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Escenarios

Sinisterra se lanza al 'Vacío'

Eva Redondo y La Cuerda Teatro muestran en el Festival de Olite los miedos que provoca la sociedad digital

30 julio, 2021 09:17

Un personaje desdoblado sobre el escenario se pregunta por qué está ahí. Apela al público, al propio autor e incluso al texto que declama. El juego, nada inocente, pone en duda los límites de la teatralidad. Llega un momento en el que nos cuestionamos si ese personaje es el que habla o el dramaturgo ejerciendo de ventrílocuo. Tendrá que resolverlo la imaginación del público, que recogerá las pistas dejadas por José Sanchis Sinisterra, el autor, la directora Eva Redondo y las actrices Maitane Pérez y Maider Lekunberri. Todo tamizado por el estilo de la compañía navarra Cuerda Teatro.

“En estos tiempos de ruido mediático y tecnológico el silencio es insoportable”. Eva Redondo

“La propuesta dialoga con ese miedo que tenemos al vacío –explica Redondo a El Cultural–. En estos tiempos de ruido mediático y tecnológico, donde no existe tiempo ya para el aburrimiento, la contemplación o la meditación, la angustia ante el silencio se nos hace casi insoportable. En esta obra se nos invita a habitar ese vacío, a transitarlo y, quizá, a tomarlo como parte fundamental de nuestra existencia”. Estamos ante una propuesta que lleva la marca de Sanchis Sinisterra.

El humor es el anzuelo para plantear cuestiones de calado. Relaja, desactiva prejuicios y asegura una recepción del mensaje. La risa entonces aparece catártica y sanadora. Para Redondo, es como si el sentido del humor reforzara una conexión más profunda con aquellos temas que evitamos en nuestra vida cotidiana: “Sinisterra nos hace preguntarnos por qué nos asusta tanto el vacío. Quizá esa idea esté muy relacionada con la muerte. La quietud, el silencio, la oscuridad… Beckett ya exploró en sus textos estos elementos. Como directora, no temo al vacío. Mis miedos tienen que ver, sin embargo, con los tiempos de producción, que se han estandarizado. Son espacios tan cortos que, en ocasiones, te obligan a prescindir de la investigación e ir a los ensayos con una actitud más resolutiva que exploradora. La sabiduría y el conocimiento siempre parten de la incertidumbre y no de la certeza”.

La obra, que vuelve al Festival de Olite este viernes, 30, se presenta despojada de escenografía. Tan solo las dos actrices (en una de las primeras versiones de la obra, la realizada por Mario Vedoya en 2005, solo había un actor sobre el escenario) sin recursos audiovisuales y con una iluminación básica ponen cuerpo al ideario beckettiano de Sinisterra. “Es un creador muy generoso”, sentencia la también autora de obras como Donde el hielo se rompe, que no oculta las líneas maestras adquiridas a su paso por el Nuevo Teatro Fronterizo (el laboratorio escénico que el autor de ¡Ay, Carmela! regenta en Lavapiés), como el compromiso y la multiculturalidad: “Nos enseñó que el teatro no debe vivir de espaldas a la comunidad”.

Muchos de los proyectos impulsados por el equipo del NTF han tenido en cuenta la identidad del barrio que lo acoge y han contado con emigrantes, vecinos y personas en riesgo de exclusión social. A todo ello, Redondo le añade la situación que ha creado la pandemia tanto en ese entorno como en la expresión teatral: “Valoramos más el encuentro, la celebración. Nos ha hecho tomar contacto con la catástrofe, con lo inesperado, con el caos… Y algo de todo esto es el teatro: un lugar donde lo imprevisto siempre hace acto de presencia”.

@ecolote