Thomas Wolfe y Max Perkins, una historia de amor entre dos amigos
Jude Law y Colin Firth encarnan al escritor y a su editor en El editor de libros, dirigida por Michael Grandage
7 diciembre, 2016 01:00Fotograma de El editor de libros, con Jude Law (izda.) y Colin Firth (dcha.)
Detrás de cada gran escritor se esconde un gran editor. Este parece ser el lema de El editor de libros, película dirigida por Michael Grandage con Colin Firth, Jude Law y Nicole Kidman que recrea la historia real del novelista de principios del siglo XX Thomas Wolfe, autor de obras como El viejo Rivers o Una puerta que nunca encontré, ambas publicadas por Periférica, que revolucionó la prosa estadounidense con sus relatos autobiográficos de una sinceridad descarnada. En el filme, Firth interpreta a Max Perkins, el editor neoyorquino que descubrió el talento de Wolfe y también supo domesticar su incontinencia creativa estableciendo con el autor (al que da vida Law) una relación de estrecha amistad que provoca los celos de su amante (Kidman). Por el filme también pululan Scott Fitzgerald o Hemingway, escritores con los que trabajó Perkins, en un filme que hará las delicias de los mitómanos de la literatura. Grandage acaba de regresar de Estados Unidos, donde ha vivido el triunfo de Trump después del Brexit, y desliza continuamente su rabia por la actualidad política.Pregunta.- ¿Podemos hablar de una historia de amor cuando los protagonistas son dos amigos?
Respuesta.- Sí, desde luego. Son dos personas que establecen un lazo muy fuerte a través de la literatura. En este caso además está muy bien documentado gracias a que se conservan las cartas entre Perkins y Wolfe y a la biografía de A. Scott Berg (recién publicada por Rialp) que lo cuenta con mucho detalle. Es una historia tan fantástica que no ha habido que inventar nada, el guionista (John Logan) ha tratado de ser lo más fiel posible a la historia real.
P.- Es curioso porque la amistad juega un papel importante en la vida pero el cine no le ha hecho mucho caso. ¿Por qué?
R.- Es cierto que hay muy pocas películas sobre la amistad cuando una amistad es algo que puede cambiar completamente una vida. Cuando hablas de la diferencia entre la amistad y el amor creo que esos límites son poco claros. Perkins y Wolfe lograron convertir su amistad en algo más grande que logra alcanzar una magnitud que va más allá de las etiquetas. En estos tiempos tan extraños que estamos viviendo, en los que parece que hay muchos que quieren construir barreras, creo que una película como esta lanza un mensaje importante al decir que es posible que las personas establezcan relaciones profundas y duraderas.
P.- Hay muchas películas sobre escritores pero muy pocas sobre editores, ¿por qué?
R.- Todos leemos novelas pero pocas veces vemos el proceso que hay detrás de esa escritura. Lo que hace esta película es revelar lo que sucede detrás de lo que acabamos leyendo, el inmenso esfuerzo que requiere y la forma en que ni siquiera la literatura acaba siendo un trabajo individual. Me fascina ver lo que hay detrás de los productos que vemos acabados y al fin y al cabo eso es lo que he hecho toda mi vida, o sea que me resulta fácil que una historia así me interese.
P.- El título original es Genius. ¿Habría florecido el genio de Wolfe sin Perkins?
R.- La palabra genio me da un poco de rabia porque se ha abusado demasiado de ella. Creo que hay que entenderla en un contexto más amplio y que también se refiere al genio de Perkins para la amistad. Es un personaje capaz de relacionarse con personajes extremadamente volátiles, ayudarles a realizar su tarea y que logren publicar sus libros. Perkins logró convertir la incontinencia creativa de Wolfe (que escribía manuscritos de miles de páginas) en obras maestras. En realidad, me rebelo totalmente contra ese concepto de genio solitario y romántico. Aquí vemos que el genio no es producto de una sola mente brillante y genial.
P.- La historia se desarrolla en los años 30, en plena depresión, pero casi parece que haga cuatro siglos porque la edición digital de hoy hace parecer ese trabajo artesanal antiquísimo...
R.- Es un período interesante. Aún queda gente viva que vivió aquello en primera persona, pero es cierto que los cambios han sido enormes, no solo en la tecnología, la forma en que concebimos la familia o la amistad han cambiado de forma radical. Creo que hoy es más importante que nunca hablar del valor de la literatura. Y la amistad es algo que parece que se va perdiendo. Me aterra ver en Gran Bretaña y Estados Unidos tanta gente "desamigada". Vivimos en tiempos oscuros.
@juansarda