Hespérides rumbo sur
Geología, glaciología y atmósfera, estudios prioritarios en la Antártida
6 febrero, 2002 01:00Foto: UTM
Radiación antártica, vida vegetal, vigilancia volcánica, circulación de corrientes circumpolares, estudio de la biodiversidad bentónica o el metabolismo de las comunidades planctónicas son algunos de los apartados científicos del equipo de investigadores españoles en la Antártida, en el que juega un papel fundamental el Hespérides, que celebra sus diez años de existencia. El buque Las Palmas y las bases Juan Carlos I y Gabriel de Castilla completan la presencia científica de España en la Antártida, una presencia cuya campaña terminará este año el próximo 28 de febrero. La investigadora del CSIC Alicia García, gestora del subprograma nacional de investigación en la Antártida del Ministerio de Ciencia y Tecnología, escribe para El Cultural sobre la actual situación del proyecto, repasa algunos de los acontecimientos más importantes desde su creación, las líneas principales de investigación y su repercusión en el ámbito internacional.
El actual Subprograma Nacional de Investigación en la Antártida es el encargado de financiar y gestionar científicamente la realización de estas investigaciones, todas ellas integradas en el marco internacional del Scientific Committee of Antartic Research (SCAR). Todas las actividades que se realizan cumplen las normas del Tratado Antártico y del Protocolo de Madrid para la protección del Medio Ambiente. De acuerdo con los objetivos científico-tecnológicos del IV P.N.I+D+I para el periodo 2000-2003, las líneas actuales de investigación prioritarias son Geología, Geofísica, Glaciología, Geodesia, Ciencias de la Atmósfera, estudio integrado de Ecosistemas y Oceanografía y, por último, Tecnologías para ambientes polares. En la actualidad están en marcha dieciséis proyectos, de los cuales diez son terrestres y el resto marinos, sin olvidar los trabajos técnicos que se desarrollan en las bases y buques, imprescindibles para su buen mantenimiento y apoyo de las actividades científicas.
Variaciones geomagnéticas
Las campañas se realizan durante el verano austral (de finales de noviembre a finales de febrero) y en ellas intervienen una media de cien personas entre investigadores, técnicos y militares, además de las dotaciones de los buques. La base Juan Carlos I cuenta con dos observatorios permanentes de intercambio internacional de datos. Uno es el observatorio meteorológico integrado en la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el segundo es el Observatorio Magnético (LIV) reconocido por la Asociación Internacional de Geomagnetismo y Aeronomía.
Ambos funcionan de manera desatendida desde marzo a noviembre gracias al uso de energías alternativas (eólica y solar) instaladas en la base, mandando los datos por transmisión vía satélite. Estos observatorios tienen también investigación asociada, como es el estudio de los fenómenos que suceden en la ionosfera y que originan determinadas variaciones geomagnéticas y caracterización de radiación ultravioleta, etc.
Además, sirven de apoyo a otros proyectos como en la realización de campañas geofísicas o los dedicados a la medida de radiación antártica para el seguimiento de la capa de ozono. Dentro de esta línea de investigación se llevan a cabo proyectos de ámbito internacional para el estudio de la evolución del agujero de ozono y observaciones de otros parámetros atmosféricos de elevado interés para el estudio del cambio climático.
Otros proyectos que se realizan en la isla Livingston están dedicados a la investigación de la vida vegetal en la Antártida y su relación con cambios de factores climáticos, variación de temperatura, radiación, etc., estudios que, además de obtener información sobre la vida en la Antártida, servirán de base para la búsqueda de huellas de vida fuera de la Tierra. Los ecosistemas acuáticos son también objeto de investigación por plantear la opción de explorar nuevas especies biológicas y sus adaptaciones fisiológicas a estas condiciones extremas.
El conocimiento del entorno más próximo ha conducido a diversos trabajos, entre ellos el estudio del casquete glaciar de la isla Livingston, en la que se han constatado reducciones en su extensión, disminuciones de su espesor, aceleraciones en los flujos de hielos, acumulaciones y ablaciones. En definitiva, modelizar la dinámica glaciar y su relación con la climatología, temática de especial interés en el continente antártico.
La isla Decepción es un punto singular de investigación ya que es uno de los pocos volcanes activos de la Antártida. Ello ha hecho que sea integrada en la Red Mundial de Observatorios Volcanológicos desde 1993, que aconseja el mantenimiento del control de su actividad. Varios son los proyectos dedicados al estudio de su historia eruptiva, determinación de la estructura cortical y su posible evolución en caso de reactivación. En cada campaña se despliega una red geofísica (sísmica, magnética, gravimétrica), geoquímica (gases y temperatura) y geodésica para la vigilancia volcánica y la determinación de variaciones asociadas a procesos preeruptivos.
