Una nueva Ortografía para la unidad del español
La RAE y las academias americanas de la lengua presentan un nuevo tratado ortográfico que suaviza su carácter impositivo para ser más integrador
16 diciembre, 2010 01:00Imagen de la presentación este jueve de la nueva Ortografía de la lengua española.
"Somos escritura", decía Octavio Paz. Alfredo Matus, director de la Academia Chilena de la Lengua, ha sacado a relucir la cita del autor de Libertad bajo palabra durante la presentación de la nueva Ortografía de la lengua española, celebrada esta mañana en la sede de la Real Academia Española. Y para fundamentar tan categórica afirmación ha puesto dos ejemplos definitivos: "Tanto nuestra partida de nacimiento como nuestro certificado de defunción deben ser escritos sobre un papel". El intento de modificar las reglas que rigen la actividad de escribir es, por tanto, una cuestión delicada.Hablantes rebeldes
Los académicos encargados de preparar la nueva Ortografía, que este viernes estará ya en las librerías, bien lo saben. Lo han vivido en sus propias carnes estas últimas semanas. Cuando se filtró en el debate público algunos de los cambios que pretendían acometer, se alzó un escándalo mediático sin precedentes. Las reticencias frente a sus iniciativas correctoras (o evolucionistas, según se mire) alcanzaron una gran repercusión. Los puntos más polémicos estaban, sobre todo, en la i griega, que pasaba a denominarse ye, y en la uve, que pasaba a llamarse así, uve, algo que en España no planteaba ninguna novedad, pero que para los 350 millones de hispanohablantes no europeos suponía romper con su nomenclatura tradicional, porque ellos la llaman b baja, b corta o b chica, según el país.
Una ye discrecional
Las Academias de la Lengua han decidido suavizar el tono, para evitar entrar en fricción con la costumbre de los hablantes. Y por eso, frente a su deseo de quitarle los apellidos a las letras, para que se queden sólo con sus nombres, han optado por la discrecionalidad en detrimento de la imposición. A partir de ahora se podrá, pues, escribir i griega o b baja sin incurrir en una incorrección, pero advierten que su propósito para el futuro es fijar las denominaciones simples . En el terreno de la recomendación también queda la supresión de la letra q cuando equivale al fonema k, como en cuórum, cuásar, Irak y Catar.
Sólo o solo
Otra de las iniciativas más controvertidas, la de eliminar la tilde de del adverbio sólo y de los pronombres demostrativos (este, ese...), ha sido salvada con la misma decisión salomónica (algunos dirán ambigua) de dejarlo a criterio del hablante. Es decir, se recomienda su supresión pero no se censura.
Truhan, guion, hui
Donde sí se han puesto serios los académicos es con el acento gráfico de los monosílabos con diptongo ortográfico. ¡Atención, hispanohablantes del mundo, las siguiente palabras dejan de tildarse!: "Guion, truhan, Sion, hui, lie, riais, jesuita...". El hecho de que en algunas zonas de España se pronuncien como hiatos no ha sido obstáculo para su erradicación definitiva. Aquí no hay medias tintas. Sobre quien ose acentuarlas caerá todo el peso de la ley lingüística. Así como sobre quien coloque la tilde encima de la o disyuntiva. Ahora hay que escribir, por ejemplo: "Había 20 o 30 niños". Y la ch yll pasan a considerarse dígrafos y, en consecuencia, dejan de formar parte del alfabeto como letras. Era una muerte anunciada. En el último diccionario de diccionario de la RAE de hecho ya no figuraban.
¡Viva la unidad del español!
El grosor de la nueva Ortografía es mucho mayor que el de la anterior, la del 99. Según Víctor García de la Concha, director de la RAE (hasta esta noche, que se nombrará a su sustituto), esa circunstancia se debe a que esta edición "es más sistemática". "Lo que queríamos era mostrar la base científica que está debajo del lenguaje, explicar el sistema que está debajo de todo. La nueva Ortografía es el resultado de un esfuerzo colosal". El máximo responsable de la docta casa ha estado acompañado por algunos de los directores de las principales academias americanas. Todos ellos han ensalzado que el tratado presentado hoy tiene la virtualidad de ser un nuevo instrumento para atar "la unidad del español".