¿Es realmente 'Jeanne Dielman...' la mejor película de la historia del cine? Todo pasa, nada cambia
El resultado de 2022 de la lista de las 100 mejores películas de la historia de la revista 'Sight & Sound', basado en una encuesta mucho más amplia y diversificada, parece haber echado por tierra los cánones precedentes
Hace tres años, en Filmoteca Española y en el Museo Reina Sofía programamos conjuntamente una retrospectiva completa de Chantal Akerman. Era la primera vez que se mostraba en salas españolas todo su cine, cerca de medio centenar de títulos realizados a lo largo de cuatro décadas, que se mostró durante tres meses en ambas instituciones. Hubo récords de asistencia para un ciclo dedicado a una mujer cineasta, solo superados dos años después por la retrospectiva de Agnès Vardá.
El tráiler del ciclo eran cuarenta segundos del plano fijo de una mujer en una cocina pelando patatas frente a la cámara. La mujer, Delphine Seyrig; la película, Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelles (1975), sin duda la más emblemática de la cineasta belga. Desde el 1 de diciembre, al son de la encuesta de las mejores 100 películas que hace cada década la revista Sight & Sound, Jeanne Dielman… es la mejor película de la historia del cine.
Me parece llamativo leer hoy el título con el que anunciamos la retrospectiva: “Todo pasa, nada cambia”. Sin duda, semejante afirmación adquiere hoy un significado nuevo, o al menos distinto al que tenía en noviembre de 2019.
Hace setenta años fue El ladrón de bicicletas, luego Ciudadano Kane le tomó el relevo durante varias décadas, y en 2012 se hizo con la cumbre Vértigo. La tradicional y popular encuesta de la revista británica pregunta desde 1952 a críticos, académicos, programadores y archivistas de todo el mundo por las diez mejores películas de la historia del cine. Hace veinte años (2002) preguntaron a 145 profesionales del cine, diez años después a 856, y ahora, duplicando su muestreo, han sido 1.639 los participantes. En enero se publicarán las listas de todos ellos, entre los que me incluyo.
El resultado de 2022, basado en una encuesta mucho más amplia y diversificada, parece haber echado por tierra los cánones precedentes. Aunque aún no se ha hecho público el número de votos que ha recibido cada película, llevamos un par de semanas leyendo todo tipo de comentarios sobre la súbita, inesperada entronización de la película de Akerman. Su salto de 34 puestos en diez años es la más radical de las modificaciones en el “canon” del cine que, a su modo, ha venido institucionalizando la encuesta de S&S a lo largo del tiempo, pues en décadas previas no ha estado ni cerca de entrar en el top 10.
Chantal Akerman. Nada pasa, todo cambia from Filmoteca Española on Vimeo.
No es la única mutación del canon, pero sí en la que se ha puesto el foco mediático. Principalmente porque es una mujer quien lidera las múltiples opciones de un arte históricamente dominado por la creación masculina. De hecho, en la encuesta de hace diez años, tan solo hubo espacio para 2 mujeres del total de 67 cineastas votados (o más bien películas suyas). Chantal Akerman era una de ellas, la otra era Claire Denis.
En 2022, de un total de 73 cineastas detrás de las supuestas 100 mejores películas de la historia, hay nueve mujeres: Chantal Akerman, Jane Campion, Věra Chytilová, Julie Dash, Claire Denis, Maya Deren, Barbara Loden, Céline Sciamma y Agnès Varda.
Todo tiene su lógica. Incluso las encuestas. Incluso respuestas tan imposibles de responder como cuáles son las diez mejores películas de la historia del cine. Escribió el crítico Jordan Ruimy en Word of Reel: “Vi venir esto de lejos. Verán, hoy en día, cuando a un crítico de cine le piden que haga una lista, generalmente se asegura de cumplir una cuota: ‘¿tiene mi lista al menos una directora?, ¿tiene al menos un director negro?’”.