Incremento de sismos
Hasta el momento se han detectado dos crisis sísmicas (1991-92 y 1998-99) que han originado terremotos sentidos, notable incremento de sismos, deformaciones y variaciones en la emisión de gases y temperaturas. Estas situaciones se han asociado a pequeñas inyecciones superficiales de magma joven que han alterado el equilibrio geodinámico y geotérmico del volcán. Es preciso recordar que las últimas erupciones de Decepción han ocurrido entre 1842 y 1970. La intensa actividad eruptiva de 1967-70 provocó la destrucción de las bases de Chile y Reino Unido que venían funcionando desde el Año Geofísico Internacional (1957) conjuntamente con la base Argentina, actualmente operativa.
La isla Decepción posee además una de las colonias más importantes de pingöinos barbijos, lo que es, por supuesto, importante objeto de investigación así como el estudio de otras especies animales. Las campañas llevadas a cabo en el Hespérides son numerosas y científicamente muy valoradas. Las instalaciones, instrumentos y laboratorios que ofrece el buque de investigación oceanográfica permiten el desarrollo de proyectos como los dedicados al estudio de las corrientes de hielo para la comprensión de la dinámica climática global, circulación de corrientes circumpolares y otros aspectos de gran importancia dentro de la Oceanografía. En el campo biológico se llevan a cabo investigaciones como el estudio integrado de la biodiversidad bentónica, metabolismo de las comunidades planctónicas, así como otros de carácter más específico, como las adaptaciones fisiológicas de los peces de hielo.
Cuencas oceánicas
Otra parte de la investigación a bordo del Hespérides es la dedicada a la Geología y Geofísica marinas. El buque está dotado de instrumental específico (sísmica, gravimetría, magnetometría, batimetría, etc.) para la obtención y tratamiento de datos que permiten el estudio de la corteza antártica. Además, se desarrollan estudios de basamentos, cuencas oceánicas, cuerpos y megacuerpos contorníticos, definición estratigráfica de detalle, existencia de volcanes submarinos así como la detección de posibles cámaras magmáticas en isla Decepción. Todos estos estudios han configurado una amplia base de datos de los mares antárticos, información fundamental sobre los procesos geodinámicos pasados, presentes y, por qué no, futuros que ocurren en esta parte de la Tierra. Por último, cabría decir que las condiciones de las plataformas terrestres y marinas están en continuo proceso de mantenimiento para el buen desarrollo de la actividad científica.
La Antártida, año a año
1982. España se adhiere al Tratado Antártico, suscrito en Washington en 1958. Su firma define un marco internacional que ha significado la suspensión de las reclamaciones territoriales así como la prohibición de la prospección o explotación comercial de sus recursos.
1986. Primera expedición oceanográfica nacional a bordo de los buques Pescapuerta IV y Nuevo Alcocero organizada por el Instituto Español de Oceanografía.
1987/88. El Ministerio de Defensa organiza las campañas del buque Río Baker y posteriormente del remolcador Las Palmas. En enero de 1988 se establece en la isla Livingston la base Antártica Española Juan Carlos I. Comienza en Cartagena la construcción del Bio Hespérides. Equipos españoles de investigación volcanológica realizan el seguimiento de la actividad presente en Isla Decepción.
1989. Comienzan las actividades en la base Gabriel de Castilla.
1990. El Bio Hespérides está listo para comenzar sus misiones. El buque tiene una eslora total de 82,5 metros y una manga máxima en la cubierta principal de 14,3 metros. Su velocidad máxima es de 15 nudos. Puede navegar entre hielos de 40 centímetros de espesor a una velocidad de 5 nudos. Su autonomía es de 12.000 millas náuticas
1991. Es entregado a la Armada el 16 de mayo. Orgánicamente, depende del Almirante Jefe de la Zona Marítima del Mediterráneo con base en Cartagena. La responsabilidad de mantenimiento del equipamiento científico del buque recae en la Unidad de Tecnología Marina del CSIC en Barcelona. Su gestión científica, en cuanto que gran instalación, depende del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Realiza su primera misión antártica, relevando al buque Las Palmas de la actividad logística.
1992. El Protocolo de Madrid regula y limita toda la actividad humana en la Antártida.
2000-2001. Primera campaña bajo las directrices del recién creado Ministerio de Ciencia y Tecnología. Por primera vez también participan juntos los buques Hespérides y Las Palmas, este último dedicado a labores logísticas.
2001-2002. En esta campaña hay previstas cinco misiones de investigación, tres en aguas de la Antártida y dos en aguas del Atlántico. Actos conmemorativos de los diez años del Hespérides.