Albert Camus en L'Étranger (1942) muestra un personaje incomprendido a los ojos de la sociedad que se convierte en un extranjero para sí mismo y para los demás. Uno, ninguno y cien mil (1926) de Luigi Pirandello trata las diferentes formas de ver y percibir las identidades. Jorge Luis Borges nos enseña en Everything and Nothing (1958) que en el gran escenario de la vida podemos ser todos y nadie al mismo tiempo.
Desde siempre la escritura literaria se ha dedicado a intentar resolver la pregunta que le hacen a Ulises en la Odisea (VIII a.C): ¿Quién eres tú? El famoso poema épico, de hecho, no es otra cosa que la historia de un viaje entre las tierras más lejanas y lugares impensables, a la búsqueda de una identidad.
Hoy las identidades son múltiples, la realidad es siempre más ambigua y la literatura necesita abarcar todas las formas de ser. "Para mí la literatura te muestra otras realidades que no son las que tú has vivido", afirma la escritora Rosario Villajos (1978).
Por esto nació la literatura queer. "La sociedad se está dando cuenta de que hay un gran número de personas que viven en los márgenes. Hay muchos problemas compartidos de clase, sociales, identitarios. Necesitamos espacios para visibilizarlos", afirma Carlos Barea (1987), escritor, editor y activista cultural.
La librería MaryRead organizó hace unos días en Madrid el segundo encuentro de Literatura queer. Tres días donde autores y autoras se ponen a dialogar, sacando diferentes vivencias y realidades que atraviesan la comunidad queer. "Necesitamos generar nuevos referentes para la comunidad", explica una de las socias, Ana Murillo.
En las charlas de este año, celebradas en el Museo Reina Sofía, han participado muchos rostros conocidos: Alana S. Portero, Elisa Coll Blanco, Ana Flecha Marco, Carolina Meloni, Mafe Moscoso, Ángelo Néstore, Eugenia Tenenbaum, Sara Torres, Rosario Villajos. Hablamos con algunos de los referentes principales sobre la historia de la Literatura queer.
Un mundo disidente
"Queer es pensar nuevas maneras de vivir, que no sean desde el individualismo o desde el capitalismo, desde la cultura de la violación o de la guerra. Queer son nuevas maneras de hacer las cosas", afirma Gloria Fortún (1977), escritora, poeta y traductor.
"Lo queer no es una identidad, es una forma de ver el mundo. Es toda aquella literatura que enrarece, que aporta algo raro", cuenta Ángelo Néstore (1986). Esta 'nueva' corriente cuenta historias de cuerpos que han vivido de forma incómoda y que necesitan buscar otros lugares para ser. "Un cuerpo incómodo es un cuerpo que no se espera dentro de la norma, algo que no es deseable normativamente hablando".
Queer no incluye solamente las realidades homosexuales, lesbianas, trans, bolleras. Visibiliza las identidades no normativas, que han sufrido varios tipos de opresiones. Los personajes miran desde un lugar que no es hegemónico y desde el que no se suele mirar. "Es pensar en otras formas de amor que no sean jerárquicas, otra manera de mirarnos. ¿Cómo podemos amar sin utilizar el lenguaje de poder, de posesión?", pregunta Gloria Fortún.
La literatura es la respuesta. "Uno de los objetivos de lo queer es darnos herramientas para que unas realidades sean entendibles y ampliar el espectro del deseo, y nombrar nuestras existencias a través de la literatura nos permite crear nuestra imaginaciones y nuevas formas de estar en el mundo".
Historias literarias
Este tipo de literatura pretende establecer otro canon que sea rebelde y disidente. "Pongo en el centro de mi escritura mujeres bolleras con cuerpos disidentes en cuanto a género, cuerpo, personas que no son normativas", cuenta Gloria Fortún. El propio texto refleja esta disidencia: no sigue las normas clásicas de una novela o de un poema. Roja Catedral (Dos Bigotes, 2022) es un texto muy experimental, mezcla poesía, prosa e inventa palabras. "He intentado desobedecer todas las reglas de escritura".
"Me interesaba mucho escribir sobre mi identidad homosexual". Carlos Barea escribió Bendita tú eres (Egales, 2020), una novela que trata la identidad de una forma muy amplia para intentar llegar a todo el mundo. "Yo creo que tienes que encontrar la forma de conectar con el señor heterosexual que vive en Vallecas hace 40 años". Según él, esto se hace a través de la exploración de elementos comunes y mostrar las diferencias para dar a conocerlas.
"La mala costumbre de Alana S.Portero decía que cuando se sale del armario hay que tener en cuenta que existen muchos tipos de armarios. Entonces yo sentía que mi protagonista estaba en un armario". Rosario Villajos ganó el Premio Biblioteca Breve con su último libro La educación física (Seix Barral, 2023). "La considero una obra muy valiente". Habla de una adolescente que no tiene deseo sexual, no sabe lo que le gusta. "Lo escribí porque yo misma, todavía hoy, considero que no lo tengo claro. Creo que estoy tan limitada por lo que me han dicho que me tiene que gustar que no me atrevo a explorar otros deseos".