[Carlos Vermut estrena 'Mantícora': “Todos podemos tener cosas que repugnen a los demás”]
Tradicionalmente, la encuesta de S&S no prioriza el orden de las diez películas que cada votante escoge. La revista solicita un listado de diez títulos sin importar el orden. Todas las películas computan lo mismo. Un título, un voto. Esta es la lógica que esgrime Ruimy entre muchos otros: “Una gran parte de los votantes hicieron sus listas con la intención de incluir al menos una mujer directora entre sus diez, y la opción de facto es y siempre ha sido la película de Akerman. Y voilá, ahora es número uno basado en esa cuota”.
El mar de fondo es otro en todo caso. El crítico considera que la mayor parte de los encuestados han votado hipócritamente, y que por primera vez, debido precisamente al “imperio de las cuotas”, el resultado del canon es político, y no es estrictamente cinematográfico, es decir, no responde al canon del gusto sino a la sensibilidad política del ahora. “Es la muerte del crítico cinematográfico y el gobierno de las lecturas políticas del cine”.
Así da explicación a que hayan entrado en el recuento final títulos muy recientes sobre los que apenas hay distancia histórica, como Retrato de una mujer en llamas, Déjame salir o Moonlight, cuando ciertamente en la encuesta de hace diez años no hubo espacio para ningún filme realizado en los diez años que le precedieron, es decir, entre 2002 y 2012.
Otro factor de la lógica arrojada por el cómputo final es que se ha ampliado la encuesta a más del doble de votantes, con una mayor participación femenina, es decir, a programadores y críticos y críticas de nuevas generaciones. Es posible que su conocimiento de la historia del cine no sea tan amplio o profundo que el de las generaciones más veteranas, pero sin duda introducen en la ecuación los gustos y jerarquías de la contemporaneidad. Quizá por ello también el actual canon no arranca el cine hasta 1924, borrando prácticamente toda la historia del cine mudo, con honrosas excepciones como Metrópolis, Amanecer, La Pasión de Juana de Arco o Tiempos modernos (que no es estrictamente del periodo mudo).
La ampliación de votantes también ha resultado en la virtud de la diversidad geográfica, y determinadas cinematografías como la africana y la asiática adquieren bastante mayor relevancia en el ránking de 2022. “Otro cambio que agradecemos –se lee en el análisis de la revista Sight and Sound a su propia encuesta– es la creciente representación de cineastas negros. A Djibril Diop Mambéty, que ya estaba presente en la encuesta de 2012 con Touki Bouki, se han sumado ahora otro cineasta africano y cinco afroamericanos. Esperamos que, con estos cambios, la lista de nuestros participantes haya tomado una mejor fotografía de todo el mundo del cine”.
Lo que no parecen perdonar los mayores detractores o escépticos respecto a la supuesta autoridad con que se enviste a esta encuesta, por más mejoras democráticas que haya implementado, son las muy significativas ausencias. Howard Hawks, John Cassavetes, Nicholas Ray, Piero Paolo Pasolini, Terrence Malick, Mikio Naruse, Josef von Sternberg, Ernst Lubitsch... Ciertamente es difícil confiar en un listado donde no quepa Luis Buñuel.
[El legado de 'El espíritu de la colmena': 50 años de la obra maestra de Víctor Erice]
El único representante de la cinematografía española es Víctor Erice con El espíritu de la colmena (num. 84). Para ello también tiene su respuesta la publicación británica, empeñada en justificar el nuevo canon que han producido: “Los cinéfilos lamentarán el declive de algunos clásicos establecidos, que se han caído del ranking para dar paso a nuevas voces. Nos gusta pensar en ello como nuevos amigos que se suman a la fiesta, y no como viejos amigos que han sido expulsados”.
Quizá lo más sorprendente de la cúspide del ranking no es que lo ocupe ahora la película de una directora, sino que por primera lo hace una muestra paradigmática del “cine intelectual”, heterodoxo y desafiante (cuatro horas, planos fijos largos, una sola protagonista… la filmación de la rutina), en oposición a un cine más popular, una película de género, un drama con relato exterior, no interior. Jeanne Dielman… es una grandísima película, un verdadero monumento de la historia del cine, pero ni siquiera ahora mismo está al alcance del público masivo, pues no puede verse en ninguna plataforma (algo que supongo que se remediará pronto), más allá de la de Criterion Collection, editora de la edición estadounidense en blu-ray.
