No localizamos en la discografía actual ninguna grabación de estas dos obras de Marc-Antoine Charpentier (1643-1704), a las que Hugh Wiley Hitchkock asignó en 1982 respectivamente los números 3 y 145 (el Te Deum más conocido es el 146). Ello confiere a este registro una gran importancia, porque se trata evidentemente de dos partituras magistrales, en las que resplandece el magno arte polifónico del autor, entreverado de influencias italianas, de las que se impregnó durante su estancia en Roma entre 1665 y 1670. Como destaca Thomas Leconte, el diálogo se despliega sobre una textura densa, en las que se enfrentan lo vertical (juego de acordes) a las líneas de la polifonía palestriniana. Hervé Niquet lleva años trabajando en este autor y en otros coetáneos y ha sabido marcar un estilo de interpretación tan respetuoso como lleno de fantasía. La delgada voz de los solistas contrasta y combina con los poderosos acentos de los dos coros y de las dos orquestas, que suenan fabulosamente, favorecidos por la espléndida grabación, realizada en la Iglesia de Notre Dame de Liban, París. El sello Glossa ha vuelto a acertar.