Novela

El último Torrente Ballester

31 enero, 1999 01:00

Leer Doménica, el último Torrente Ballester

Hacía dos años que Gonzalo Torrente Ballester vivía para adentro. Casi todas las horas del día en silencio, las manos cruzadas, el mentón pegado al pecho, la lengua inquieta y la mente (¿quién conoce la vida de la mente?) errática. Apenas salía de sí mismo, pero cuando salía, solía irse lejos. Torrente Ballester, en estos dos últimos años de melancolías y silencios, iba y venía preferentemente a dos lugares: de la mano de sus
nietos menores viajaba al mundo de la infancia, y arrastrado seguramente por los años, volvía a los días de su vida, de su propia vida.

El caso es que Gonzalo Torrente imaginaba y dictaba, aunque fuera perezosamente. Era su costumbre.
Así surgió "Doménica", su última novela que dentro de unos días publicará Espasa en su colección juvenil, y así iban naciendo sus memorias, que el escritor hilaba con tristeza y desordenadamente. La profesora gallega Carmen Becerra lleva años cosiendo la memoria de Torrente. Ha sido la destinataria de sus lentos dictados y tiene para trabajar en su publicación centenares de cintas grabadas con la palabra gallega del escritor, que completarán la biografía que ella misma publicó en 1981.

Serán, a no dudar, memorias sustanciosas porque Torrente Ballester ha dejado muy claro pasajes poco y
mal frecuenta dos de su biografía. Pero no tienen estas memorias, de momento, fecha de publicación. Para que vean la luz no ha de vivir ninguna de las personas de las que habla. ése ha sido el deseo último del escritor. Desde hace casi veinte años, Torrente Ballester andaba empeñado en pasar por la vida sin agredir ni molestar a nadie. Sus opiniones sobre éste o aquél las ha venido guardando prudentemente. "Hay que esperar", decía sin punto de cinismo, "hasta que no pueda oírlas la persona afectada". Sin decir, decía. Las memorias resultarán, pues, elocuentes y útiles para conocer mejor la historia literaria del siglo. Y serán justas. Carmen Becerra considera que la actitud de la crítica ha sido casi unánimemente injusta con la figura de Torrente, al que han visto de forma lineal y dibujado como un personaje plano. "Torrente merece una mirada más objetiva y yo intentaré dársela", dice su biógrafa. Así que a esperar.

Mientras tanto, aparece "Doménica". Es una novela corta que Gonzalo Torrente escribió durante los tres primeros meses del 97. La escribió espasmódicamente, a ráfagas, y lo que al principio parecía una cosa embrionaria fue ganando en lomgitud y en profundidad rápidamente. El fragmento que publicamos en estas páginas corresponde a la última parte de "Doménica". Es pues el último Torrente Ballester.