "por su expresividad creativa, su libertad y valentía poéticas", según ha señalado el jurado. "Su significación en la cultura contemporánea de Nicaragua, que refuerza el prestigio de uno de los grandes países de la lírica hispanoamericana", ha sido otro de los motivos.
Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española y miembro del jurado, ha recordado la cercanía de la escritora con la institución y su versatilidad “como escritora en todos los géneros literarios”. Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, ha reconocido su labor poética, “muy presente en el desarrollo de la literatura contemporánea en los últimos 50 años”.
"No puedo estar más feliz por haber ganado este premio", ha escrito Belli en Twitter. "Celebro que enriquezca la tradición poética de Nicaragua. Se lo dedico a mi Nicaragua, madre de mi inspiración, doliente país de mi esperanza", ha añadido.
Belli se encuentra exiliada en España por las críticas hacia el gobierno de Nicaragua, aunque la escritora ya había residido en nuestro país en los años 60, cuando estudió en un colegio de Madrid. El Frente Sandinista Liberal —partido a las órdenes de Daniel Ortega, reelegido presidente en unas elecciones bajo sospecha celebradas en noviembre de 2021— ha dado la espalda a la escritora, que militó en las filas de la histórica formación siendo muy joven. Hoy, desde su nuevo "país de acogida", como ella misma gusta de llamarlo, no duda en contar su historia y denunciar la tiranía.
En una de sus intervenciones correspondientes al último Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en Cádiz, Belli recordó al escritor hondureño Augusto Monterroso, que buscaba "los beneficios del exilio". Y es que "los escritores siempre encuentran la manera de arreglárselas", aseguró Belli, que también cree en la parte provechosa de estas migraciones a menudo forzadas. "No es honroso salir al exilio, pero es honorable", dijo.
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En la misma línea se expresó la escritora en un cara a cara con Jorge Volpi en El Cultural. "La literatura atestigua y pone de relieve estos conflictos. Los autores pueden ser voces importantes al posicionarse frente a ellos. Yo creo en la responsabilidad del intelectual frente al colectivo", afirmó.
En 1970, Belli publicó sus primeros poemas en el semanario cultural de La Prensa. Dos años después, su libro Sobre la grama fue merecedor del premio Mariano Fiallos Gil de Poesía de la Universidad Autónoma de Nicaragua, uno de los más prestigiosos del país.
Los libros Línea de fuego (1978), Truenos y arco iris (1982), De la costilla de Eva (1986), Poesía reunida (1989), Apogeo (1997), Fuego soy apartado y espada puesta lejos (2006), En la avanzada juventud (2013), El pez rojo que nada en el pecho (2019) y las antologías Amor insurrecto (1984) y El ojo de la mujer (1991) completan su producción poética.
En 2020 recibió el Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma por el mencionado El pez rojo que nada en el pecho, poemario que "rehúye la demagogia política, los rencores de la nostalgia y las disculpas fáciles", según señaló Francisco Javier Irazoki en las páginas de El Cultural.
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"La sensualidad y la incertidumbre destacan en no pocas de sus imágenes" y "alusiones a la tentación y sus cercos, luchas, quimeras, anzuelos", añadía el crítico en su elogiosa reseña.
Gioconda Belli, que se considera “poeta, novelista, feminista y humanista”, es autora de ocho novelas: La mujer habitada (1988), Sofía de los presagios (1990), Waslala (1996), El Pergamino de la Seducción (2005), El infinito en la Palma de la mano (2008), El País de las Mujeres (2010), El intenso calor de la luna (2014) y Las fiebres de la memoria (2018). La escritora ha publicado, además, dos libros de ensayos: Rebeliones y Revelaciones (2017) y Luciérnagas (2022).
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Desde 1992, Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca convocan el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, considerado el galardón poético más importante en lenguas española y portuguesa. Ricardo Rivero, rector de la Universidad de Salamanca, ha resaltado la capacidad de la escritora premiada para “reivindicar valores como la dignidad de la persona, la lucha contra la tiranía y el mantenimiento de una posición coherente en todo momento”.
Por su parte, la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva, ha insistido durante el acto en el prestigio del galardón, que ha quedado reflejado en las 49 candidaturas que optaban a él este año.
Poetas como José Hierro, Mario Benedetti o José Ángel Valente forman parte del prestigio elenco de premiados a lo largo de todas las ediciones. Este año será Belli quien reciba el premio de manos de la reina Sofía en una ceremonia que se celebrará en el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid durante el mes de noviembre.
Según reza el comunicado emitido por Patrimonio Nacional, "el objetivo del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana es reconocer el conjunto de la obra de un autor vivo que, por su valor literario, constituye una aportación relevante al patrimonio cultural común de España e Iberoamérica".
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Además de la dotación económica, este reconocimiento contempla la edición de un poemario antológico, jornadas académicas sobre la persona galardonada y el estudio de su obra a cargo de un destacado profesor de literatura de la Universidad de Salamanca.
El jurado de la edición del XXXII Premio Reina Sofía ha estado formado por la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva; el rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero; el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado; el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero; Olvido García Valdés, premiada en la anterior edición; el escritor mexicano Jorge Luis Volpi; la poeta Raquel Lanseros; la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos Aramburo; dos representantes del Departamento de Literatura Española e Iberoamericana de la Universidad de Salamanca, M.ª Isabel Toro Pascua y Francisco Bautista; la profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, Selena Millares; la directora de la cátedra Ángel González de la Universidad de Oviedo, Araceli Iravedra; y María Mar Soliño en calidad de secretaria.