El escritor Luis Mateo Díez (Villablino, León, 1942) ha obtenido este martes el Premio en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2023, el máximo galardón de la literatura en español, dotado con 125.000 euros. El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, ha anunciado esta tarde el fallo del jurado, que ha tomado su decisión "por ser uno de los grandes narradores de la lengua castellana, heredero del espíritu cervantino, escritor frente a toda adversidad, creador de mundos y territorios imaginarios, con una prosa, una sagacidad y un estilo que lo hacen singular en la cosideración literaria del más alto vuelo".
El ministro, que ha tenido un lapsus y ha anunciado al ganador como "Díaz" y no "Díez", ha destacado que "había una veintena de candidatos, todos escritores y escritoras de primerísimo nivel". Por ello, "la labor del jurado no siempre es fácil pero siempre nos da garantía de excelencia".
El jurado también ha destacado del premiado que Luis Mateo Díez "sorprende y ofrece continuos y nuevos desafíos con los que traspasa el ámbito de la fantasía y amplía la realidad de los lectores que se apropian de su universo creativo". También señala que "en sus creaciones sobresalen la pericia y el dominio indiscutible del lenguaje que el autor acredita en una escritura en la que mezcla con maestría lo culto y lo popular".
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También destaca el fallo que el galardonado posee "un estilo propio, exigente, de gran originalidad, donde prevalece un humor expresionista, paródico o esperpéntico, como el mejor resorte para relativizar lo que sucede y que conlleva una perspectiva lúcida y ambigua que permite comprobar la complejidad de la condición humana".
Minutos después de conocerse la noticia, Luis Mateo Díez ha hecho unas declaraciones en la sede de la Real Academia Española, donde ocupa la silla "I" desde 2001. "Estoy encantado de la vida", ha expresado agradecido el octogenario autor, que ha reconocido haberse quedado descolocado ante la noticia: "Cuando este señor [en referencia al ministro Iceta] me ha llamado para decirme que me concedía el Premio Cervantes, estaba un poco ido. Ando un poco pirado. Este señor ministro que no sé ni quién es... Andaba yo un poco adormilado, sin mucha conciencia de con quién estaba hablando", ha afirmado el galardonado, antes de excusarse diciendo: "La edad es más importante que la desgracia de la literatura".
También ha agradecido todos los apoyos que ha recibido a lo largo de su carrera: "He tenido algunas circunstancias especialmente favorables para hacer lo que hago. Una es crucial: la amistad. Desde muy lejanamente, encontré con asombro a editores amigos, lectores cómplices, un ámbito especial en el que podía desarrollar mi obra, y esto es muy importante. No he tenido que luchar con circunstancias inhóspitas: ni falta de sincronía ni de reconocimiento. He sido un niño cariñoso al que la gente quería mucho. He tenido ayudas de ese tipo. Grandes editores que no solo me descubrieron, sino que me apreciaron e incluso me animaron a escribir. Esto es una seguridad para hacer lo que a cada uno le da la gana".
El escritor también ha señalado los orígenes de su literatura: "Provego de un territorio donde permanecía viva la tradición de la oralidad. No es ninguna peculiaridad local. No hay nada más universal que ese tipo de tradición. Las lecturas ampliaban aquello. Eso marcó en mi destino la curiosidad de un niño fascinado por lo que se contaba. Se pone en movimiento una imaginación que se corresponde con la trascendencia de los universos imaginarios: las leyendas, el romancero popular... Este país es extremadamente rico en el camino de lo popular y también en las creaciones".
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Luis Mateo Díez regresó a las librerías en 2022 con Mis delitos como animal de compañía, su nueva novela, medio siglo después de su primer libro de cuentos, Memorial de hierbas.
A lo largo ha obtenido los más altos reconocimientos. Además del Premio Cervantes, ha recibido por partida doble el Premio Nacional de Narrativa y el Premio de la Crítica y, en 2020, el Nacional de las Letras.