De los resultados de la encuesta también se desprende una mayor apreciación y presencia del cine experimental y las películas animadas, tradicionalmente al margen de este tipo de cánones, que además no conceden mucho espacio a las comedias.
Considero erróneo preguntarse si Jeanne Dielman… es o no la mejor película de la historia del cine, o si Jean-Luc Godard, Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick, Andrei Tarkovsky y Billy Wilder (los cineastas con más obras presentes entre las 100 mejores) son los mejores cineastas. Lo que considero valioso del resultado es la fotografía de nuestro momento que consigue revelar.
El texto editorial de la publicación parece buscar su redención como termómetro no solo de nuestros tiempos, sino de los anhelos de nuestros tiempos: “Reagrupando listas no estamos solo imponiendo un orden a la experiencia y los artefactos, estamos imponiéndonos un orden a nosotros mismos. Categorizando las mejores películas, estamos diciéndole al mundo si no lo que somos como votantes, entonces lo que esperamos ser”.
El ranking de 2022 no deja de ser la fotografía de un estado de la cuestión audiovisual extremadamente acelerado, en el que nuevos paradigmas han volteado el ecosistema del cine y del medio audiovisual en la última década, y donde manifiestamente la corrección política, por un lado, y la ampliación horizontal del gusto, han mostrado una lectura significativamente distinta a la de 2012. Todo indica que el canon será cada vez más mutante, que el fenómeno Ciudadano Kane (en el primer puesto durante 50 años) no se volverá a producir, que probablemente en 2032 el top 1 y el top 10 sean muy distintos. “Todo pasa, nada cambia”. ¿O será al revés?
Agradecimientos a Raúl Pedraz por la decantación de datos.
CODA:
Por si alguien tiene curiosidad, esta fue la lista que envié. Hoy quizá enviaría otra. Y el mes que viene otra distinta. Y dentro de diez años, a saber. Todo pasa, nada cambia.
1. Luces de la ciudad (1931) - Charles Chaplin
2. Pierrot el loco (1967) - Jean-Luc Godard
3. Don't Look Back (1967) - D. A. Pennebaker
4. Rio Bravo (1958) - Howard Hawks
5. Lola Montes (1955) - Max Ophüls
6. Caravana de paz (1950) - John Ford
7. Ordet (La palabra) (1955) - Carl Theodor Dreyer
8. Cuentos de Tokio (1953) - Yasujiro Ozu
9. Un perro andaluz (1929) - Luis Buñuel
10. La delgada línea roja (1998) - Terrence Malick
Todas estas películas han moldeado mi noción y gusto por el cine a lo largo de los años. Esto es hoy, 4 de agosto de 2022. Mañana probablemente elegiría otras. En cualquier caso, es justo decir que estas 10 películas pertenecen a una especie de canon para mí, al que podría agregar películas de otros directores, como:
Jeanne Dielman (1975) - Chantal Akerman
Primer plano (Close-Up) (1990) - Abbas Kiarostami
L’Atalante (1934) - Jean Vigo
Buen trabajo (1999) - Claire Denis
Barry Lyndon (1975) - Barry Lyndon
El gran Lebowski (1999) - los hermanos Coen
Un falso despertar (Meshes of the Afternoon) (1943) - Maya Deren y Alexander Hammid
El aventurero de medianoche (1982) - Clint Eastwood
Los espigadores y la espigadora (2000) - Agnès Varda
Te querré siempre (1954) - Roberto Rossellini
Vivir (1952) - Akira Kurosawa
Cielo negro (1951) - Manuel Mur Oti
La mamá y la puta (1973) - Jean Eustache
Inland Empire (2006) - David Lynch
Satantango (1994) - Bella Tarr
Nashville (1975) - Robert Altman
Boyhood (2014) - Richard Linklater
La gran ilusión (1937) - Jean Renoir
Perdición (1944) - Billy Wilder
Una mujer bajo la influencia (1974) - John Cassavetes
Punch Drunk-Love (2002) - Paul Thomas Anderson
Uno de los nuestros (1990) - Martin Scorsese
Los contrabandistas de Moonfleet (1955) - Fritz Lang
El eclipse (1962) - Michelangelo Antonioni