Pablo Heras-Casado, con la Mahler Chamber Orchestra. Foto: Michal Novak

Pablo Heras-Casado, con la Mahler Chamber Orchestra. Foto: Michal Novak

Música

Falla, un siglo de su retablo quijotesco

Pablo Heras-Casado celebra el aniversario de 'El retablo de Maese Pedro' con una versión concertante en el Auditori de Girona y el Teatro Real al frente de la Mahler Chamber Orchestra

20 febrero, 2023 16:22

Este año, uno de los aniversarios que suscita mayor atención es el centenario de El retablo de Maese Pedro, que está festejando la Mahler Chamber Orchestra, fundada en 1997 por el eximio Claudio Abbado, uno de los directores más flexibles, sabios y didácticos de la segunda mitad del siglo XX.

El conjunto, poblado de gente joven, conserva sus características primigenias, su coordinación y tímbrica penetrante. Lo integran en la actualidad 45 músicos de 20 países diferentes y funciona como un colectivo nómada gobernado por su equipo de dirección y el consejo de la orquesta. Las decisiones se toman democráticamente. En sus filas se integran seis músicos españoles. Daniel Harding es su director honorario. Ha sabido mantener el sonido característico del conjunto –entre agreste y refinado–, que lo ha convertido en una formación de referencia.

Con motivo del aniversario la orquesta está realizando una amplia gira europea. En España han actuado en enero en Alicante, Lisboa, Barcelona y San Sebastián con la pianista y directora Mitsuko Uchida al frente. Y el pasado fin de semana, el siempre dispuesto Pablo Heras-Casado se ha situado en el podio para dos actuaciones en Girona y en el Teatro Real de Madrid. Con un programa especialmente sustancioso y significativo: El retablo de Maese Pedro y el Concerto para clave de Falla, y la suite Pulcinella de Stravinski.

Falla ahondó en la música del Siglo de Oro; en el 'Retablo' proyecta hacia dentro de su conciencia el episodio romancesco

Composiciones procedentes de una misma fuente: la del socorrido neoclasicismo, y que tienen vínculos con el mundo del teatro. Es muy relevante también, claro, la manera en la que el compositor gaditano supo ahondar en la música de nuestro Siglo de Oro, tanto en lo que atañe al ascético Concerto cuanto a lo referente a la obra escénica, de cuyo estreno en Sevilla se cumplen exactamente 100 años.

La versión original de la obra está pensada para marionetas, aunque, sobre todo por problemas de montaje, habitualmente se suele recurrir a interpretaciones concertantes, como la que en este caso se propone.

Falla quería, desde luego, que los títeres fueran los auténticos protagonistas y por eso no paró hasta que El retablo se estrenó de esta guisa en París, en el palacio de la Marquesa de Polignac, el 25 de junio de 1923, tres meses después de su alumbramiento sevillano. En el Retablo, Falla, subraya Ivan Nommick, proyecta hacia dentro de su conciencia el episodio romancesco convirtiéndolo en nueva sustancia poética, en fluido caudal lírico y emocionado.

Se ha contado con excelentes intérpretes para llevar a buen puerto el acontecimiento. Para el Concerto, nada menos que al virtuoso del clave Benjamin Alard. Las voces de El retablo han sido la bien timbrada del barítono José Antonio López, la del tenor Airam Hernández, lírica y bien proyectada (de mayor entidad de las que suelen asumir el cometido), y, como Trujamán, un niño del excelente coro infantil de la ORCAM que dirige muy bien Ana González