Licenciado en Derecho y funcionario jubilado del ayuntamiento de Madrid, colaboró entre 1963 y 1968 en la revista poética Claraboya. Con la trilogía formada por El espíritu del páramo, La ruina del cielo y El oscurecer, creó su propio territorio imaginario: el reino de Celama, metáfora rural y "ventana a lo más hondo y misterioso del corazón humano". Celama saltó de los libros a los escenarios con una adaptación teatral, representada en varios festivales internacionales, que obtuvo el Premio Rivas Cherif de la Asociación de Directores Teatrales (2005). En 2000 Luis Mateo Díez fue distinguido con el Premio Leonés del Año y en 2014 fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de León.
Traducida a distintas lenguas, su obra literaria ha sido objeto de tesis doctorales en universidades españolas, europeas y americanas. Entre los galardones que ha recibido figuran el Premio Café Gijón por Apócrifo del clavel y la espina (1972), el Premio Ignacio Aldecoa por Cenizas (1976), el Premio Nacional de Narrativa (1987 y 2000) por La fuente de la edad y La ruina del cielo —con las que obtuvo también el Premio de la Crítica—, el Premio Castilla y León de las Letras (2000), el Premio de la Crítica de Castilla y León por Los frutos de la niebla (2009) y el Premio Francisco Umbral por La cabeza en llamas (2012).
Ha publicado sus novelas cortas reunidas en un solo volumen titulado Fábulas del sentimiento. En 2013 donó a la Biblioteca Nacional de España varios manuscritos de novelas y apuntes preparatorios. En 2014 llegó a las librerías La soledad de los perdidos y en 2015 apareció su obra Los desayunos del Café Borenes.
Entre sus últimos libros figuran Vicisitudes, El hijo de las cosas, Gente que conocí en los sueños y Juventud de cristal. En 2022 publicó Celama (un recuento), donde regresa al reino imaginario que ha construido en sus novelas, y a finales de ese mismo año Mis delitos como animal de compañía. Su último trabajo hasta la fecha es el libro de relatos El limbo de los cines, publicado este mismo año.
Algunas narraciones de Luis Mateo Díez han sido adaptadas al cine, como el cuento Los grajos del sochantre, recreado en la película de José María Martín Sarmiento El filandón, o la novela La fuente de la edad, rodada por Julio Sánchez Valdés para Televisión Española.
"La ficción me resulta más interesante que la vida misma", confesó el autor en una de sus últimas entrevistas en El Cultural, con motivo de la publicación de Celama (un recuento).
Los últimos Cervantes
En sus últimas cinco ediciones, el Premio Cervantes ha puesto el foco en la poesía, otorgándose al venezolano Rafael Cadenas (2022), a las uruguayas Cristina Peri Rossi (2021) e Ida Vitale (2018) y a los españoles Francisco Brines (2020) y Joan Margarit (2019).
A pesar de su avanzada edad y de lo fatigoso del viaje transoceánico, Cadenas recogió su premio el pasado 23 de abril, Día del Libro y efeméride de la muerte de Miguel de Cervantes, en la tradicional ceremonia de entrega que se celebra en el paraninfo de la Universidad de Alcalá (Madrid).
Sin embargo, en los años inmediatamente anteriores, el galardón se vio ensombrecido por la pandemia y por la ausencia de los premiados. En 2020 no se celebró la ceremonia a causa de la Covid-19. Meses después, Joan Margarit, enfermo de cáncer, recibió el premio de manos de los reyes en un acto privado, días antes de fallecer.
Por motivos de salud, Francisco Brines tampoco pudo acudir a la ceremonia en 2021. Los reyes viajaron hasta la residencia del poeta en Oliva (Valencia) para entregarle personalmente el premio. Un día después, el escritor ingresó en un hospital donde falleció a las dos semanas.
En 2022 se celebró la primera ceremonia con cierta normalidad desde el inicio de la pandemia, pero Peri Rossi no acudió a recibirlo por motivos de salud. En su nombre lo recibió su amiga la actriz Cecilia Roth.