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"Siempre he trabajado desde lo queer pero no ha habido una voluntad explícita, es mi forma de estar en el mundo". Néstore cuenta su propia experiencia, que también está ligada al fracaso. "Aun siendo homosexual he vivido una opresión patriarcal en el colectivo LGTB, debido a esa educación dentro de las matrices heterosexual".
La teoría de la interpretación
"Estamos tan acostumbrados simplemente a ver a través de las gafas patriarcales y heterosexuales que realmente no nos damos cuenta de que la otras realidades están aquí", afirma Barea. La literatura queer ha estado siempre, aunque estuvo durante mucho tiempo ocultada, los escritores escribían bajo seudónimo y siempre había que leer entre líneas para encontrar validaciones de estas realidades.
La misma Epopeya de Gilgamesh (2.500 a.C), los poemas de Luis Cernuda y varias películas como Ricas y Famosas (1981) esconden deseos homosexuales. Barea coordinó tres libros que analizan, desde una perspectiva feminista y queer a Lola Flores, José Pérez Ocaña y Pepe Espaliú.
"Si se analizan algunos escritores antiguos con nueva lente, se traducen diferentemente ahora", afirma Gloria Fortún, siguiendo la teoría de la interpretación de Gadamer. "Jeanette Winterson no utilizaba el género en su novela Escrito en cuerpo y en su momento lo traducimos utilizándolo, porque no existía esta posibilidad en España. Ahora volvería a traducirlo sin marcar el género".
"Me gusta mucho ver la escritura como una herramienta de recuperación y de transformación social". Barea piensa que es más difícil que la gente vaya a escuchar un encuentro sobre realidades diversas, en cambio, un libro puede llegarte directamente a las comodidades de tu sofá. Así se conquista el señor de 40 años de Vallecas.
Una nueva escritura
La visibilidad ha llegado a muchos espacios que antes no llegaba. "Yo me maravillo de las cantidades de libros que tenemos al alcance de la mano. Cuando me crié en un pueblo de la Mancha no encontraba ningún referente". Ahora mucha gente joven va a la librería, "vienen sin pedir perdón ni permiso", dice entusiasta Murillo.
La literatura queer empezó a divulgarse a partir de la apertura de librerías y editoriales en España. Se empezó a establecer un primer canon básico y luego en 2006 se produjo un verdadero éxito. "Los autores están intentando escribir de otra manera. El género ahora es más cerrado, más identitario", analiza Ramón Martínez Rodríguez, filólogo, ensayista y novelista.
La mala costumbre (Seix Barral, 2023) de Alana S. Portero (1978) ha estado entre los libros más vendidos a nivel nacional e internacional. Lo que hay (Reservoir Books, 2022) de Sara Torres (1991) es una historia que interpela a muchas bolleras y fue uno de los libros con más clubs de lectura. La lista de los nombres es larga, mucho más de lo que pensaríamos. Además de los ya citados, encontramos: Christo Casas, Melani Penna Tosso, Marta Vusquets, Elena Portero Bueno, Enrique Aparicio, Milena Busquets, Luis Bravo, Carlos Catena Cózar, Juan Gallego Bueno.
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Aún así, existe la gran limitación que suponen las etiquetas. "No me gusta la etiqueta, la verdad, porque digo que hay muchos tipos de armarios", afirma Villajos. Según ella, el mercado todavía no está preparado. "El simple hecho de que un libro se identifique con Literatura queer provoca rechazo. Estoy segura de que si le hubiera puesto otro tipo de cubierta a mi libro, pues a lo mejor lo habrían leído más hombres".
"Ahora parece que está de moda pero para nosotras no es una moda, es nuestra propia vida", afirma Murillo. Existe una dificultad enorme en visibilizar estas disidencias."Llevamos ya unos años de un aumento de los discursos de odio contra la comunidad LGTBQ y las compañeras Trans. Hay un retroceso absoluto de libertades y derechos. Necesitamos apoyarnos todas juntas porque sino es difícil sobrevivir en un mundo tan hostil".
Una nueva libertad de ser
Hoy en día estas cuestiones siguen estando abiertas. La sociedad material, gobernada por la voluntad de poder, nos obliga a elegir una forma en la que identificarnos. Sin embargo, el final de L'Étranger muestra que Meursault, en prisión, decide rechazar cualquier identidad impuesta por la sociedad. El protagonista de Uno, ninguno y cien mil decide ser un "ninguno", así como Ulises y el personaje de Shakespeare de Borges.
"La realidad es cambiante, como la propia identidad y la literatura también", afirma Ana Flecha Marco. No se trata de normalizar las disidencias queer porque la normalización pasa por entrar en un marco que no está hecho para que estos colectivos quepan. "Hay que crear nuevos moldes para que entre más gente".
Aceptar la fluidez de la vida es la única libertad que nos salva de esta paradoja, la de poder ser libres de ser lo que queramos. "A veces aspiro a que todos seamos tan diferentes, que no tengamos más remedio que convivir en paz".